En los próximos días y como plazo límite el día 15 de los corrientes los diputados de la 55ª legislatura aprobarán el presupuesto que ejercerán tanto el gobierno estatal como los muncipios y los organismos autónomos. Es de esperarse, por las declaraciones de varios de los congresistas, que atiendan mediante una mejor distribución presupuestal los graves rezagos en materia de obra pública y de apoyos al campo, así como el apoyo al sector educativo y de atención de la salud, entre otros.
Es sabido que las políticas públicas actuales no están atacando de fondo el problema de la pobreza, de la marginación de grandes núcleos de población de la ciudad y el campo, pues muchos de los programas existentes hasta 2018 y exitosos como el seguro popular desaparecieron, los programas de apoyo a la productividad agropecuaria también. La mejor prueba de ello es que en los dos ultimos años en el país y, especialmente en Morelos aumentó la pobreza en más de cien mil morelenses, lo que se tradujo en más de un millón de personas en situación de pobreza, es decir más de la mitad de la población del estado.
Y qué decir del aumento del comercio ambulante en las principales ciudades, producto de la falta de empleo y de salarios dignos. A su vez, el incremento sostenido de los precios de los principales productos básicos, lo que deteriora aún más el poder adquisitivo de los ya de por sí bajos salarios de los trabajadores. Además, ha quedado registrado el aumento de gastos de los hogares por concepto de servicios médicos ante los embates de la pandemia, así como de gastos educativos por los nuevos dispositivos electrónicos, servicios de internet, etc., requeridos en las clases virtuales.
Por su parte, los municipios han sido castigados con los escasos ingresos que reciben de la federación y ahora los presidentes electos están pugnando para que les regresen lo que antes recibían, es decir pasar de un 2.5 a 5% de las participaciones federales; lo mismo sucede con la UAEM, la cual en voz del rector Gustavo Urquizo ha solicitado al congreso un aumento de su presupuesto toda vez que el actual no cubre las necesidades de la institución. Mientras tanto, organizaciones sociales como el Movimiento Antorchista, han solicitado a los representantes del congreso el destino de un mayor presupuesto para cubrir el rezago en materia de obra social y de apoyos para el campo. Hasta aquí la relatoría de algunas de las necesidades sociales más apremiantes en el estado.
Pues bien, seguramente cientos de solicitudes de diferentes sectores de la población han sido entregadas en las oficinas de los diputados. Ahora toca a la nueva legislatura tener la sensibilidad y voluntad política para atender y contemplar en la aprobación del presupuesto 2022 a sectores amplios de la sociedad morelense que demandan soluciones a sus múltiples necesidades. En el caso el Movimiento Antorchista también hemos tocado puertas en las diferentes oficinas de los legisladores, a fín de que sea conocido y considerado nuestro pliego petitorio que representa a miles de morelenses de los más pobres del estado, tando de zonas urbanas como rurales.
Ya hemos recibido atención, por consiguiente, estaremos atentos a los resolutivos del congreso y a la aprobación final del presupuesto 2022, pues en manos de los legisladores está dar un golpe de timón a las finanzas públicas estatales, con el fin de que pueda servir al combate de uno de los mayores rezagos sociales de que se tiene memoria, evitando así una mayor descomposición de la paz social que pondría en riesgo la conducción de la gobernabilidad en el estado. Es indiscutible que todos nos merecemos vivir en un mejor Morelos y eso implica una satisfactoria calidad de vida para todos los morelenses sin distinción alguna. Vale.
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