MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Fermín González, intolerante e incapaz

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Es de conocimiento público que los salarios que reciben los funcionarios de cualquier nivel de gobierno surgen de los impuestos que el pueblo tiene que pagar, y no son sueldos de obreros, por lo menos si hablamos de cierto nivel, por eso muchos de ellos ven la función pública como una manera de vivir holgadamente y no de atender los problemas de su pueblo, de servirle utilizando al Estado como una herramienta que les ayude a elevar el desarrollo de los pueblos y colonias.La mayoría de los funcionarios, (incluyendo los del llamado nuevo partido de Morena) una vez estando en el poder, actúan como si fueran dueños del edificio público, atienden muy a fuerzas a los ciudadanos, no les resuelven sus demandas, a menos que las personas protesten,les dan largas para no ver sus asuntos o atienden solo a sus incondicionales.Todo esto obliga a que el pueblo se fije bien a quién le va dar su voto para que durante tres o seis años los gobierne de una manera sensible y con sentido humano.Lo que menciono pasa en muchos ayuntamientos y oficinas de gobierno a lo largo y ancho del país, y Hermosillo no es la excepción.

En esta ocasión mi opinión se ocupa del caso del síndico municipal de Hermosillo, Fermín González Gaxiola, quien tiene la tarea, entre otras, de ver la situación de la tenencia de la tierra, darle seguimiento a los asentamientos irregulares, para que puedan introducirse los públicos, atender las irregularidades de lotes y brindar información y asesoramiento a cualquier persona que tenga que ver con el tema.El caso de este funcionario no ha sido así, lejos de atender los asuntos que le competen, sólo prefiere darle atención a un grupillo de afines a su partido político Morena, funcionario que, desde que comenzó su administración, ha estado engañando y manejando a su antojo a dicho grupúsculo de la colonia de las Tres Reinas, ubicada en el Sur de Hermosillo, a cuyos miembros los ha traído con engaños, diciéndoles que "ya está a punto de regularizarse", que "ya se va a introducir la luz eléctrica" y, por tanto, no hay necesidad de hacer ninguna presión, ni protestas, porque ya está a la vuelta de la esquina la solución a sus peticiones y solo es cuestión de esperar unos días.

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Pero la realidad es otra.Ya van dos años, y casi termina su gobierno y nomás no llega su famosa electrificación. Solo usa a la pobre gente a su antojo, trayéndola con engaños y falsas promesas.Cabe mencionar que otro grupo de la misma colonia, organizado en el Movimiento Antorchista también ha estado insistiendo en el mismo tema, con seriedad y persistencia, pero resulta y resalta que en la pasada reunión donde estuvieron el grupo antorchista, el grupo de Morena (que maneja el síndico), el secretario del ayuntamiento, el señor Fermín González y unos polizontes, el señor síndico se negó a responder a la pregunta que todo buen gestor pudiera hacer, que fue la de que precisara la fecha de inicio de los trabajos de electrificación de la colonia, y la reacción del funcionario fue una actitud soberbia y llena de rabia, como cuando se le quita un pedazo de carne a un canino hambriento; respondió con el rostro enrojecido por la ira, dando amenazadores pasos al frente y sintiéndose envalentonado por ser "el señor Síndico" como si este nombramiento le diera un poder sobrehumano y su palabra fuera incuestionable,dijo, intolerante, que él ya había dado esa información al comité de vecinos morenistas y que no pensaba repetir las cosas.¿Acaso esa es la forma correcta de responder de un funcionario al pueblo que le paga para que coma y se vista?, ¿le cuesta mucho repetir dicha información? ¡Hágame favor! En su furia, el funcionario aceptó aquí tácitamente que el único grupo con que quiere tratar el Ayuntamiento es con el de su partido.¿O será que el señor una vez más mentía y por la presión ejercida por el grupo antorchista se atrevió a responder generalidades? Pues, en fin, que no respondió esa y otras preguntas, nomás hizo su berrinche como niño de pecho y se quedó callado.

La actitud del funcionario saca a relucir dos cosas: una, su verdadero sentir personal hacia el pueblo que le exige hechos y no palabras, piensa que puede pasarse todo el tiempo engañando al pueblo y aplicar la política del burro con la zanahoria; dos, la verdadera estrategia del ayuntamiento morenista no su declaraciones demagógicas,que se corresponde con los verdaderos sentimientos del Síndico, o sea, uno y otro se corresponden, son dos caras de la misma moneda: el verdadero Ayuntamiento se personifica en Fermín y éste sólo puede cumplir su objetivo político en ese ayuntamiento.Tal vez a González Gaxiola le ha funcionado la zanahoria con otros, con sus bandillas sumisas que trae, pero con el pueblo consciente y educado no, aquí se topó con pared.En cuarenta y seis años de existencia, el Movimiento Antorchista ha adquirido mucha experiencia en la gestoría, y la actitud de Fermín González, no es sorprendente, pero si criticable, y más en un gobierno que llegó al poder prometiendo un mejor trabajo en beneficio de todos.

Pues aquí está un caso más del verdadero rostro de Morena: le miente al pueblo, simula trabajo y es faccioso, solo atiende a sus partidarios.Ahí se la dejo al costo, amigo lector.

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