Para los mexicanos que en alguna medida nos damos cuenta de los resultados desastrosos de la gestión presidencial para contener la pandemia que ha dejado miles y miles de muertes y más de dos millones de contagiados por coronavirus, de las advertencias de las calificadoras y de organismos internacionales que la economía tardará alrededor de cuatro años en recuperar el tamaño que tenía al arranque del sexenio, del cierre definitivo de empresas y el desempleo que no ceden, es evidente que se necesita una cirugía mayor, pero nuestros políticos no lo ven así.
Como es de nuestro conocimiento, en varios Estados ya dio inicio la campaña de las elecciones que se llevarán a cabo el próximo 6 de junio para renovar la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y más de 1,900 ayuntamientos y juntas municipales. Pero es sorprendente que pese al obscuro panorama económico, social y político en que está sumido el país, los candidatos a puestos de elección popular como en los procesos anteriores estén sin ofrecer a las masas una alternativa de país y de vida, distintos y mejores para todos.
Hasta el momento a los aspirantes no se les escucha nada en el tema de creación de empleos, salud, educación, vivienda y servicios básicos. Este es el verdadero error de los políticos que pretenden arrebatarle el poder a Morena, error o carencia que aunque no sea su intención reducen su propuesta a una simple vuelta al pasado que el pueblo ya rechazó y al que no desea volver, salvo que se le engañe y manipule para ocultarle la verdad.
Está claro que la tarea de nuestros políticos no va más allá de las elecciones intermedias sólo llega a tratar de frenar, contrabalancear a Morena en el Congreso, es decir, que el poder se reparta mejor y ellos saldrán ganando con eso, de ninguna manera se proponen acabar con la desigualdad y con la pobreza que causan los males del país. Para eso se requiere un proyecto de país distinto, diferente, superior al del partido en el poder, que coloque en el centro de sus preocupaciones los problemas y las necesidades de la gente, o sea, el reparto equitativo de la renta nacional y la atención de otras demandas del pueblo que necesita para vivir dignamente.
De todas maneras, la sociedad mexicana algo ganará si se le pone un contrapeso a Morena. Los mexicanos que buscamos una patria mejor tendremos mejores condiciones para seguir luchando por un proyecto de país que tome en cuenta el verdadero problema de México que es la injusta distribución de la riqueza. Podremos seguir buscando que la gente entienda, haga suyo y se aglutine en torno a este proyecto para que lo pongamos en práctica. Eso no lo están haciendo ni lo van a hacer los personajes que únicamente están buscando acceder a un puesto público y además que están en su derecho, ellos son libres de hacer y de actuar como quieran, pero eso no impide que los luchadores sociales impulsemos un proyecto superior para el país.
Ese proyecto de país debe ser totalmente distinto a la 4T y a los partidos tradicionales. El modelo que necesita y le haría bien a México, es el que propone el Movimiento Antorchista Nacional que desde hace 47 años tiene un proyecto, al que seguramente le faltan detalles, quizás correcciones, modificaciones, eso lo dirá el tiempo, pero se puede convertir en realidad ya que, como sea es una propuesta política viable, por lo tanto, los Antorchistas tenemos que pelear el poder político para llevarla a la práctica.
No hay duda que ante actual el panorama electoral se impone la necesidad de formar un partido político que no haga exactamente lo mismo, que no siga el mismo modelo de otros partidos que no le han resuelto el problema al país, porque no se identifican con el pueblo, porque no se han preocupado por darle forma a un proyecto en que se reflejen con exactitud y profundidad, de manera completa y además, de manera realista, viable, las necesidades del pueblo, por eso es como si faltara un eslabón entre los partidos políticos y el pueblo, como si fuera una cadena rota en la que falta un eslabón, que es precisamente el proyecto político que refleje las necesidades del pueblo trabajador.
A lo largo de casi cinco décadas, Antorcha ha sostenido que el problema principal en México y en el mundo es la desigualdad tan honda, lesiva y en ascenso, que provoca millones de pobres. Lo que se requiere es que no haya extremos ni de opulencia ni de miseria, que la riqueza de nuestro país sea repartida más equitativamente que tenga más estabilidad y paz social, basadas en la plena satisfacción de las necesidades populares, no basadas en leyes represivas, amenazas o el uso de la fuerza, la manipulación y el engaño, que es lo que hacen muchos partidos, y es lo que está haciendo Morena. Ha llegado la hora de impulsar un proyecto superior.
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