Hace algunos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó que no habrá un cambio en la estrategia en su política de seguridad, esto sale a colación después de los asesinatos ocurridos en la sierra Tarahumara de Chihuahua, donde asesinaron a un guía de turistas y a dos sacerdotes jesuitas dentro de la iglesia de la comunidad de Cerocahui.
Los asesinatos en Jacona, Michoacán, en el Salto Jalisco y en Guerrero, son una pequeña muestra de la estrategia fallida del presidente y digo pequeña muestra, no por demeritar los hechos, sino por que, desgraciadamente, en nuestro país, en esta administración, se ha vuelto una constante hablar de estos hechos tan terribles.
Es indignante que en distintas zonas de México, pareciera que estos hechos se han normalizado a tal punto que las personas hablen de personas ejecutadas, de descuartizados, secuestrados o desaparecidos, hasta en las reuniones familiares a todo lo ancho y largo del territorio nacional, son muy pocas las ciudades donde la población puede decir que se siente realmente segura; tan es así que en el país vecino del norte, se les ha comunicado a sus ciudadanos que de ser posible no viajen a 30 de los 32 estados, solo se salvan Campeche y Yucatán.
Todos los que tiene dos dedos de frente saben que la estrategia de abrazos y no balazos no ha funcionado en los años que lleva el gobierno de López Obrador, y al parecer el único que no se da cuenta es el propio presidente; no se da cuenta o no quiere darse cuenta, lo que es más peligroso porque deja a merced del crimen organizado el control de grandes extensiones del territorio nacional; antes eran más mesurados, pero ahora toman por asalto a plena luz del día, mercados y centros comerciales y de esto el Gobierno federal no sabe nada.
Las cifras no son muy alentadoras, la Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dio a conocer la cifra de homicidios dolosos de mayo, un total de 2 mil 910, esto quiere decir 93.8 homicidios diarios, muy por encima de los 2 mil 636 que hubo en abril con 87.8 homicidios diarios, convirtiéndose mayo en el mes más violento en lo que va del año. Además, esta política nos ha llevado a que en los 42 meses que llevamos de esta administración exista un acumulado de 121 mil 655 homicidios; si lo comparamos con los últimos 42 meses del gobierno anterior donde hubo 95 mil 476 homicidios se ve un incremente del 27 por ciento. Una verdadera desgracia para nuestro país.
En lo personal, estoy de acuerdo con los que dicen que es imposible erradicar la violencia en este corto tiempo, pero también estoy convencido de que poco o nada se hace en este gobierno para llevarnos por un buen sendero, la política de arrebatarle a los jóvenes al crimen organizado a través de los apoyos directos no solo no ayudan, sino que corrompe más a la juventud en el afán de buscar una vida más fácil, con lujos, sin importar el hecho de tener que arriesgar su libertar e incluso su vida; esta medida sola no sirve, tiene que ir acompañada de otras, las cuales el gobierno no solo no desarrolla, sino que las trata de erradicar.
A los jóvenes no solo hay que sacarlos de su miseria material, también de su miseria cultural, tendría el gobierno que invertir en una mejor educación cosa que no hace, tendría que invertir en fomentar la cultura, cosa que no le interesa; tendría que invertir en el deporte con mejorar infraestructura; tendría que mejorar el nivel de vida de las familias invirtiendo en salud y en mejores viviendas. Sin embargo, el gobierno toma el camino fácil, distribuyendo supuestamente la riqueza nacional, repartiendo dinero o, mejor dicho, comprando voluntades.
En fin, no veníamos bien y ahora estamos peor, debemos entender que nos dieron gato por liebre, que estas medidas tomadas por el gobierno de López Obrador nos llevan al despeñadero, a los jóvenes no les queda otra salida que asumir su realidad y tratar de transformarla, pero para lograr eso se tienen que organizar y luchar por un lugar mejor para vivir.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario