En mi colaboración de esta semana, quisiera hacer eco de la denuncia que diversos medios de comunicación y columnistas han hecho a nivel nacional: Morena pretende cometer un fraude electoral a gran escala para mantener su mayoría en la Cámara de Diputados, al tiempo en que insta a sus representantes de partido ante las mesas directivas de casilla a cometer delitos electorales antes y durante la jornada electoral del 6 de junio.
La maniobra consiste en entorpecer, deliberadamente, el conteo de los votos en cada una de las casillas del país, para tener forma de judicializar diversos procesos y, según convenga a los intereses del partido gobernante, poder anular la elección de manera parcial (en una o más casillas) o total en diversos distritos federales electorales del país.
El Manual de Capacitación que Morena ha entregado a sus representantes de partido, los instruye a contar mal los votos a favor de los candidatos a diputados federales de la coalición “Juntos Hacemos Historia”, integrado por éste partido, por el PT y el PVEM, pues les pide que “cuando el elector marque en la boleta los tres recuadros que pertenecen a nuestra coalición, el conteo dará 1 voto para el candidato propuesto y un voto para cada uno de los partidos de la coalición”; es decir, en lugar de que lo contabilicen como un voto fraccionado en tres partes, como lo establece la ley, se les instruye para que los contabilicen como si fueran 3 votos diferentes, lo que alteraría significativa la suma total de los votos para cada uno de los partidos que conforman esta coalición. Atentando contra el principio básico de la democracia: un ciudadano, un voto.
La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como el Reglamento de Elecciones, establecen que si en la boleta electoral, un ciudadano decide marcar los emblemas de dos o más partidos que vayan en coalición, ese voto será válido a favor del candidato que represente a esa coalición, sin embargo, se dividirá en fracciones para cada uno de los partidos, de ninguna manera se contabilizará como si fueran dos o tres votos. Esto es de suma importancia, puesto que, debemos recordar que en la elección para diputados federales no solo se vota por el candidato de mayoría relativa en el distrito federal correspondiente, además se vota por los candidatos a diputados plurinominales que cada partido propone y que aparecen enlistados al reverso de la boleta electoral.
Pensemos que 300 electores marcaron en la boleta los logos de Morena, PT y PVEM en una casilla electoral, a la hora en que se cuenten los votos, los 300 se contabilizaran al candidato de la coalición en ese distrito, sin embargo, se dividirán proporcionalmente entre los 3 partidos políticos: 100 votos para Morena, 100 para el PVEM y 100 para el PT, mismos que se sumaran a los votos que cada uno de los tres partidos hubiese obtenido de forma individual y que se contabilizaran a favor de los candidatos a diputados plurinominales de cada uno de esos partidos políticos.
El peligro de que los representantes de Morena exijan un erróneo conteo de los votos radica en que, en lugar de que se aplique esta formula, se contabilicen 300 votos para cada partido y al final se sumen como si fueran 900 votos y se asienten de esta forma los resultados en las actas de escrutinio y cómputo, inflando artificialmente la votación para esta coalición y aumentando las posibilidades de que más legisladores afines a la 4T lleguen a la Cámara de Diputados. Esta operación, llevada a cabo a gran escala, es decir, en todo el país, puede fácilmente considerarse un abierto intento de fraude electoral.
Para llevar a cabo este fraude con éxito, en el mismo Manual de Capacitación, Morena insta a los representantes de su partido en cada casilla y sección electoral del país, a buscar a los integrantes de las mesas directivas de casilla días antes de la jornada electoral, a reunirse con ellos. Esto es un delito electoral, sin ninguna duda. Deberíamos preguntarnos con seriedad con qué intención se les pide que hagan esto; este acto puede interpretarse como una cínica y abierta instrucción de pretender cooptar por las buenas o por la fuerza a los ciudadanos que fueron elegidos por el INE para resguardar el voto de los mexicanos y para garantizar que las elecciones se lleven a cabo en paz y en estricto apego a los principios de imparcialidad y objetividad.
Morena, pues, utilizando las instituciones y recursos públicos, pretende llevar a cabo un fraude electoral inspirando confusión entre los ciudadanos y desacreditando permanentemente al árbitro de las elecciones, el INE. Desde este modesto espacio, llamo a los funcionarios electorales a no dejarse cooptar ni intimidar por los morenistas y a todos los ciudadanos del país que no estamos de acuerdo con la autodenominada “Cuarta Transformación” a mantenerse vigilantes y alertas contra todo intento de violar la ley y de robarse el triunfo a la mala. Quizá, la mejor forma de evitar que cualquier intento de fraude se ejecute, es que todos los mexicanos progresistas y que no queremos ir hacia una dictadura salgamos a ejercer nuestro derecho al voto libre y secreto. Salgamos todos a votar por México.
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