Para algunos funcionarios del Gobierno municipal de Tijuana, si no es que también para la alcaldesa Monserrat Caballero Ramírez, las exigencias del Movimiento Antorchista bajacaliforniano por llevar obras y servicios públicos a las colonias marginadas y olvidadas por los tres niveles de gobierno, y lograr un reparto más equitativo de la riqueza generada por el pueblo trabajador, son una exageración.
Por eso han hecho caso omiso a su palabra de resolver los planteamientos tratados en las mesas de trabajo, entre los que destacan las obras de la red de agua potable, drenaje y alcantarillado, pavimentación, canalización de arroyos y muros de protección, asimismo los programas sociales encaminados, según el eslogan oficial, para el “bienestar” de los más necesitados, sin que hasta la fecha se haya resuelto alguno.
Por si fuera necesario y le es de utilidad, le recordamos al Gobierno municipal de Tijuana, que de acuerdo con la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California, en su artículo 76, “el Municipio es la institución jurídica, política y social, de carácter autónomo, con autoridades propias, atribuciones específicas y libre administración de su hacienda, su objetivo consiste en organizar a la comunidad asentada en su territorio, para la gestión de sus intereses y la satisfacción de sus necesidades colectivas, tendientes a lograr su desarrollo integral sustentable; proteger y fomentar los valores de la convivencia local, así como ejercer las funciones y prestar los servicios públicos de su competencia”.
Asimismo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 115, refiere las competencias atribuibles a este nivel de gobierno en materia de servicios públicos. Parecía que el alcalde del XXII Ayuntamiento de Tijuana conocía esta parte de la constitución estatal y federal, así lo hizo ver cuando fue entrevistada por un medio digital que aprovechó para criticar el anterior gobierno morenista.
“Creo que voy a recibir un Tijuana con unas colonias muy olvidadas, con un problema fuerte en infraestructura, servicios públicos y de seguridad ni se diga, por eso necesito hacerle saber a todos que vamos a tener un gobierno incluyente…”; con el paso de los días, no se miran los avances para mejorar la situación en la que se encuentra el municipio, éste sigue en el abandono, carente de servicios públicos, sin agua, sin drenaje y sin luz, sin infraestructura vial, las calles son intransitables en cada temporada de lluvia, hace falta pavimento y las viviendas son coladeras cuando llueve, los programas sociales no tienen fecha para aplicarse.
Recientemente, el Movimiento Antorchista, a través de su dirigencia estatal, fue convocado a una reunión de trabajo presidida por el director de Gobierno Municipal, en la que estuvo presente el secretario de Infraestructura y el secretario de Bienestar, quienes presentaron como avances de su gestión cuatro obras que los consejeros municipales de la delegación Presa Este han enarbolado y que han aprobado para este año; es decir, se están adjudicando una gestión de los antorchistas de la zona Este de Tijuana. Cuando se les cuestionó que obras se llevarán a cabo en las demás delegaciones arguyeron que son las cuatro obras aprobadas para las colonias afiliadas a Antorcha. En otras palabras, no hay obras ni servicios públicos para las familias que viven en la pobreza. Dónde quedó esa preocupación por el abandono que el anterior gobierno de la 4T dejó, tan pronto se les olvidó.
Ni porque está el planteamiento de municipalizar la Zona Este de Tijuana, el Gobierno del XXII Ayuntamiento se inmuta, no se preocupa por resolver las carencias que existen en las periferias. Esto solo demuestra que los gobiernos de la 4T no son la opción que tanto pregonan, que son más de lo mismo.
Por nuestra parte seguiremos exigiendo una mejor distribución de la riqueza generada por el pueblo trabajador y que los tres niveles de gobierno lleven agua, luz, drenaje pavimento y programas de mejoramiento de la vivienda, para que las familias más necesitadas de Tijuana, del estado y del país, tengan un mejor modo de vida, pero para ello es necesario que el pueblo se organice y se eduque políticamente, y decida, de una vez por todas, cambiar la clase en el poder, que sea el pueblo trabajador el que dirija las riendas del país.
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