Desde que inició el asunto de la pandemia de covid-19 hemos constatado que el gobierno en turno no es apto para manejar una crisis sanitaria de esta dimensión y que las cosas en el país van de mal en peor. El 28 de febrero de 2020 se diagnosticó el primer caso en el país por coronavirus, pero no fue hasta finales de marzo que se tomó una decisión, mas no se suspendieron ni los conciertos de artistas ni encuentros deportivos ni se cerraron bares. Las autoridades no consideraron necesario organizar una campaña de información ni un operativo de detección y aislamiento de casos, que es lo que comúnmente se hace en estos casos de epidemia.
El Gobierno federal ignoró el llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de utilizar masivamente las pruebas para identificar los casos y sus contagios, incluso, lo consideró un desperdicio de recursos y descartó el uso del cubrebocas como medida opcional para controlar la transmisión de la infección, a pesar de las evidencias científicas. Además de que se superaron las 60 mil muertes que se consideraban un escenario catastrófico, se sigue declarando una acción propagandística de que la respuesta ha sido exitosa, pero las más de 150 mil muertes actuales contradicen lo anterior dicho.
Una muestra del nulo apoyo del gobierno para contrarrestar los estragos ocasionados por la pandemia es que en lo que va de esta crisis sanitaria, no se ha implementado un programa de distribución de alimentos al sector más vulnerable de la población y que tampoco hay una estrategia para sostener el empleo a causa del confinamiento, a pesar de reflejar la crisis laboral que se padece en la región más golpeada económicamente. Solo entre marzo y abril de 2020 hubo una pérdida de 10.4 millones de puestos informales y de 2 millones de plazas formales.
Suma y sigue. Cómo no recordar las manifestaciones de médicos y enfermeras que atendían a pacientes de covid-19 y no contaban con material y equipo médico suficiente y de calidad. Las consecuencias han sido severas. Alrededor de uno de cada cinco casos confirmados en el país corresponde a trabajadores de la salud y esto ha ocasionado que México ahora sea uno de los países con mayores casos de defunción del personal de salud, por encima de Estados Unidos e Italia.
Ahora, con la vacunación no es diferente la "astucia” del gobierno. Desde que inició la pandemia, muchos países se dieron a la tarea de encontrar la cura ante tal desgracia, y hoy sabemos que ya algunos lograron su cometido. Para los mexicanos es una luz de esperanza que esta vacuna haya llegado a nuestro país, pero la estrategia del gobierno federal ha fallado una vez más.
Antes de la llegada de la pandemia, México contaba con uno de los mejores sistemas de vacunación a nivel mundial, que llevaba miles de vacunas a todos los niños del país, pero el presidente de la República Mexicana decidió no utilizar este sistema de vacunación he inventarse uno nuevo para, ahí, incluir a los servidores de la nación.
Se dijo desde un principio que se daría preferencia al personal médico y a las personas mayores, pero lo que en realidad vemos es el trato especial que se le da a los "servidores de la nación” que andan con la brigada de vacunación sólo para promover el voto a favor de Morena, como lo hicieron en las elecciones del 2018 y, lo harán nuevamente en las del 2021. Quieren hacer propaganda electoral con la vacuna.
Que no nos sorprenda que el día de mañana el Gobierno federal vuelva a errar en una decisión que afecte al pueblo de México o que aproveche cualquier situación (como la vacunación) para hacer propaganda electoral y ganar las próximas elecciones para seguir teniendo mayoría en el Congreso y seguir haciendo y deshaciendo lo que quieran en el país. El pueblo en general se tiene que dar cuenta que hemos sido manipulados y engañados y que el gobierno actual es el culpable de la agudización de las desgracias que azotan al pueblo, es por eso no podemos permitir que ganen las elecciones que se avecinan.
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