MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Félix Salgado Macedonio y la decadencia de la clase política

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Hace apenas unos cuantos días, la Comisión Nacional de Elecciones del partido Morena ratificó la candidatura de Félix Salgado Macedonio como abanderado de ese instituto al gobierno de Guerrero, ya que fue el mejor posicionado en la segunda encuesta. De acuerdo con La Jornada, “el organismo responsable de las elecciones en Morena emitió un comunicado en el que precisa que la Comisión Nacional de Encuestas, por mandato de la Comisión Nacional de Honor y Justicia (CNHJ) –que encontró infundadas e improcedentes las acusaciones de violencia de género contra Salgado Macedonio– ordenó la realización de la segunda consulta a los guerrerenses”. Asimismo, el diario detalla que, por esa misma razón, Salgado Macedonio mantenía intactos sus derechos partidistas y era elegible en esta segunda medición para reponer el procedimiento.

Con esta acción, el partido del presidente López Obrador pasó por alto todas las protestas no sólo de los adversarios de Morena, sino de sus mismos militantes, incluidas varias diputadas y senadoras, quienes exigieron a Salgado Macedonio retirarse de la contienda, pues las acusaciones de violación que pesan sobre el guerrerense son delicadas y no se inscriben en el espíritu de la 4T. Vale la pena recordar que la vida política del ex senador ha estado llena de escándalos y episodios lamentables, a los que se agregaron las acusaciones de abuso sexual. Es la lógica de obtener el poder, aunque sea con personajes francamente deleznables.

Este hecho nos demuestra varias cosas. Una es que Morena y la Cuarta Transformación no son consecuentes con su discurso. Hay una contradicción evidente entre las lecciones de moral que pretende impartir el presidente en sus mañaneras, y que repiten insistentemente sus correligionarios, y las acciones de los morenistas y sus aliados. Lo de Salgado Macedonio se suma al perdón de Manuel Bartlett y al escándalo de corrupción del hermano del primer mandatario, tan solo por poner algunos ejemplos. Está visto que en la 4T son implacables con los adversarios y críticos, a quienes se les castiga con toda la ira posible, mientras que a los afines a López Obrador no se les toca ni con el pétalo de una rosa.

Ahora bien, la nominación de Salgado Macedonio deja entrever algo que, desde mi punto de vista, es más grave aún: la decadencia de la clase política mexicana. Porque no hay duda de que el atolladero en el que nos encontramos como país se debe en buena medida a la falta de capacidad de quienes nos gobiernan, a su falta de visión y de un proyecto de país que vaya más allá de repartir dinero a diestra y siniestra con fines claramente electoreros. Estamos muy lejos de tener una clase política a la altura de la generación liberal del siglo XIX, encabezada por Benito Juárez, o de los mejores días del nacionalismo revolucionario de Lázaro Cárdenas.

La Cuarta Transformación, que tantas alusiones hace al pasado de nuestro país, pasará a la historia, pero no de la manera que ellos creen, sino como un episodio lamentable.

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