MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Hacia dónde se dirige nuestro país?

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En el discurso pronunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) durante el desfile cívico militar que conmemoró los 211 años del grito de Independencia, donde estuvo presente el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, resaltan algunas ideas que muestran su personalidad y su política actual. Su discurso está dividido prácticamente en dos partes: en la primera hace un recuento de la personalidad del Don Miguel Hidalgo y Costilla, y en la segunda parte, manifiesta su posición política respecto a Cuba, misma posición que expuso en el 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar el día 24 de julio de este año. Sin embargo, estas dos partes se unen y se confunden para tener como resultado una sola visión del mundo de quien está llevando a nuestro país al desastre nacional. 

Veamos. En la primera parte comienza señalando que los mexicanos festejamos más el inicio que la consumación de la Independencia y esto porque quien la comienza fue el cura Hidalgo, un representante del pueblo y no Iturbide quien la consuma, quien fue un representante de las élites del país de aquel entonces. Es cierto que reconocemos el heroísmo de nuestro caudillo michoacano, pero ¿por qué AMLO no mencionó al pueblo raso?, ¿por qué no se refirió a la masa del pueblo pobre que entregó su sangre, sus hijos y su vida para luchar por el anhelo de libertad y de justicia? De aquí se desprenden dos conclusiones: o AMLO, el caudillo, pretende que lo comparemos con el cura Hidalgo o busca continuar con la misma visión oficial de antaño ocultando el papel del pueblo en los cambios sociales; posición que lo delata no como un representante popular sino como un burgués gentilhombre. Las transformaciones profundas son fruto de la participación combativa de las grandes masas que engendran de su seno a los guías que, si no están preparados con un proyecto de país bien definido, están destinados al fracaso.

El presidente dice que Hidalgo fue un verdadero cristiano demostrado por el hecho de no entrar en la Ciudad de México para evitar el degüello de realistas e inocentes. Esto en vez de un mérito demuestra nuevamente que cuando nuestros caudillos no están bien preparados suelen cometer este tipo de errores. Recordemos que cuando Villa y Zapata llegaron a Palacio Nacional, ninguno decidió sentarse en la silla presidencial lo que significó el principio del fracaso. 

Es cierto que las clases dominantes no perdonan la osadía de quienes se levantan a exigir sus derechos, pero antes de pasar a la acción violenta como la persecución y el asesinato, los poderosos inventan los más viles sobrenombres para denostar a los líderes de los rebeldes ante la mirada desconcertada de la opinión pública. Dice el presidente que según Paco Ignacio Taibo (su escritor de cabecera), Hidalgo fue llamado “Endurecida alma, escolástico sombrío, monstruo, taimado, corazón fementido…”; Zapata fue nombrado el “Atila del Sur, roba vacas, salteador de caminos…” así como también ahora a los que se manifiestan y exigen sus derechos les llaman revoltosos, argüenderos, intermediarios, brazo armado del PRI, roba terrenos, comeniños, fifis, conservadores, etc.

Dice AMLO que los anhelos de justicia y libertad se convirtieron en realidad hasta un siglo después con la Revolución Mexicana. No podemos desechar el avance que se ha tenido en nuestra historia para lograr los anhelos de nuestros héroes de la Independencia, sin embargo, hasta nuestros días estos anhelos siguen sin realizarse aún después de la Revolución Mexicana y aún después del gobierno de la cuarta transformación. Pensemos por ejemplo en el desempleo, los bajos salarios, la falta de vivienda, de salud, de educación, en el incremento de la pobreza, la desigualdad, la falta de libertades políticas, la corrupción, el compadrazgo y nepotismo que son el pan de cada día. 

En la segunda parte del discurso, resaltan dos aspectos: primero, elogia a Cuba por defender su soberanía e independencia, la declaró digna de recibir el premio de la dignidad y de ser llamada la nueva Numancia por su resistencia; segundo, llamó a Estados Unidos a levantar el bloqueo contra la isla porque “se ve mal” que a través de éste se impida el bienestar del pueblo cubano; y pidió una política de reconciliación y entendimiento entre Estados Unidos y los países latinoamericanos. Comparto la opinión del maestro Aquiles Córdova Morán en su artículo del 15 de septiembre respecto a estos temas: sobre lo primero dice el maestro: “nada tengo que agregar a esto, salvo que Cuba no necesita tantos premios simbólicos o medallas al valor como la solidaridad activa y efectiva de los miembros de la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (CELAC) y de todas las naciones soberanas del mundo” y en lo segundo denuncia la maniobra de AMLO “En pocas palabras, López Obrador propone formar un frente único entre América Latina y Estados Unidos para fortalecer la economía norteamericana y, por esa vía, frenar el avance de China en el Continente Americano. Una alianza anti-china y pro-yanqui es la novedad que propone AMLO, a cambio de que Washington se comprometa a respetar la autonomía política de sus vecinos del sur”.

Podemos concluir que: 1) en el discurso pronunciado López Obrador al no referirse al pueblo y las causas económico sociales, internas y externas, que lo llevaron a sublevarse se revela como lo que es, un demócrata burgués que sirve a los intereses de las clases dominantes y juega su papel histórico de manipulador de la historia; 2) engaña al pueblo al señalar que los anhelos de libertad y de justicia fueron consumados con la Revolución Mexicana. Ni la Independencia ni la Revolución ni la “cuarta transformación” han logrado justicia social y libertad para el pueblo. Solo se mejoraron las formas de sometimiento ahora más sofisticadas que emplean las clases dominantes y sus lacayos; 3) el presidente se ha esforzado por convencer a los mexicanos y a Díaz-Canel, que México es independiente como aquel país socialista. Olvida que nosotros nos independizamos de una España que estaba en decadencia, para luego quedar sometidos bajo el yugo de Estados Unidos quien después de la desaparición de la URSS consolido su dominio sobre el mundo entero; 4) al hacer la remembranza del proceso de Independencia, AMLO se siente identificado con Hidalgo, considerándose como un mesías, como un cristo redentor que liberará a nuestro país del neoliberalismo. Y aquí se conecta con el discurso de la segunda parte llamando a que los Estados Unidos sean buenos chicos y eliminen el bloqueo contra Cuba. No se da cuenta, como dice el maestro Aquiles, el carácter leonino del imperialismo y la reacción que puede tener contra nuestro país en caso de seguir jalándole la cola. 

Finalmente, pienso que no debemos olvidar el espíritu subversivo y revolucionario no solo de Don Miguel Hidalgo, de José María Morelos, de Allende, de Aldama, de la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez, de Leona Vicario como bien ha reseñado un obrero citadino, sino que debemos enseñarle al pueblo que no basta con el liderazgo del caudillo, que es necesario que exista un proyecto de país científicamente planteado y un pueblo organizado y educado que lo impulse hasta hacerlo realidad, para que sepa con certeza hacia dónde va y cuál es su misión histórica. Tener un desconocimiento de la historia, olvidar al pueblo en momentos trascendentes de nuestra vida política, seguir concibiéndose como mesías, picarle la cola al león imperialista, hacer un recetario de buenos deseos para América Latina y salmos para el imperio, nos obliga a preguntarnos, ¿hacia dónde se dirige nuestro país bajo la conducción de AMLO? 

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