Deseo de todo corazón, las mejores vibras para este 2024 que inicia, que ya se vislumbra sombrío y complicado. Apenas han pasado unos días de este nuevo año y ya se siente la intensidad y la deprimente situación que nos espera, en lo económico, en la salud, en la inseguridad y violencia en el país.
Contra la economía de las familias mexicanas, el alza de precios en los productos de la canasta básica, además de otros problemas que para los ciudadanos significan un duro golpe en sus bolsillos. Productos como la tortilla, los combustibles o los granos continúan al alza, aunque los refrescos y los cigarros son los que más aumentaron su precio.
En salud, estamos cada vez peor. A pesar de ser un derecho humano fundamental, consagrado en la Constitución, en México al sistema de salud sólo se le destina el 2.87 % del Producto Interno Bruto (PIB), muy por debajo de los estándares recomendados por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que recomienda destinar mínimamente el 6% del PIB.
A estas alturas del sexenio, ya para nadie es nuevo que la política implementada en materia de salud ha sido un fracaso, y no sólo eso, sino que lejos de enmendar y corregir, el Gobierno se atreve a ignorar este problema, dejando a los mexicanos a un destino de muerte segura por falta de atención médica.
Tal falta de atención no se debe precisamente a que no haya recursos económicos para atender el problema, sino a que la prioridad del presidente no es invertirlos en las necesidades de sus gobernados. Se habla mucho de los derechos humanos, pero este gobierno viola el de la salud, condenando a millones de mexicanos a la enfermedad y más pobreza.
Aunque hay bastantes ejemplos de todo esto, en lo que en otra ocasión ahondaremos, por ahora sólo mencionaré los latentes problemas que se acentuaron en estos últimos días: la grave crisis inflacionaria que se vive en nuestro país, además del nulo crecimiento económico que enfrentamos, la inseguridad de la que hemos sido testigos y la crisis en el sector salud.
A pesar de que fue una de las promesas más sonadas del gobierno morenista, está a punto de acabar el sexenio y López Obrador nunca mejoró el sistema de salud de nuestro país, aunque sí lo empeoró.
Desde su llegada al poder, López Obrador generaba altas expectativas entre el pueblo de México y generó confianza de que iba a cumplir lo prometido; de que ahora sí los mexicanos íbamos a gozar de un Gobierno a la altura de nuestra historia. Hoy, la gran mayoría de los mexicanos se sienten totalmente decepcionados.
Está a punto de acabar el sexenio y López Obrador nunca mejoró el sistema de salud de nuestro país, aunque sí lo empeoró.
En este escenario tan sombrío de pésimas políticas en el Gobierno federal, ¿quién está pagando los platos rotos? La ciudadanía, la población trabajadora de este país, que siempre ha tenido a bien sacar la cara por México ante una serie de gobernantes como los actuales, que sólo se dedican a saquear el país; a hacer política disfrazada para golpetear una y otra vez contra el pueblo que los lleva a esos puestos políticos.
Es hora de tomar consciencia de esta realidad: de que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de Morena son una tragedia para México. Es momento de que el pueblo impida que los gobernantes hagan y deshagan a su antojo. El pueblo de México debe tomar en sus manos el poder político y construir una sociedad más justa y equitativa.
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