Nicolás Maquiavelo, diplomático y político de Florencia de principios del Renacimiento (una de las ciudades más importantes de la época), que tuvo contacto con muchos gobernantes, reyes y príncipes de su tiempo, escribió varios textos donde vertió experiencias y su visión sobre la cuestión política.Una de sus obras más conocidas, considerada clásica y lectura infaltable en los cursos de Ciencias Políticas de muchas universidades, es El Príncipe.
El propósito central de la obra de dicha obra consiste en exponer las estrategias y medidas de actuación de un gobernante de su tiempo para prevalecer en el poder y gobernar a sus súbditos.Según el político florentino, un Estado fuerte requiere un líder capaz de defender su poder a toda costa y con todos los medios a su alcance.Sostiene que un gobernante puede "decepcionar, engañar, reprimir e incluso asesinar a sus oponentes si fuese necesario", con tal de mantener la estabilidad del Estado que gobierna; la frase que resume su pensamiento es la de "el fin justifica los medios".Por ello muchos dictadores en la historia usaron el libro como manual de gobierno.
Los gobernantes morenistas de cualquier nivel, lo sepan o no (porque ya se ha visto que muchos no saben ni leer), parecen seguir el pensamiento maquiavélico.Han decidido a cualquier costo, conservar el poder y concentrar el poder para usarlo en provecho personal y/o de grupo (así parecen probarlo los recientes escándalos de corrupción de funcionarios del gobierno actual) y, al mismo tiempo, beneficiar a la clase que domina la economía nacional.
Es evidente que, aunque se vistan de seda, los integrantes (y sobre todo los dirigentes) del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), son un reciclaje de los mismos políticos de gobiernos y partidos anteriores y que se acomodaron en esta nueva fuerza política para buscar lo que ya no les permitieron en sus partidos de origen.Por eso Morena y sus "líderes" no han abandonado ni abandonarán las prácticas que tanto criticaron a los gobiernos anteriores.Por el contrario, buscan instituir un gobierno dictatorial con careta popular que, beneficie a los más ricos mientras se adormece al pueblo con frases optimistas.Veamos algunos ejemplos:
El Poder Ejecutivo federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha ido instrumentando leyes para usarlos como arma para intimidar o reprimir a los opositores.La Ley de Extinción de Dominio, aparentemente está destinada a combatir la corrupción y contra la delincuencia organizada, pero en su artículo 7 establece que: "La acción de extinción de dominio se ejercerá, respecto de los bienes a que se refiere el artículo siguiente, aun cuando no se haya determinado la responsabilidad penal en los casos de los delitos".El que la aplicación de esta Ley no requiera de la firmeza de una sentencia que haya determinado la responsabilidad penal de un acusado, permite vislumbrar su verdadero propósito: intimidar y/o reprimir a quienes se opongan a las acciones de la Cuarta transformación (4T), pues basta con maniobrar a través de la Fiscalía acusadora para aplicar dicha Ley a quien se le tenga por enemigo del morenismo.
También lo podemos observar con la reciente propuesta lopezobradorista que no pasó como lo quería el presidente pero que, seguramente, volverá a plantear tan pronto considere propicia la ocasión.Se trata de la Iniciativa de Proyecto de Decreto por el que se adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Presupuestos y Responsabilidad Hacendaria, que a la letra pretende que: durante el ejercicio fiscal en el que se presenten emergencias económicas, los recursos del Presupuesto de Egresos puedan ser reasignados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con el objetivo de "mantener la ejecución de proyectos y acciones prioritarias de la Administración Pública Federal (APF) y fomentar la actividad económica del país, atender emergencias de salud y programas de beneficio de la sociedad".La intención es manejar el presupuesto a discreción, para hacer las megaobras a capricho del mandatario nacional y hacer una compra de votos simulada de ejecución de programas sociales, arguyendo cualquier emergencia.
En Veracruz, tercera entidad federativa con más electores, se votó hace muy poco "extrañamente" una Ley que va contra la el referéndum para revocar el mandato del gobernador, lo cual beneficia directamente a Cuitláhuac García, un mandatario estatal tan desgastado y que ha resultado tan inútil, a quien ya nadie toma en serio.¿Y el discurso del presidente para impulsar la revocación de mandato? ¡Ah!, sí, sólo dónde y cuándo hay seguridad de ganar.El objetivo: mantener el poder a como dé lugar.
En Puebla, José Gabriel Biestro Medinilla, amigazo del gobernador Miguel Barbosa Huerta y coordinador de la bancada morenista en el Congreso Local, ha propuesto iniciativas, tanto para impedir que los nuevos partidos políticos locales puedan realizar alianzas electorales con otras fuerzas políticas, como para buscar un nuevo sistema de repartición de las curules plurinominales, que buscan eliminar la entrada a figuras políticas fuertes que sin ser ganadores directos de la elección, representan un gran sector de la población y pueden significar un contrapeso a los triunfadores de una elección.El fin: mantener y el poder local en Morena y evitar contrapesos de fuerzas políticas que pueden dar la sorpresa al grupo político en el poder con el peor gobernador en toda la historia de Puebla.
Si a ello sumamos las maniobras de traspaso de diputados de los partidos satélites de Morena, como el PVEM, PT y PES con miras a realizar bloques partidarios para romper con los contrapesos y poner al Congreso de la Unión sólo como un recadero del Jefe del Ejecutivo; las extrañas muertes de más de 30 líderes sociales en lo que va del Gobierno de AMLO, como lo señaló el portal politica.expansion.mx el pasado 5 de mayo; la mentira instituida como forma de gobierno, documentado por varios portales, entre ellos verificado.com.mx; así como la calumnia constante y calculada contra los dirigentes del Movimiento Antorchista (hoy por hoy, la organización social y política mejor estructurada a nivel nacional) parecen configurar una situación por demás preocupante: que, en efecto, para los gobiernos morenistas "el fin justifica los medios".
El país va mal.Una cita tomada de la página de forbes.com.mx del 3 de junio pasado, que reza de la siguiente manera: "La primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) que presentó el Inegi el lunes pasado reveló que 12.5 millones de personas perdieron su empleo en abril, sin embargo, éstas no fueron tomadas en cuenta para calcular la tasa de desempleo porque se consideró que no formaron en ese mes parte de la Población Económicamente Activa, al no buscar trabajo por la cuarentena, afirmó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México".En la misma nota se señala que si esos 12.5 millones se suman a los desempleados antes de la pandemia, llegamos ya casi al 25% de la Población Económicamente Activa (PEA) que está parada y sin ingresos, y hay que aclarar que ahí falta el dato de los trabajadores informales (ambulantes y subempleados) con los que se han documentado hasta casi un 60% de la población en edad de trabajar.Pero, ¿acaso son números nada más? No.Se trata de seres humanos que podrían morir de hambre y que buscarán todos los medios para sobrevivir, incluyendo sumarse a la delincuencia.
En esas circunstancias los gobiernos morenistas procuran mantener y acrecentar su poder.Más allá de si convence o no un partido, debemos ver hacia dónde queremos ir.Va siendo hora de que el pueblo mexicano tome el poder en sus manos para ponerlo al servicio de la mayoría, de la clase trabajadora.Debemos usar las vías legales y democráticas establecidas para echar fuera a los que señaló don Benito Juárez cuando dijo: "malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos le traicionan", no podemos ni debemos dejar el presente y el futuro de nuestra patria en manos de remedos de príncipes maquiavélicos.Toca al pueblo decidir.
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