Cada ser humano tiene un libre albedrío para decidir sobre el futuro de su vida, en el entorno en el este habita según las condiciones de vida en las que se desenvuelve. Resulta un tanto contradictorio en algunas ocasiones pensar que a una persona que no cuenta con lo básico para vivir pueda pensar en desarrollar su pensamiento para su propia vida, una persona busca resolver en primer lugar los problemas inmediatos que le atañen como la vivienda y el alimento.
De manera general resulta preocupante pensar que en pleno año 2021, en nuestro país, las personas antes de pensar en desarrollar su creatividad estemos tratando de resolver esas situaciones inmediatas y ahora en peores condiciones debido a que la pandemia trajo consigo muchos más males que bienes y que esperábamos la actuación inmediata y oportuna del Gobierno federal, actualmente mucha gente no cuenta con un trabajo estable, no se ha podido normalizar de estos días de encierro en donde despedían a la gente sin darles ningún tipo de protección ni alimentaria ni de salud ni de ningún tipo, la gente, al integrarse paulatinamente a su vida cotidiana, más por necesidad que por recomendación, se enfrenta con otro grave problema que es el inicio de clases para sus hijos debido a que la modalidad escolar es que pasarán los cursos por internet o por televisión y generaran trabajos transmitidos por internet y es aquí donde las familias mexicanas se encuentran vulnerables ante estas decisiones del Gobierno para desarrollo de las clases, debido a que en muchos hogares las madres y los padres de familia trabajan para sopesar un poco la cuesta que los mexicanos estamos viviendo por todos lados. Y por otro lado en muchos lugares no cuentan con televisor mucho menos con internet.
Alrededor de 14 millones de personas no cuentan con un aparato de televisión para acceder a la señal y la programación, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2018 del Instituto Federal de Telecomunicaciones, sobresale que 38% de los que tienen el servicio de TV de paga lo obtuvieron porque no reciben o cuentan con una señal abierta. Mientras que 68% de los hogares que mencionaron no tener este sistema se debió al costo del servicio.
El trabajo a distancia implica reconocer las distintas realidades que existen en México y hablar de 11% de hogares sin televisor debe motivar a que se investigue cómo se puede llegar a ellos.
Esta diversificación se explica desde el tema económico, pues hay pobreza extrema, pobreza y deficiencia de ejercer los derechos derivado del tema financiero en los hogares mexicanos.
El gobierno federal no ha desarrollado una plataforma donde se considerare a todos los hogares del país, que la educación fuera lo más semejante a una relación de enseñanza-aprendizaje como si se estuviera en el aula, sin embargo, es aquí donde se ven las deficiencias del método a distancia, ya que, de acuerdo con la información del Instituto Federal de Telecomunicaciones, el porcentaje de hogares a escala nacional que cuenta con una pantalla de televisión es del 93%.
Destaca en las redes sociales una maestra de primaria potosina donde se queja del bajo desempeño de sus estudiantes, así como la celebración de los padres por una calificación de 6 (seis) y habla de las grandes deficiencias de la educación a distancia evidenciando al Gobierno federal por negar ponerles otra calificación más baja que la calificación de panzazo, aunque sabemos que esto no es problema de los estudiantes, sino del inútil combate al rezago académico por parte del Gobierno federal, por ende los jóvenes se verán mermados en varios de sus derechos fundamentales, el primordial para ellos es la educación, y por otro lado se juega con la capacidad de los docentes sin darles otra opción más que pasar a todo el alumnado sin consentimiento de ellos mismos, ante estos problemas sociales no hay otra manera más que la clase vulnerable de este país se determine a organizarse y concientizarse en el Movimiento Antorchista exigiendo lo que por ley nos corresponde.
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