Según expertos, por una caída en la producción atribuida a los drásticos cambios de clima, además del alto costo en el precio de fertilizantes, el kilogramo de limón se encuentra por las nubes, por ejemplo, en el municipio de Acatlán de Osorio, se oferta entre 70 y 50 pesos en el mercado municipal; lo que representa un fuerte golpe para la economía de familias mixtecas. Algunos vendedores del mercado municipal “Rodolfo Sánchez Taboada”, mencionaron que en los últimos meses aumentó el precio de los frutos cítricos, pues todo lo anterior interviene en las cosechas de agricultores.
Una comerciante de frutas y legumbres del mercado “Porfirio Díaz” señaló que el precio del limón ahora cuesta entre los 70 a 50 pesos el kilo dependiendo de la calidad del fruto, pero que hace unos meses del 2021 se encontraba de los 12 a los 14 pesos. De acuerdo con los agroindustriales de la zona, se percibe poca cosecha de frutas y verduras cultivadas, especialmente como consecuencia de la temporada de frentes fríos en una región que de por sí es cálida, con lluvias de estación, donde cada vez es más evidente la disminución del agua. La región de Acatlán se destaca por enfrentar largas temporadas de sequía, sumado a la falta de lluvias, carece de infraestructura para retener el agua, de ahí que el estiaje aumente en los primeros meses del año.
De acuerdo a un análisis del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el costo del limón se elevó debido a una disminución en su producción a causa del alto costo en el precio de los fertilizantes, así como por el mal clima. Las lluvias y los huracanes que llegaron en 2021, evitaron la adecuada aplicación de los fertilizantes, y como resultado actualmente hay muy poco producto y se vende caro. “La combinación de factores como: la menor intensidad en la aplicación de la fertilización, la caída en la producción, la influencia de la estacionalidad, y los frentes fríos de la temporada, han provocado el aumento actual en los precios del cítrico”, aclaró el CNA.
Se espera que para marzo, con un mejor clima, se regularice la demanda de limón, y así baje su costo. De acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre el Índice Nacional de Precios al Consumidor, el limón fue unos de los principales productos que más subió de precio. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señala que México, además de ser uno de los principales productores del cítrico a nivel mundial, también es uno de los principales consumidores.
Otro ejemplo, en la Ciudad de México, la variante Colima se vendió en enero de 2022 a un máximo de 79.90 pesos el kilo, por su parte, la variedad Persa alcanzó en algunos supermercados los 69 pesos el kilo según informó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). Como sabemos, este cítrico es esencial en la gastronomía de las familias mexicanas; pero el aumento descontrolado de su precio afecta a todos los hogares del país y también, a millones de mercados, puestos, fondas y restaurantes que adquieren limón para realizar sus preparaciones.
Sin embargo, el alza no sólo se refleja en estos lugares. El precio del limón se disparó en México más de un 150%, pues las cifras en nuestro país son excesivas. En este inicio de año, justamente en el mes de enero, el limón Colima cuesta en promedio, 63.97 pesos el kilo; mientras que el persa vale 46.46 pesos, aproximadamente. Son costos muy caros, especialmente si los comparamos con los de hace un año, cuando, por la misma cantidad de limones, pagábamos solo 16.58 pesos el kilo en promedio, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Es cierto que el calentamiento global y el cambio climático han afectado las cosechas de los agricultores, recordemos que en 2021 se enfrentó una severa sequía que impactó el volumen de producción de cítricos pero esto aunado a la falta de inversión del gobierno federal en recursos económicos para el campo, lo que conlleva a la presencia de plagas por la falta de aplicación de fertilizantes, tema que quiero subrayar, complemento a todo el encarecimiento de fertilizantes que hasta a octubre del año pasado, los precios subieron a tasas récord de 48 al 79%.
Álvaro López Ríos, secretario general de la Unión de Trabajadores Agrícolas (UNTA), advierte que “lo que impulsa este gobierno de la 4T para el sector agropecuario pone en riesgo el crecimiento de la actividad pues no se dirigen al fomento de la productividad”. El gobierno de Morena debe conocer que en el campo hay reclamos y repudio a la política de tijera de su administración para quitar recursos y programas importantes para el desarrollo rural y llevar prosperidad a miles de familias en el campo. En menos de 3 años, desaparecieron 14 programas de apoyo directo a la actividad agropecuaria, tan solo en el año pasado, se cancelaron programas como el de Apoyo a la Comercialización, Financiamiento y Aseguramiento, el Crédito Ganadero a la Palabra y de Vinculación Productiva, entre otros, para 2022 los recursos disminuyeron 26.4% a 53 mil 089 millones de pesos concentrados en siete programas prioritarios de Presidencia de la República.
Para colmo de males, aparte de del mal gobierno que nos encabeza, la pandemia a causa del SARS-CoV-2 ha afectado también las ventas de los comerciantes y en general de las familias más pobres, toda vez que ahora la gente busca los productos más baratos, aunque no son precisamente los de mejor calidad ya sea para venta o para consumo personal, en una palabra, para medio poder alimentarse. La ofensiva de la Ómicron en este arranque de año tendrá un costo económico cuya factura estamos por recibir, no solamente con los cítricos.
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