Hace unos días se realizó, en otro lado del mundo, el evento más importante para el proletariado mundial, el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en el Gran Salón del Pueblo se dieron cita 2296 delegados del partido con la tarea de revisar la situación nacional e internacional y establecer la hoja de ruta para el período 2023-2028.
Me siento obligado de recalcar algunos datos para medir la magnitud del evento antes mencionado: China es la mayor economía del mundo en paridad de poder adquisitivo. Su PIB nominal es de 18.4 billones dls. (2021), 19 por ciento de PIB mundial. Tiene el crecimiento económico más rápido desde 1980. Y el país es gobernado por el Partido Comunista de China, el partido político más grande del mundo, al contar con 95,1 millones de afiliados.
Algunas de las figuras más relevantes que asistieron al XX Congreso Nacional del PCCh fueron: Zhong Nanshan, pieza clave en el control de la pandemia y jefe del equipo de expertos encargados de controlar y prevenir la neumonía por covid-19 y miembro de la Academia de Ingeniería China. Wang Yaping, la primera mujer astronauta de China en realizar actividades extravehiculares es reconocida por transmitir una lección en vivo de 40 minutos que incluía una demostración del comportamiento de los líquidos en gravedad cero, y por supuesto, Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, presidente de la Comisión Militar Central y presidente de la República Popular China. Una de las figuras más relevantes del mundo en estos momentos.
A aquel evento, de relevancia histórica inédita acudió, además, una figura sencilla, pero no por eso no merecedora de una mención, hablo de la única periodista mexicana acreditada para dar cobertura al XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, de Francis Martínez, periodista, orgullosa hablante del náhuatl, originaria de Hueyapan, Puebla, politóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Francis, como amistosamente la conocemos en la cotidianeidad, ejerce el periodismo desde hace más de una década, y así como en estos días ha marchado al lado de las figuras más destacadas y relevantes del mundo en un país ubicado a 12 mil 818 kilómetros de su país de origen, también ha dado voz a los campesinos de la sierra nororiental de Puebla, a los de la Mixteca o la Huasteca hidalguense. Los camaradas periodistas la hemos visto tomar nota en conferencias de prensa, reportar a pie y marchar en las manifestaciones más grandes de México, así como escuchar atentamente las denuncias del pueblo pobre, mismo al que ella pertenece.
Francis es, lo diré sin temor a equivocarme, una excepción del periodismo, uno de esos extraños personajes que no leen el teleprompter y los guiones redactados por las editoriales bancarias, Francis es una periodista emanada del pueblo y sintiente del pueblo.
Lo anterior no lo digo con la intención de adular o hacer la barba a Francis, sino porque creo más que conveniente destacar sus cualidades periodísticas y decirles a los lectores que creo que lo que Fran cuenta en sus reportes no es ni más ni menos que la verdad.
Lo digo porque estoy convencido de que los medios occidentales están viciados en exceso y solo han alimentado un prejuicio inmerecido sobre un país con un gobierno que en menos de 10 años sacó de la pobreza a más de 100 millones de humanos. Un país con vías de comunicación dignas. Un país de mil 412 millones de habitantes y donde el gobierno ha garantizado que ninguno pase hambre hoy. Un país en construcción del socialismo y que le muestra al resto del mundo, a los pobres, que hay otra manera de vivir ¡y ojo! No obliga a los países a replicar su modelo, solo defiende como dice aquella canción de Víctor Jara, el “derecho de vivir en paz”.
Francis, la única periodista mexicana acreditada para dar cobertura al evento más relevante del proletariado mundial, emanó del proyecto de formación periodística más importante de México, la Casa para Estudiantes de periodismo Hermanos Flores Magón, un proyecto donde jóvenes de escasos recursos se preparan para ejercer profesionalmente el periodismo, con rigor y humanidad. Es la casa para estudiantes de periodismo, el ejemplo de lo necesario, útil y urgente, que es que los jóvenes se preparen y enarbolen un periodismo nuevo, que presenten a la gente las nuevas aristas de la realidad mundial.
China se levanta ante los ojos del mundo y salta a la vista un nuevo mundo, uno multipolar, uno donde el mundo no se mira solo a través de los ojos del imperialismo estadounidense, la historia del nuevo mundo la debe escribir un nuevo periodismo, ese que enarbola Francis Martínez, es que cultiva la Casa para Estudiantes de Periodismo Hermanos Flores Magón, invitados están todos aquellos que quieran escribir las nuevas páginas de la historia.
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