Tanto por exigencia de la misma población estudiantil, de padres y madres de familia e inclusive de docentes, anhelan el regreso a clases presenciales, muchos argumentando que la mayoría de instituciones, tiendas, restaurantes y el comercio en general ya está funcionando como siempre. Sin mencionar que las visitas a las playas por vacaciones de semana santa no están siendo limitadas, restringidas y mucho menos prohibidas. Esto nos lleva a pensar que si el gobierno está actuando así de permisivo con nosotros es porque hay una mejoría, porque ya el riesgo es mínimo o simplemente porque ellos al ser autoridades competentes y responsables lo permiten es que está bien.
Aunque hace semanas se nos presentó el semáforo de riesgo de contagio por coronavirus y parecía reducir relativamente en muchos estados, no dejan de seguir brotando nuevos y nuevos contagios y demasiadas muertes. Así es, se siguen muriendo las y los mexicanos que muchos más allá de que no se pudo hacer nada, está la negligencia con la que se está tratando a las y los enfermos que llegan a las clínicas y hospitales colapsados y sin el equipo médico necesario.
Es decir, no hay realmente una solución en concreto ni un sistema viable de prevención, al contrario, todo está marchando con regularidad y ahora la Secretaría de Educación Pública (SEP) está dando luz verde para reanudar clases presenciales con el discurso de que es necesario para que logren su objetivo principal que es el aprendizaje, pero no está dando alternativas para mejorar la calidad del aprendizaje de forma virtual. Claro está y sabemos que tienen sus intereses propios de continuar con la economía del país, pero ¿a base de qué?, ¿de poner en riesgo a miles de niños, niñas y jóvenes estudiantes a otro brote masivo de contagios?
Si realmente el gobierno en conjunto con sus instituciones encargadas de la educación, se interesan y quieren mejorar la calidad del aprendizaje deben implementar programas escolares virtuales, haciendo llegar a las comunidades más pobres y vulnerables de México equipo de internet, computadoras, tabletas y garantizar que haya equidad y no solo los estudiantes que sus padres pueden pagar una educación de calidad. Es un deber del estado asegurar que haya justicia distributiva para todas y todos los ciudadanos del país, más aún tratándose de la educación que es indispensable para la realización social del individuo.
Exigimos como estudiantes, padres y madres de alumnos, docentes y por el bien común que el gobierno de prioridad a la vida de las personas y no solo lo deje en manos de la suerte o más específicamente la selección natural; que garantice una educación con bases de equidad y a su vez sea de calidad, no solo vele por los intereses económicos de unos cuantos, cuando la vida del futuro de México puede estar en riesgo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario