El problema del virus Covid-19 sigue latente. Ahora más con la modalidad Ómicron. Por lo tanto, el gobierno federal debería estar preocupado ante esta grave amenaza, pues el virus no cede y debería de tomar medidas efectivas para proteger a la población, máxime si hay el regreso a clases de forma presencial.
El problema es que con tanto distractor de diversa índole no nos damos cuenta de la gravedad del asunto.
El periódico “La jornada” publicó el pasado 2 de enero lo siguiente: “En los últimos tres días de 2021, el número de casos confirmados de Covid-19 se duplicó, ya que mientras el miércoles fueron 5 mil 290, para el viernes la cifra llegó a 10 mil 37, y el promedio de ocupación de camas con ventilador a escala nacional fue de 11 por ciento, según el Sistema de Información de la Red de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG), de la Secretaría de Salud (Ssa)”.
“Aparte, la plataforma Global Iniciative on Sharing All Influenza Data (Gisaid) indica que México ha reportado 254 muestras de la variante Ómicron, que representan 30.4 por ciento de los casos de SARS-CoV-2, enviados a esa iniciativa en el último mes”.
“La Ssa, dio a conocer el sábado 1 de enero del presente año que sumaban 3 millones 979 mil 723 casos, desde que inició la pandemia y 299 mil 428 defunciones, 143 más que el jueves.”
Ante estas cifras preocupantes sobre este virus maligno, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de la SEP Delfina Gómez Álvarez no han tomado las medidas pertinentes para resolver de raíz el problema de esta terrible pandemia, pues decretaron en días pasados que todos los estudiantes y maestros deben volver a clases presenciales, pero no han destinado recursos necesarios y suficientes para la compra y aplicación de vacunas en menores de 12 años y la variante Ómicron está infectando a personas no vacunadas. Así como tampoco designaron recursos para inversión en infraestructura de escuelas ni mucho menos proporcionan el material necesario para desinfectar escuelas y de esta manera proteger a estudiantes.
También nos dice el mismo diario que “durante 2021, los decesos por Covid-19 subieron 84%, informa la OMS.”
“La pandemia contabilizó 198 millones de contagios confirmados durante 2021, más del doble que los 83 millones registrados en 2020, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se registraron 3.5 millones de decesos a causa del coronavirus durante 2021, mientras el año anterior fueron 1.9 millones de fallecidos, un alza de 84 por ciento.
Tras dos años, la pandemia deja un total de 281 millones 808 mil 270 de casos confirmados y 5 millones 411 mil 759 muertes en el mundo, según la OMS.
Además, más de un millón diarios de Covid-19, en el mundo fueron registrados en la semana del 23 al 29 de diciembre, de acuerdo con un recuento efectuado ayer por la agencia Afp.”
Estas cifras superan con creces el récord anterior a la ola actual, que se alcanzó entre el 23 y el 29 de abril de 2021, de 817 mil casos al día, basados en los informes diarios de las autoridades sanitarias de cada país.
En América los contagios aumentaron 50 por ciento en la última semana del mes de diciembre del presente año, mientras las muertes subieron 11 por ciento, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Entre el 19 y el 25 de diciembre, hubo incremento de casos superior a 20 por ciento en más de la mitad del continente, región con el mayor aumento de contagios en el mundo, señaló la organización en un comunicado.
Con todo lo dicho anteriormente, mi pregunta obligada es: ¿no habrá alguien que le informe a la autoridad federal y a la de educación del grave problema de salud en el cual nos encontramos?
Tal parece que no les importa la salud de los niños pues mejor emplean el presupuesto en proyectos no redituables, como lo es Pemex.
“El dinero de los contribuyentes en México se tira a la basura”, así lo dice el escritor y periodista Pablo Hiriart en El financiero del 3 de enero de 2022.
Continúa diciendo: “México se encamina a una recesión con inflación, más una pandemia sin vacunas para menores de 15 años.”
“No hay dinero para medicinas ni para mejorar los servicios de salud, pero sí, y a raudales, para tirarlos en el hoyo de las ocurrencias presidenciales.”
Por lo tanto, exigimos se tomen las medidas pertinentes para evitar contagios en la población infantil y en el magisterio. Además, mayor infraestructura en el ámbito educativo. Urge hacerlo.
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