Los resultados que arroja la Encuesta Nacional sobre la Discriminación 2022 (Enadis), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), presentados el pasado 25 de mayo, muestran que como muchos de los males sociales que aquejan a nuestro país, la discriminación se incrementó al pasar de 20.2 a 23.7 por ciento en los últimos cinco años.
Según la encuesta, Yucatán es el estado con el mayor índice de discriminación en el país, ya que, de 2017 a 2022 la entidad registró un aumento de 52.8 por ciento en sus indicadores, al pasar de 21 a 32.1 por ciento; seguido por el estado de Puebla, donde el 30.6 por ciento de su población se ha sentido discriminada, Querétaro, con el 30.5 por ciento, Ciudad de México, 29.6 por ciento y Jalisco, 27.1 por ciento.
La encuesta destaca que uno de cada cinco mexicanos sufrió discriminación en 2022, por lo que, Claudia Olivia Morales, presidenta de la Conapred, enfatizó que los resultados son un fuerte llamado de atención para consolidar la política de igualdad y no discriminación en el país. Dicho ejercicio precisa también que entre los principales motivos por los que se discriminó a la gente sobresalen: la forma de vestir o arreglo temporal, 30.6 por ciento; peso o estatura, 27.5 por ciento; opiniones políticas, 24.6 por ciento; ser mujer, 23.7 por ciento; manera de hablar, 21.6 por ciento, edad, 21.4 por ciento y la población que consideró que le fue negado alguno de sus derechos injustificadamente en los últimos cinco años, el 20.5 por ciento.
Entre los prejuicios más comunes que abonan a la discriminación, se coloca en primer lugar, que “los pobres se esfuerzan poco por salir de su pobreza”, que las personas indígenas valoran poco el seguir estudiando, que las personas con discapacidad son de poca ayuda en el trabajo y que “algunas mujeres que son violadas es porque ellas provocan a los hombres”.
Estos agravios inferidos a millones de mexicanos, deben cobrar la importancia que merecen para contrarrestarlos. La discriminación, así como otros fenómenos sociales, lacera la vida de las grandes mayorías de nuestra patria, por eso es indispensable que la sociedad en su conjunto obre en consecuencia, porque la discriminación tiene efectos estructurales, de largo plazo, son procesos que venimos arrastrando de muchos años enraizados en la sociedad.
De aquí la importancia de que las estadísticas sean consideradas en toda su valía, que no solamente describan el problema, sino que sirvan para la creación de políticas públicas que combatan la discriminación; por lo que el Estado debiera ser el primero en observar el problema y tomar las medidas pertinentes para erradicarlo, porque la discriminación no solamente la llevan a cabo los individuos sino también las instituciones que por acción u omisión establecen ciertas desigualdades de tipo social, laboral o político, en contra de un cierto tipo de individuos y/o grupos humanos.
La discriminación consiste entonces, en negarle a un individuo o grupo humano el acceso a ciertos derechos, bienes o servicios, sin tener una razón justa para ello. Es un fenómeno social que causa mucho malestar en quien lo padece y que empobrece el trato entre los seres humanos, haciéndolo menos igualitario, menos democrático y, por ende, menos justo.
Así pues, resulta paradójico que Yucatán, la entidad que registra los mejores índices de seguridad de todo el país, que se ubica entre los Estados con menor tasa de desempleo y gran impulso a la industria, que cuenta con el gobernador mejor calificado; lidere como primer estado discriminador del país, que tenga la canasta básica más cara de todo México, con 262 mil 273 yucatecos (11.3 por ciento) que viven en pobreza extrema, que a un grupo importante de 30 mil yucatecos adheridos al Movimiento Antorchista, se les niegue por consigna un día sí y otro también la solución de sus legítimas demandas que buscan hacer de la vida de sus militantes, menos dolorosa y más humana.
Algo está mal y el gobierno que encabeza Mauricio Vila Dosal, haría bien en revisar y enmendar la discriminación que hace por acción y omisión. Los medios de comunicación mencionaron que el Poder Ejecutivo informó que toma con mucha seriedad los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Discriminación 2022 del Inegi y que actuará en consecuencia; quienes hemos sido afectados por esas acciones del gobierno esperamos que así sea, mientras tanto, los antorchistas seguiremos exponiendo nuestra problemática y exigiendo a quien corresponda, cumpla con su responsabilidad.
Pudiéramos concluir que el incremento de todas las manifestaciones de discriminación, son resultado del mal funcionamiento estructural de la sociedad, que tienen raíz en la pobreza y marginación en que viven casi 100 millones de mexicanos; que por su gravedad exigen una solución radical y urgente y no calmantes que lo único que hacen es crear un caldo de cultivo propicio para una revuelta social. Todos los que sufrimos discriminación tenemos que unirnos, hacer un solo frente de lucha y enfrentar el problema en común.
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