Los guerrerenses arribamos al año 2023 sin cambios que pudieran marcar una diferencia ilustrativa en la vida de la mayoría, con respecto a los años pasados. A poco más de un año de haber tomado las riendas del estado, el gobierno morenista, Guerrero continúa como el segundo con mayor pobreza en el país, solo después de Chiapas, esto significa que el 66.5 de la población vive en pobreza y 26.8 en pobreza extrema.Estos porcentajes representan 2 millones 350 mil guerrerenses en pobreza multidimensional y 950 mil con insatisfacción alimentaria continua.
Los problemas derivados de este fenómeno, crecen y no se advierten signos de soluciones, la inseguridad se manifiesta en diferentes eventos en los que, diariamente un número importante de ciudadanos pierden la vida por diversas causas. La falta de empleos, principal medio para dignificar la vida y combatir la pobreza, provoca el aumento de la informalidad, que ya ronda el 80 por ciento de los hombres y mujeres en edad de laborar. Un millón 192 mil 876 guerrerenses se dedican diariamente a cualquier actividad que les asegure algún recurso para pasar el día.
En el campo, más allá de las desacertadas declaraciones del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Víctor Villalobos Arámbula, en el sentido de que el fertilizante entregado el año pasado a los pequeños productores (implementado desde hace más de dos décadas por los gobiernos neoliberales), incrementó significativamente la producción de maíz al pasar según él, de un millón 200 mil toneladas a un millón 450 mil; la realidad es que la producción agropecuaria a nivel local se encuentra desatendida.
Y es que no es explicable un aumento en la producción de maíz de ese tamaño, cuando los campesinos no cuentan ya con los incentivos de los tiempos pasados debido a la eliminación de los programas agropecuarios en el actual gobierno, cuando también la Secretaría de Agricultura local, implementó algunos programas tardíamente debido a su ineficiencia e incurriendo en un subejercicio, ocasionando que una parte importante del presupuesto estatal no aterrizara en insumos que la producción requiere; el desastre en esta secretaría fue tan evidente, que la gobernadora juzgó necesaria la remoción de su titular.
Las afirmaciones del secretario Villalobos tampoco se sostienen, debido a que la industria de la masa y la tortilla, asegura que en el estado no hay maíz suficiente para responder al consumo local y que, para hacer frente a este problema, deben adquirirlo en los estados del norte del país, lo que incrementa los costos de producción, cuyo producto principal, la tortilla, sufre aumentos constantes, que en estos primeros días del 2023 en Acapulco supera ya los 30 pesos el kilogramo. A estos grandes problemas del estado guerrerense, se suma también la prácticamente nula inversión social en infraestructura para el desarrollo de las áreas urbanas y rurales, este hecho contribuirá muy seguro, a que Guerrero no salga pronto del atraso social en que se encuentra.
A casi 50 años del nacimiento del antorchismo nacional, y consecuentes con los principios que lo hicieron aparecer en la escena pública, en el sentido de organizar e impulsar el desarrollo de los pueblos y colonias, desde el inicio del actual Gobierno estatal, le hicimos llegar las necesidades de infraestructura, que son necesarias atender en diversas ciudades y municipios, desafortunadamente los resultados en el tiempo que lleva el actual gobierno fueron muy pequeños, por no decir que nulos. Pero las necesidades están ahí, y como los recursos para resolverse son públicos, continuamos solicitando que se resuelvan.
Los funcionarios que han recepcionado los problemas educativos, de justicia legal, de obras públicas, de educación, de salud, de comunicación, de insumos para el campo, de vivienda, de proyectos de autoempleo, prometen atención, en sus manos está que en este ejercicio fiscal caminen adecuadamente. Mientras tanto, los antorchistas estaremos atentos para que así suceda. Naturalmente que, con la solución de estas necesidades, la pobreza de Guerrero no se superará, pero aliviará el sufrimiento de algunos miles de ciudadanos. La pobreza es el resultado de fallas en muchas áreas del país, pero se debe principalmente a un bajo o nulo crecimiento económico, en el que no hay opciones laborales, en el que la riqueza producida no se reparte equitativamente. Y en el que desgraciadamente los programas sociales, de reparto en efectivo, tampoco ayudan. Eso lo sabemos desde el nacimiento del antorchismo, y en eso también nos estamos preparando.
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