Este fin de semana llegó Andrés Manuel López Obrador a tierras bajacalifornianas, empezando su gira por la ciudad capital, Mexicali, donde fue recibido por un grupo de manifestantes, al igual que en diferentes puntos de la república, aquí Andrés Manuel, tampoco fue bienvenido por los cachanillas, pues entre los carros chocolates y la municipalización del agua potable, los manifestantes exigieron ser escuchados.
Sin embargo, el mandatario volvió a actuar como el despótico e irritable personaje que lo caracteriza, durante la gira hizo la inauguración de instalaciones de la Guardia Nacional en ese municipio, se trata del quinto cuartel de 12 con los que contará Baja California. Los ya existentes se ubican en Rosarito, Vicente Guerrero, (San Quintín), Tijuana y Ensenada.
Aquí también declaró que “Vamos a seguir haciendo un esfuerzo conjunto autoridades locales, gobierno federal, para garantizar la paz y la tranquilidad como lo merecen los ciudadanos de Baja California, el que podamos reducir la incidencia delictiva en todos los municipios porque ya son tiempos distintos, no se permite la impunidad.”
Pero hemos visto en el presidente que la lengua no la tiene conectada con la cabeza, pues a pesar de que los datos estadísticos gritan que las cosas no han mejorado con relación a la seguridad, así lo demuestran los últimos datos presentados: Durante la gestión de dos años del gobernador Jaime Bonilla la percepción de inseguridad aumentó cuatro puntos entre 2019 y 2020.
Datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2021 (ENVIPE) generada por el Subsistema Nacional de Información de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia (SNIGSPIJ), coordinada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indican también que el 68 por ciento de los habitantes en esta entidad se siente inseguro en su ciudad, su colonia y sus calles.
Así también, señala que un tercio de la población de Baja California, el 32.7 por ciento, atestiguó o fue víctima de algún delito en el que se usaron armas de fuego. De igual modo, explica que dos de cada tres habitantes de Baja California sienten inseguridad al caminar durante la noche alrededor de su vivienda. Así, la encuesta expone que la principal preocupación de los bajacalifornianos es la inseguridad, y que solo el 32.8 por ciento dice sentirse seguro.
Ante un gobernante que no conoce su realidad y se niega a aceptarla cuando el pueblo mismo se lo grita, no es un gobernante que esté pensado en resolver realmente sus necesidades, así es, tanto Andrés Manuel como el mismo Bonilla, no tienen claro todavía que existe una gran necesidad de seguridad, que el pueblo pide a gritos que se creen políticas para que estén seguros y no vivan con el miedo a ser asaltados y asesinados a la vuelta de la cuadra.
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