MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Infancia poblana, entre pobreza, trabajo y migración

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No estoy de acuerdo con el famoso dicho —repetido hasta el cansancio por todos los gobiernos— de que los niños son el futuro de México, porque los gobiernos abusan de esa frase para excusarse por sus nulas acciones para lograr que esa niñez tenga todo lo necesario para desarrollarse de manera completa.

En Puebla, un millón 360 mil niñas, niños y adolescentes se encuentran en situación de pobreza, es decir, el 62.8 % de menores de 17 años que reside en el estado enfrenta algún tipo de carencia social.

Creo que, en efecto, los niños sí son el futuro de México, pero lo bueno o malo que sea ese futuro depende —y aquí está la trampa que omiten decirnos los políticos y los empresarios mexicanos— de cómo esos niños se puedan desarrollar, con todas sus capacidades creativas y creadoras, en el presente. 

Ese futuro depende de si tienen un lugar digno en donde vivir, si sus padres ganan un salario digno y suficiente para darles una alimentación adecuada (carne, leche, verduras y frutas), si tienen cerca de su casa y accesible para ellos escuelas dignas de todos los niveles educativos (con salones cuidados, baños amplios y limpios, laboratorios, bibliotecas con cientos de libros y lugares para estudio, sala de aprendizaje de idiomas, salas de cómputo de alto nivel, salones de arte para practicar danza, teatro o música, canchas deportivas adecuadas, albercas, jardines amplios, etcétera), si tienen acceso libre a la salud (vacunas gratuitas, médicos generales o especialistas, medicinas gratuitas cuando sean necesarias, estudios de cualquier tipo gratuitos).

Hay muchas otras cosas que podríamos enumerar y que, según nosotros, son necesarias para que los niños, en crecimiento y conocimiento del mundo que les rodea, puedan desplegar todas sus habilidades físicas y capacidades mentales, pero con esas cuatro que ponemos nos damos por satisfechos por ahora para lo que este texto quiere analizar.

En México, por el contrario, la mayoría de los niños viven en la pobreza. Una nota de El Economista sostiene que “ocho de cada diez menores de edad [de 0 a 18 años] en México están en pobreza o vulnerabilidad”, y de esos “el 38 % se encuentra en pobreza moderada y otro 10 % se encuentra en pobreza extrema. Otro 30 % de los menores están en riesgo de caer en pobreza por ingresos o carencia en el acceso a derechos sociales básicos”.

Una nota de ADN 40, del 30 de abril de 2025, afirma que “36.8 millones viven en pobreza y sin servicios básicos esenciales”.

En Puebla la cosa no cambia. Diario Milenio, del 17 de octubre de 2024, dice: “Puebla es cuarto lugar en el país con niños y adolescentes en pobreza: Coneval”. Al interior de la nota se dice:

“En Puebla, un millón 360 mil niñas, niños y adolescentes se encuentran en situación de pobreza, es decir, el 62.8 % de la población infantil y menores de diecisiete años que reside en el estado enfrenta algún tipo de carencia social. Así lo reveló el documento ‘Pobreza infantil y adolescente en México, 2022’, presentado por el Coneval y la Unicef”. Superan en cantidad de niños en pobreza a Puebla, el Estado de México, Chiapas y Veracruz.

Dice el portal e-consulta: “más de 52 mil menores no asisten a clases en el estado de Puebla, de acuerdo con datos del Inegi”. 

Una nota de El Sol de Puebla, del 18 de julio de 2025, afirma: “Un total de 285 mil 287 menores de edad laboran en diferentes sectores como el campo, la construcción, mercados, calles, entre otros, lo que coloca a la entidad en el sexto lugar con mayor trabajo infantil (…). De acuerdo con la información proporcionada por el personal jurídico de la Comisión de Trabajo, Competitividad y Previsión Social, en la entidad poblana, uno de cada cuatro niñas, niños y adolescentes no asiste a la escuela, lo cual compromete su desarrollo integral y perpetuo, además de que genera ciclos de pobreza. La situación se agrava en zonas rurales, por lo que las cifras de trabajo infantil representan el 20.7 %, mientras que en zonas urbanas es de 8.4 %”.

De los niños que trabajan, “133 mil 724 menores realizan actividades no permitidas, es decir, que ponen en riesgo su salud, que afectan su desarrollo físico y psicológico o bien se llevan a cabo por debajo de la edad mínima permitida para trabajar. (…) Están expuestos a labores donde hay sustancias tóxicas que pueden causarles daños a la salud, en lugares con riesgos de caídas o lesiones por maquinaria, horarios de trabajo prolongado o en condiciones climáticas extremas”. La mayor cantidad de niños así viven en la capital, Tepeaca, Texmelucan, Cuetzalan y Acatlán de Osorio (Diario Milenio, 29 de abril de 2025).

Cuando ni con trabajo salen de la pobreza, viene la migración. ¡Los niños también se convierten en migrantes! Si creía que solo los adultos cruzan el Río Bravo o se suben a La Bestia, entonces no vio la película completa.

Una nota de contrareplica.com (6 de marzo de 2024) dice: “Siete de cada diez migrantes menores de edad originarios de la entidad poblana que viajaron a Estados Unidos lo hicieron sin compañía ni cuidado de algún adulto”.

En los últimos tres años “se contabilizaron hasta dos casos diarios de menores que habían cruzado la frontera. Fue en 2022 el año con más menores que querían cruzar la frontera con mil 483 casos, entre los que viajaban solos o en compañía de familiares”. Los municipios con más niños migrantes son la capital de Puebla, Tehuacán, Atlixco, Izúcar de Matamoros, Acajete, Pahuatlán, V. Carranza, Texmelucan y Tecamachalco.

Si la familia es pobre, el niño es pobre y padecerá por no tener ropa o zapatos, ni una buena alimentación, ni escuelas de alto nivel en sus comunidades o colonias humildes (reinan en varios municipios de Puebla las escuelas de palitos o con cercas de cartón), ni hospitales con doctores, vacunas o medicinas en general. Deben vivir en casas con pisos de tierra, sin servicios básicos y olvidados.

Los niños sufren el salario de los padres, hombres y mujeres muy trabajadores pero muy mal pagados por los empresarios. El ingreso promedio mensual de los trabajadores poblanos es de 8 mil 504 pesos, lo que implica tener 283 pesos al día para gastar. ¡Solo cuatro pesos más que el salario mínimo en el país! 

Los niños poblanos —y de México— son pobres, padecen hambre, no van a la escuela, deben ir a trabajar al campo, al comercio, las fábricas o, de plano, se van de migrantes a Estados Unidos, porque sus padres son pobres. Vivirán pobres y morirán pobres. El sistema capitalista de producción de mercancías, bajo la propiedad privada de los medios de producción, impide que el trabajador salga de la pobreza. Si tiene suerte, encontrará un trabajo formal y, si tiene más suerte, un salario que le dé de comer. Nada más. 

¿Cómo hacerle? Sólo hay una salida: construir un partido de nuevo tipo que agrupe a los trabajadores del país para tomar el poder político y, desde ahí, cambiar el modelo económico en el que vivimos, que es cruel y explotador, por uno más humano en el que todos —niños, jóvenes y adultos— puedan vivir sin pobreza. Ese partido lo está formando Antorcha: únete a nosotros, estudia con nosotros y lucha con tus hermanos de clase.

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