Recientemente, López Obrador habló sobre los videojuegos en su acostumbradas stand up y dijo que eran violentos y que eran dañinos. Alguna cosa así: “Vamos a enviarles un mensaje a las familias. Madres, padres, niños, adolescentes, sobre el riesgo de los juegos electrónicos, del Nintendo, todo esto que resulta muy violento y que, sin duda afecta, daña” (yo no veo ese show matutino por salud mental, pero me entero en la prensa). Después salió Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a declamar un decálogo.
El decálogo está así: 1) No jugar con desconocidos; 2) Establecer horarios de juegos; 3) No utilizar cuentas de correo electrónico personal para jugar; 4) No proporcionar datos personales ni datos telefónicos o bancarios; 5) No usar micrófono ni cámara; 6) No compartir ubicación; 7) Reportar cuentas agresivas o sospechosas; 8) Mantener configuración de seguridad que se conoce como control parental; 9) Jugar bajo la supervisión de adultos y 10) Si se detecta violencia o amenaza mientras se juega, reportarlo al 088. Esto salió a relucir porque El decálogo de la Secretaría de Seguridad Pública surge luego de que tres chicuelos de Oaxaca fueron secuestrados tras ser enganchados por otro menor de edad, a través del popular videojuego “Free Fire”.
Según la prensa, los niños conocieron a un menor que los “enganchó” en un establecimiento donde se rentan consolas de videojuegos. Si las cosas están así, está bien que los encargados de la seguridad se preocupen y hagan las recomendaciones, no está de más dijera aquel, claro, esto estaría bien si nos quitamos los ojos para no ver, nos rompemos los tímpanos para no escuchar y nos quitamos parte del hipotálamo para no sentir empatía y olvidamos la realidad tan espeluznante que vivimos con la violencia e inseguridad.
Porque solo alguien que vive en un plano astral donde los leones, los tigres y las demás bestias salvajes conviven con el hombre, mientras come uvas de las manos de una doncella, en verdes praderas y lagos cristalinos y árboles frondosos, estará en acuerdo con López. Solo hago un pequeño recuento de las acciones políticas del peje en materia el narco, “El culiacanazo”, la visita para comer con la mamá del “Chapo”, el triunfo del narco gobierno en la costa del pacífico, el desafío frecuente del CJNG y más, solo triquiñuelas y fracasos que solo hecho ver al ejército, a la Marina y la GN como un perro flaco asustadizo.
La fallida estrategia de seguridad, más el fallido combate a la pandemia, más una extensa pobreza, más un fallido sistema de salud, más un deficiente sistema educativo, más y más y más, que no ha sido la 4T capaz de mejorar ni un ápice, provoca todos los males sociales de las que somos víctimas.
Es cierto que los videojuegos son violentos y mucho podemos hablar de eso, más los estadounidenses, ellos saben más, pero la esencia de lo que ocurrió con los chilpayates en Oaxaca es, precisamente, la maltrecha economía, la injusta repartición de la riqueza, el trabajo del obrero mal pagado, la falta de empleos, el cobro de impuestos excesivos a los que menos tienen y los que más tienen menos; la maltrecha vida de México. Y los decálogos sirven pues para pura…
“Fre Fire” es un video juego muy popular, y de lo que estoy seguro es que los niños gastan el dinero de sus padres, para comprarse “skins” (aditamentos digitales, ropa, personajes, etc.), y a esos niños les digo (si es que algún niño lee esto) no lo hagas amigo, la satisfacción de tener ropa en un juego no los vestirá decentemente en la realidad, la satisfacción de tener el mayor puntaje no los hará tener mejores calificaciones, pero sobre todo su salud visual cuídenla. A los padres, no permitan que sus hijos estén todo el tiempo en el “Fre Fire”, porque el pueblo de México los necesita inteligentes, los necesita sanos, los necesita racionales, para que en ni un momento de su vida adulta saquen un decálogo para excusarse de sus malos resultados. Y, al resto de la gente, les pido que compartan esta opinión, para le llegue a más seguidores de López y se den cuenta de su pésimo gobierno.
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