La gravedad de los problemas y la baja efectividad de las soluciones que se han experimentado en las últimas tres décadas exigen hoy una estrategia diferente, que ataque los problemas de raíz, que impulsen el crecimiento, el empleo; un desarrollo socioeconómico, con la inversión, la creatividad y la innovación, y que dé resultados palpables a la población en todas las zonas del país en el corto plazo, pero también soluciones duraderas y sostenibles que permitan recuperar la confianza, el orgullo y la identidad nacional; sin embargo, los mexicanos que trabajan día a día no las ven, no hay mejorías palpables, reales que modifiquen el diario vivir de la clase trabajadora con la mal llamada Cuarta Transformación del gobierno federal en turno, que dijo "primero los pobres".
Está claro que es la misma gata pero revolcada y agregaría atarantada, porque no se ve ninguna luz al final del túnel, y ante contingencias mundiales (afrontar el cambio de rutina impulsado para contener una emergencia sanitaria como el coronavirus, el temor a estar infectado o la exposición a la constante información sobre ésta pandemia puede "influir en el estado anímico y emocional de las personas, provocando un alarmismo tan innecesario como inútil", alertan desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. "Es una situación nueva, eso genera mucha incertidumbre y dispara los niveles de ansiedad", añade Rosa León, Psicóloga.) No estamos preparados para informar con la rapidez que ocupa el tema, y que la población no caiga en pánico, y que éste se traduzca en un problema mayor, como el desabasto de alimentos y/o artículos de primera necesidad para los grupos vulnerables que viven al día a consecuencia de sus salarios raquíticos.
Tuvieron su oportunidad partidos y grupos sociales al frente de nuestra patria, y el país continúa de capa caída, ante ello, el Movimiento Antorchista Nacional, sabedor de los problemas por los que atraviesa el país, es que plantea y pone a disposición de la sociedad vanguardista y progresista, cuatro ejes fundamentales para enfrentar los desafíos de México, 1).- Crear empleos para todos los mexicanos que estén en edad de hacerlo; 2).- Elevar sustancialmente los salarios para que las familias puedan alcanzar un nivel de vida mejor; 3).- Reorientar el gasto público, de modo que se destine más recursos en beneficio de los sectores más desprotegidos; 4).- Que el cobro de los impuestos sea de manera progresiva, o sea que paguen más los que ganan más, contrario a lo que sucede en nuestros días y convocar a todos los actores a sumar esfuerzos para resolver diferencias y encontrar la convergencia. En nuestra propuesta como organización por una transformación verdadera de las condiciones de vida de la clase trabajadora, está claro que de aquí se deriva por lógica elemental desarrollar las políticas socioeconómicas donde sea necesario la suma de la sociedad en general. Todas estas acciones demandan mayores recursos financieros públicos y privados. La racionalización del gasto público corriente es clave, a nivel federal y estatal, pero sin duda, se requieren mayores ingresos fiscales para el crecimiento, el abatimiento de la pobreza y la desigualdad, el desarrollo social y tecnológico. Una reforma fiscal que aumente los ingresos públicos y mejore el gasto es inevitable. Un gran obstáculo ha residido en el escepticismo de la sociedad respecto al destino de los ingresos actuales. Hay que superarlo mediante un círculo virtuoso de eficacia social fiscal; una reforma fiscal para crecer más y distribuir mejor.
Al final, es la construcción del México que queremos todos; en ese sentido, buscamos convocar al gobierno, sociedad, sector privado, academia a constituir una inteligencia colectiva, a una discusión nacional para delinear el futuro deseable, posible y sea compartido por todos los mexicanos con un objetivo claro de verdadera prosperidad, inclusión y equidad. Esta es una tarea crucial para un próximo gobierno de verdadera izquierda que se ocupe de la clase trabajadora y su justa supervivencia en este orden social existente. La estructura del Movimiento Antorchista Nacional tiene claro qué sigue, y es por eso, que se ha venido fortaleciendo contra viento y marea para enfrentar y desarrollar el reto de un cambio verdadero del modelo económico existente, y por lo tanto, favorecer a la clase productora de la riqueza nacional.
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