De 2018 a 2020, la pobreza en Yucatán aumentó 16 por ciento. En números, casi un millón de 156 mil personas pobres viven en la entidad, de los cuales, 893 mil lo hacen en pobreza moderada y 263 mil en pobreza extrema, esto según datos del Coneval. Este mismo organismo señaló que en 2020 el Estado fue una de las entidades donde más aumentó la pobreza.
La inflación del fin de año y la situación actual de la covid-19, son dos de las grandes amenazas para la recuperación económica en este 2022, incidiendo así, en el bolsillo de los más pobres. Cabe recordar que México cerró el 2021 con niveles de inflación por arriba del siete por ciento.
El Coneval señala que el incremento de la pobreza en la península yucateca se incrementó en 32 municipios de los 106 que conforman el estado. Siendo Tahdziú el municipio más pobre, pues más del 90 por ciento de su población vive con carencias, haciendo que la vida de los pobladores sea difícil, pues carecen de salud, y el poco dinero con el que cuentan, no les alcanza para comer.
Si bien este municipio está ubicado lejos de la capital, hay en la misma ciudad de Mérida, asentamientos y familias, que carecen de lo elemental para sobrevivir, sin luz, agua potable, drenaje, pavimentando, siendo más de una de las necesidades que engloba para ser parte de las filas de la pobreza extrema.
Ahora bien, hace unos días el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, señaló que su reto para el 2022 sería acabar con la pobreza que lacera a miles de mexicanos, en mi opinión, un reto grande para el mandatario; pues en tan sólo tres años de Gobierno, ésta ha ido en aumento y en un año poco se puede hacer de lo que no se hizo en tres años de administración.
“No puede haber dos yucatanes, uno pobre y otro en prosperidad”, fueron textualmente las palabras del mandatario. Pero este reto no será nada sencillo para el gobernador, pues los pobres son más que las buenas intenciones que tiene Vila Dosal.
Aun así, el Gobernador tiene mucho trabajo por hacer y poco tiempo. Para ello, el Movimiento Antorchista en Yucatán quiere coadyuvar con el Gobierno de Yucatán. Que las familias que bastante han sufrido por la pandemia, vivan un poco mejor, con la atención a la vivienda, servicios básicos, luz, agua, o incluso apoyo para apicultores, agricultores o para artesanos, pero se les ignora y no se les atiende.
El antorchismo yucateco desde el inicio de la administración de Vila Dosal solicitó atención para las familias organizadas y que carecen de más de una necesidad, pero hasta el momento, poco se ha hecho para remediar esta situación, al contrario, se le trata con la punta del zapato e ignora.
Recientemente, una comisión de antorchistas acudió a Palacio de Gobierno para solicitar una audiencia con el Gobernador para que dé atención o intervenga con las diversas dependencias que como organización se ha acudido, pero lo único que recibieron fueron negativas de querer solucionar los malestares de Yucatán, aquellos que el Gobernador se comprometió combatir.
Por lo que, si en realidad se quisiera sacar de la pobreza al pueblo yucateco, un avance o para iniciar, puede ser atendiendo las necesidades del pueblo organizado en las filas del antorchismo, de no hacerlo, se suma a las filas de los politiquillos que sólo hablan, pero poco hacen por su pueblo.
En cuanto al antorchismo y las familias organizadas, no desistiremos en nuestra lucha hasta salir avantes, y si el gobernador no quiere irse al bote de la historia, debería de hacer lo propio. Que conste.
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