Lo que llama poderosamente la atención en estos momentos es lo que le está advirtiendo al gobierno mexicano la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el sentido de que insistir en el reemplazo de muchos jueces significa tanto como “darse un balazo en el pie”.
El asunto radica en que decidir a nuestros jueces en el país por voluntad popular enraizaría muchos males, uno de los cuales consiste en que los zares del crimen organizado se adueñen de ese poder, con andanadas millonarias respaldando a quienes van a ser los que decidan el futuro de quién deba ser castigado por nuestras leyes, y quién deberá quedar con toda libertad.
En uno de sus escritos, la periodista Abigail Cruz Guzmán, precisa que “Margaret Satterthwaite admite que el Poder Judicial mexicano presenta problemas de corrupción y confianza, sostiene que esta reforma no representa la manera de solucionarlos.
La relatora especial de la ONU expresó su preocupación sobre la reforma judicial en México, porque considera que con esto se desmantela la imparcialidad en el país. Aunque admite que el Poder Judicial mexicano presenta problemas de corrupción y confianza, sostiene que esta reforma no representa la manera de solucionarlos.
"Estas reformas no tienen como objetivo garantizar que los jueces actúen de manera imparcial y con independencia; en realidad, son el tipo de reformas que corren el riesgo de promover una actuación más parcial", enfatizó.
Satterthwaite explicó que en Estados Unidos los jueces no son electos, sino designados y confirmados por el Senado. Destacó que su selección debe basarse en la capacidad y formación, por lo que considera "inusual" una elección popular.
"Tener a esta enorme cantidad de jueces nuevos a la vez es como si un país se disparara en el pie", destacó. La especialista en labores judiciales enfatizó que el trabajo de un juez requiere mucha habilidad y un alto nivel técnico, por lo que no resulta adecuado tener de pronto a tantos nuevos jueces si se piensa en el trabajo de juzgar.
Además, si la reforma llegara a implementarse, llevaría tiempo que un juez recién electo pudiera adquirir la experiencia necesaria para desempeñar su función.
Es cierto, elegir a los nuevos jueces de forma popular de ninguna forma garantiza la imparcialidad de la justicia que debe ser verdadera, se estaría retornando a los tiempos de la Santa Inquisición donde se castigaba a gente por el simple hecho de venganzas, nunca por ser verdad.
También habría que hablar de la situación actual entre los jueces existentes, donde se han inclinado al poder del dinero y castigan a los deudores por encontrarse en complicidad con agiotistas o prestamistas de diverso tamaño.
Pero si a como están las cosas ha sido fatal el desempeño de algunos jueces, dejar la libre elección sería tanto como acentuar ese tipo de circunstancias, donde quienes delinquen serían pasados al perdón de acuerdo al tamaño de la bomba económica que puedan entregar.
De esa forma el gobierno de la famosa Cuarta Transformación ha quedado bien con quienes pactó en principio para imponer tan evidente babosada, entonces que las universidades de la Nación cierren sus puertas a los nuevos abogados, a los que tienen carrera para hacer justicia pues desde ahora será mejor tener mucha simpatía entre el pueblo que buenas calificaciones en esa materia.
¿Qué haremos cuando el asesino que mató a nuestra familia entera es hermano, primo, compadre o amigo del juez electo por voluntad popular?, si no lo libera y lo salva de prisión estaría firmando su sentencia de muerte…. Al tiempo vamos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario