En los últimos meses de 2022 se habló mucho sobre que el peso mexicano se encontraba en los mejores tiempos debido a que no perdía valor frente al dólar. Al inicio de enero, algunos dijeron que ese milagro de la moneda mexicana se debía a la buena dirección que el presidente, Andrés Manuel López Obrador le está dando a la economía de nuestro país; sin embargo, todos sabemos que en la presente administración es el peor manejo a la economía nacional.
Si el peso se ha mantenido estable, se debe a otras circunstancias y no precisamente por decisión del mandatario federal. En esto tiene que ver El Banco de México (Banxico), organismo autónomo cuyo objetivo es mantener una inflación baja y estable, a través de diferentes funciones, la principal de ellas es, establecer una tasa de interés que sirva de referencia para las instituciones financieras, es decir los bancos privados, otras de sus funciones es la de emitir bonos de regulación monetaria; recibir depósitos del gobierno federal; hace operaciones con divisas oro y plata, y cambia billetes y monedas en circulación, por otros igual o de diferente denominación.
En lo referente a la fijación de la tasa de interés, en 2022 el Banco de México realizó cinco ajustes, siempre al alza; en febrero fue la primera del año, la tasa de interés estaba a 5.5 por ciento y la última realizada en agosto con 8.5 por ciento. A partir de septiembre, el peso ha estado apreciando frente al dólar, alcanzando el nivel máximo el 11 de enero cuando se cotizó por debajo de los 19 pesos por dólar norteamericano.
Los seguidores del régimen de la 4T no han tardado en presumir que el valor del dólar ha disminuido frente al peso mexicano porque la inflación está a la baja y a las buenas decisiones del presidente, nada más lejos de la verdad. Según el profesor de posgrado, Arturo Huerta González, de la Facultad de Economía, dice que “la tasa de interés en Estados Unidos es de uno por ciento y aquí es de ocho, esa diferencia ha estimulado la entrada de capitales a nuestro país y con el aumento de la oferta de dólares, la moneda estadounidense se ha abaratado y el peso se ha fortalecido, el único beneficiario de esto es el sector financiero". Lo que significa que, como siempre, es el sector de los dueños del capital los beneficiarios de la actual crisis económica global y México no podría ser la excepción, la clase trabajadora y el pueblo en general, no les beneficia, por el contrario, son los más perjudicados de este incremento de la tasa de interés. Por un lado, no es cierto que al perder valor el dólar incentiva las importaciones, por el otro, en los hechos, no ha disminuido la inflación, ya que los precios de las mercancías y de los productos de primera necesidad siguen al alza. Finalmente, esta medida también está afectando las remesas, fuente de recursos para las clases más desprotegidas de nuestro país.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dicen que la compra de mercancías al extranjero está disminuyendo, en el mes de noviembre del año pasado, nuestro país compró mercancías por un valor de 47 mil 805 millones de dólares, 4.5 por ciento menos que lo comprado en el mes anterior. Este mismo instituto reportó que en el mismo mes, noviembre de 2022, la inflación llegó a 7.8 por ciento, considerada la tasa más alta desde el año 2000, en este mismo periodo, afirma el instituto, el peso ganó al dólar el siete por ciento.
Lo anterior demuestra que elevar la tasa de interés, cuando menos en nuestro país, no disminuye la inflación. Con esta política económica del gobierno federal, de subir la tasa de interés no refleja un beneficio en los bolsillos de los ciudadanos, por el contrario, el precio de los productos sigue aumentando. En el último trimestre del 2022 INEGI reporta que los alimentos y bebidas se encarecieron el 14 por ciento; las mercancías no alimenticias aumentó el 7.5 por ciento y los productos que pagamos en loncherías, fondas, taquerías y restaurantes, servicio telefónico, consultas médicas, etc. subieron el 7.4 por ciento. Es claro que estos alimentos afectan los bolsillos de todos los mexicanos, pero sobre todo a los que tienen menor ingreso.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, con datos publicados por inegi, dice que 18 millones 851,904 personas ganan hasta un salario mínimo; 20 millones 393,089 que ganan más de uno y hasta dos salarios mínimos, para estos mexicanos que en diciembre ganaban de 172.87 a 518.61 pesos diarios, el aumento de precios de los productos los coloca en una situación de hambre y aun viene lo peor para este 2023.
Finalmente, las remesas también se ven afectadas por el fortalecimiento del peso frente al dólar, pues ha disminuido el poder adquisitivo. Por ejemplo, en noviembre del año pasado, México captó 4 mil 801 millones de dólares, lo que significa el mayor flujo en la historia en el mes de noviembre comparado con el mismo mes de años anteriores, sin embargo, lo recibido, convertido en pesos fueron 93 mil 356 millones y representa una caída de 11.1% con respecto al año anterior.
Por eso, presumir que el peso está fuerte frente al dólar es una ilusión, decir que la tasa de interés que establece el Banxico es benéfico para los mexicanos es otra mentira. Esta medida solo beneficia a los al capital financiero, a los exportadores y a los ahorradores, pero no a la clase trabajadora ni a la ciudadanía en general, por eso es necesario cambiar el modelo económico, este modelos económico que favorece la concentración de la riqueza y cada vez profundiza la desigualdad entre los trabajadores y los dueños del capital, urge un nuevo gobierno que intervenga en la distribución equitativa de la riqueza social, para eso el pueblo tiene que organizarse y conquistar el poder por la vía democrática.
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