El 27 de febrero se cumple un año desde que se detectó el primer caso de la covid-19 en México, según el Gobierno federal la primera víctima del mortal virus se registró el 18 de marzo de 2020 a las 16:24 horas, ese mismo día se registró la muerte de una persona en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Gómez Palacio, Durango, al igual que en la Comarca Lagunera se reportó otro deceso en el Hospital General de Zona No. 46, ambos, antes del caso oficial, es decir, del que reporta la Secretaría de Salud. El reporte que hace el Gobierno federal sólo toma en uno de cada tres muertos con síntomas de covid-19. Aunque parece irrelevante determinar dónde murió la primera víctima de la covid-19, el caso ilustra los problemas con la aplicación de pruebas, y el riesgo que existe en hospitales por el ingreso de pacientes con este virus, cuyo diagnóstico preciso tarda varios días.
Desde el inicio de la pandemia, en México la 4T centralizó las pruebas para el diagnóstico del virus ya mencionado. Este egoísmo de la 4T no le importó salvaguardar la vida de los millones de mexicanos. A muchos nos consta que tenemos conocidos que tuvieron que costear una prueba con el precio superior a los 2 mil quinientos pesos, muchos no pudieron pagar esta cantidad y perdieron la vida sin saber si fue por la covid-19.
El pasado 19 de enero, recibí una noticia, aunque ya la veía venir, tenía la esperanza, la fe, en que no llegara este momento tan desagradable, o al menos no en ese momento, un familiar muy cercano, que por obvias razones omitiré su nombre para no causar males hacia su familia, un día antes lo habían ingresado a urgencias por síntomas de covid-19. Trataré de explicar un poco, el paciente, un doctor general de primera línea para atender a pacientes contagiados del mortífero virus en uno de los tantos hospitales generales del Estado de México, un profesionista abnegado, que ama lo que hace como muy pocos. Para él, cómo doctor no existen los 14 de febrero, 10 de mayo, navidad, año nuevo o un 6 de enero, y no porque quiera halagarlo, creo que no lo necesita, esa abnegación a una vida social, la manera de cómo se conduce hacia los demás, con esa honradez, justicia, lealtad, respeto, honorabilidad, responsabilidad, honestidad y la sensibilidad, como pocas personas, es lo que lo hace especial, ¡admirable!
Pues bien, el contagio no fue por andar en fiestas, sino todo lo contrario, fue por estar salvando vidas en la línea de batalla del mortífero virus, parte del contagio fue porque el personal que está en la batalla al inicio no recibieron los lineamientos, protocolos necesarios para enfrentar la pandemia, ni los insumos necesarios, por el contrario, hubo grandes recortes presupuestales afectando seriamente al Sector Salud.
Lo que sí hay que reconocer es la atención por parte de sus colegas que lo atendieron, fue muy oportuna, como siempre, a pesar de los recursos limitados con que cuenta dicha institución; gracias a eso, él seguirá salvando vidas, recurriendo en ocasiones a sus propios recursos para proteger a los demás; ¿qué les espera a aquellas personas que no pueden pagar una consulta?
Quiero hacerles un llamado a mis amigos y a los posibles lectores, que recapacitemos, en nuestras manos está el rumbo del país, si bien, anteriormente nos iba mal, ahora sin temor a equivocarme creo que estamos peor, saltamos de la sartén para caer directo al fuego. Esto podemos corregirlo en este año, en las elecciones venideras para elegir a los diputados federales; nos van a visitar candidatos de Morena y podemos decirles que todo el mal que está pasando en México son parte por las malas decisiones del Gobierno, y ellos son culpables por solapar y cumplir todos los caprichos, olvidándose totalmente del quien los eligió, y el efecto de todo esto es el nulo crecimiento económico, más de 12 millones desempleados y más de 150 mil decesos. ¡Está en tus manos cambiar el rumbo del país!
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