Por primera vez en la historia de Aguascalientes, una mujer será la que lleve las riendas de la política estatal, y nos encontramos a menos de un mes de que los hidrocálidos decidamos quién de las candidatas en cuestión tendrá ese honor y privilegio de plasmar en las páginas de la historia su nombre, como la primera mujer gobernadora.
Cinco son las féminas que se disputan la gubernatura, por la alianza Va por Aguascalientes (PAN, PRI, PRD), está María Teresa Jiménez Esquivel, expresidenta municipal en la capital y actual diputada federal con licencia; por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), compite Nora Ruvalcaba Gámez, ex superdelegada de la Secretaría del Bienestar en Aguascalientes y con varios cargos públicos anteriores.
La candidata de Movimiento Ciudadano es Anayeli Muñoz Moreno, exdiputada local y exjefa de Comunicación Social de la capital, con Lorena Martínez del PRI y con una carrera en medios de comunicación; por el Partido Verde Ecologista de México, contiende Martha Márquez, senadora con licencia, exmiembro activo del PAN, y varios cargos en su haber político; y por el Partido Fuerza por México, Natzielly Rodríguez, exdiputada local por el partido de MORENA y otros cargos públicos como una regiduría en el estado vecino de Zacetecas y quien se ostenta como la verdadera seguidora y guía de la 4T en el estado.
Ellas son las cinco candidatas a la gubernatura de Aguascalientes, mismas que tendrán el honor de inscribir sus nombres en las páginas de la historia estatal, ya sea por su buen desempeño, regular o pésimo.
El proceso electoral inició con campañas de ataques contra la candidata de la alianza Va por Aguascalientes, Tere Jiménez, como se le conoce coloquialmente, a quien los medios y casas encuestadoras locales colocan en el primer lugar de las preferencias electorales, y quien, por ser la exalcaldesa de la capital, está más fresca en la opinión del público en general. Las que le siguen en preferencia son la candidata de Morena, Nora Ruvalcaba, y en tercer lugar, algunas encuestas nombran a Martha Márquez y Anayeli Muñoz, del Partido Verde y Movimiento Ciudadano respectivamente, y por último se encuentra la candidata de Fuerza por México, quien por su poco presupuesto y poco conocimiento del público la colocan en último lugar.
Decíamos que la campaña inició con el ataque a Tere Jiménez, quien no se ha ocupado en contestar públicamente a sus denunciantes, supongo yo que para no caer en la estrategia de estar contestando cada uno de ellos, pues son varios, además de restarle importancia ante el público. Donde sí se ha defendido es en los tribunales, donde le ha solicitado a sus contrincantes que muestren las pruebas de sus denuncias, mismas que no han podido presentar, por lo menos no todas, haciéndose acreedoras de sanciones o amonestaciones de parte de la institución electoral.
Pero lo que realmente importa aquí no son los ataques que se imputan entre las candidatas, sino más bien sus propuestas de campaña, su plan de acción para hacer frente a las necesidades de los habitantes de Aguascalientes, pues siendo realistas, las carencias de servicios públicos, infraestructura educativa, de salud, seguridad pública, deja mucho que desear, sobre todo, en los municipios del norte del estado, como Asientos, en primer lugar, donde no hay un hospital y su población rebasa los 50 mil habitantes.
En la misma situación se encuentra El Llano, Cosío y Tepezalá, municipios que junto con Asientos comparten las carencias en servicios básicos como pavimentación en la mayoría de sus comunidades, alumbrado público, agua potable, drenaje. La generación de empleos es casi nula, los apoyos sociales escasos o inexistentes, y la inseguridad campea como Juan por su casa. De los demás municipios se podría decir casi lo mismo, si acaso los que se salvan un poco son la capital, Calvillo y Jesús María, donde el desarrollo urbano e industrial es un poco más alto, pero insuficiente aún para las necesidades de la población.
El reto no es pequeño para las candidatas y sus equipos de trabajo, las necesidades son grandes, y más en estos tiempos de gobierno austero de la 4T, que encubriendo su ineficacia en frases huecas e informes mañaneros sin ton ni son, ha dejado caer al país, en tan sólo 3 años, en una crisis sin precedente inmediato en la historia, que se refleja ahora en la creciente e infrenable inflación que, al parecer, no ha podido el presidente Andrés Manuel López Obrador parar, ni podrá, pues sus políticas de repartición o entrega directa de dinero a un pequeño porcentaje de la población, y el gastarse casi la totalidad del presupuesto federal en sus obras emblemáticas, están condenando a todo el país a vivir sin los servicios básicos, pues, sin justificar a los gobernadores y presidentes municipales por su poco o mucha ineficacia para hacer frente a las necesidades de la población, también es cierto que la austeridad republicana del Gobierno federal ha dejado sin recursos a los mismos y sin posibilidades de frenar el subdesarrollo en el que se encuentran sus entidades, ahora si que cada quién se rasca con lo que tiene.
Qué esperamos de la próxima gobernadora de Aguascalientes, en primer lugar que sus intereses y los de su grupo político coincidan con los de la mayoría de la población, con los que menos tienen, aunque la verdad se escuche algo hipotético, el pueblo hidrocálido está urgido de alguien que le preste la atención a sus necesidades más apremiantes, como el abasto del agua potable en la capital, la generación de empleo en todos los municipios, la construcción de hospitales y centros de salud con los aparatos suficientes para atender a la población y no rechazarlos o enviarlos a otras entidades por carecer de lo esencial. También se requiere, de manera urgente, atención a las necesidades de infraestructura pública en comunidades y colonias, atención a la población con vulnerabilidad, apoyos sociales, vivienda, educación, becas. Los habitantes de Aguascalientes les estarán muy agradecidos, si en vez de replicar la política absurda de la 4T en el país, aplican una política de verdadera transformación social y económica.
Pero para que esto suceda, con cualquiera de las candidatas que sea favorecida por los electores, será necesario no solo votar y suplicarle a la nueva gobernadora que cumpla sus compromisos de campaña, más importante y necesario será mantener la unidad, organizarnos como pueblo y hacer valer nuestro voto, exigir de ser necesario, y si es que la candidata, llegado el momento, no cumple su palabra, la única fuerza capaz de recordárselo será el pueblo organizado y consciente, el pueblo politizado.
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