Aquí me espera la página en blanco, y apenas me decido a empezar a escribir algunas ideas que giran en mi cabeza, con la duda de si será prudente plasmarlas aquí y, sobre todo, si serán de alguna utilidad; cuando escribo lo hago siempre con la preocupación y el propósito de ayudar a discernir algún tema o problema, y tratando de hacer consciencia social a mis escasos lectores, y siempre procurando ser honesta y apegada a la verdad, aunque las consecuencias por decir verdad en este país y en este sufrido estado no se dejan esperar y muchas veces son graves.
Pues bien, hoy quiero hacer una reflexión que al principio consideré algo temeraria, pero al final me convencí de la necesidad de hacerlo, ya que en realidad está en el sentir del gran público; solo pretendo agregar algunos elementos que la ilustren, documentarla un poco más. Desde mi modesto punto de vista, la política gubernamental instrumentada en Hidalgo por la actual administración que encabeza el gobernador, es idéntica a la del actual presidente López Obrador. Hagamos un breve recuento de hechos y daños:
- No hay obra pública en las comunidades y colonias populares, pues ambos mandatarios, cada uno en su ámbito y jurisdicción, dieron prioridad a sus proyectos “emblema”, Fayad a sus faraónicos puentes “atirantados” (que aún no logra terminar), y AMLO a su refinería de “Dos Bocas”, el Tren Maya, y el aeropuerto de Santa Lucía, todos sin suficiente sustento técnico y financiero; y a cambio, han dejado en el abandono a todas las poblaciones, sin caminos, sin electricidad, sin agua, sin drenaje, etc.
- Ambos dijeron combatir el huachicol, pero resulta que actualmente hay más tomas clandestinas a nivel nacional, e Hidalgo se lleva el nada honroso primer lugar; ambos mandatarios llevan responsabilidad en la tragedia de Tlahuelilpan, que costó la vida a 137 hidalguenses, y hasta hoy las familias siguen en espera del apoyo prometido tanto del gobierno estatal como federal.
- Misma situación viven los afectados por las inundaciones en Tula y en varios municipios del Valle del Mezquital: ni un apoyo sustancial que mejore significativamente su situación, sobre todo la vivienda; han recibido solo demagogia, muchos discursos, y olvido, tanto de Fayad como de López Obrador.
- La pandemia ha hecho estragos en muchas familias mexicanas, y ni Fayad se preocupó por dar apoyos con suficientes pruebas rápidas, medicamentos a los contagiados, ni mucho menos con alimentos ni seguro del desempleo; tanto el gobernador de Hidalgo, como el presidente de la República aplicaron la misma política: la “inmunidad de rebaño”, es decir, contágiese quien se tenga que contagiar y muérase el que se tenga que morir; así, el porcentaje de letalidad en Hidalgo en relación con los contagiados es casi del 10 por ciento (82 mil 805 contagiados y 7 mil 984 muertos, 9.6 %); a nivel nacional, 5 millones 257 mil 605 contagiados y 312 mil 118 muertes (aunque expertos señalan que el número de muertes oficiales al menos habrá que multiplicarlas por cuatro para obtener el dato más verídico).
- Como se aplican las mismas cero políticas en pro del pueblo, tenemos como resultado que el número de pobres aumentó: en México, en tres años del gobierno de AMLO, en 3.8 millones, y en Hidalgo, de 2016 a 2020 en casi 100 mil.
- Ambos gobiernos tienen por método para contener las críticas, perseguir a sus críticos y a quienes se atreven a levantar la voz exigiendo atención y justicia social; ejemplos, muchos.
- Los dos gobernantes tienen en común el abuso del poder que el pueblo puso en sus manos a través del voto popular. O ¿cómo se explica que el presidente López Obrador use las mañaneras para denostar a sus críticos, o sus eventos públicos para calumniar a personas u organizaciones sociales? ¿Cómo calificar el actuar del gobernador Fayad, que retiene salarios de profesores, sólo porque él lo quiere y contra todo derecho? O, ¿cómo entender el retiro de subsidios a albergues estudiantiles indígenas solamente porque no son de su cofradía? O, ¿cómo justificar el despojo de tierras a campesinos huastecos y proteger a los delincuentes invasores?
- Ambos mandatarios son enemigos de la democracia y del pueblo; sus conductas son similares en su fobia, que raya en odio al pueblo organizado. Si no son sus aplaudidores, entonces todas las acciones posibles son empleadas para combatirlos, desde la amenaza, la agresión, la calumnia y la represión física y administrativa.
- La lucha contra la corrupción, bandera principal de AMLO, se ha convertido en la protección de funcionarios corruptos y familiares haciendo negocios y transacciones a sus anchas bajo la sombra y protección del propio López Obrador. Y en Hidalgo, ¿por qué se encuentran extraviados o perdidos más de 800 millones de pesos depositados al parecer en una inversión bursátil de muy incierta recuperación y reputación o por qué seguimos siendo el número uno en huachicol a nivel nacional? O bien, ¿por qué no conocemos el padrón de toodooos los apoyos entregados a la población, incluyendo los pequeños empresarios?
- Los dos personajes tienen en común su animadversión y hasta odio enfermizo contra la única organización popular que les ha hecho frente y ha denunciado su demagogia, mentiras y abuso de poder; que ha puesto en sus eventos y palacios los reclamos populares y exigida solución a las demandas de millones de mexicanos.
Su desprecio hacia el pueblo organizado en el Movimiento Antorchista ha sido más que patente, y han usado la gran tribuna para calumniarnos y querer dividirnos y eliminarnos de la faz de la tierra, pero la necesidad de unión y de organización del pueblo mismo y el ser una verdadera organización popular, honrada, estructurada, con líderes preparados, con convicciones y con independencia económica nos mantiene hoy, contra cualquier vaticinio obradorista, más unidos que nunca y con la suficiente claridad, en millones de mexicanos, de que somos una necesidad surgida de la propia realidad para verdaderamente transformar este país en beneficio de las grandes mayorías.
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