MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Juventud sometida, un México perdido

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En la actualidad vivimos en un modo de producción capitalista que mide a las personas según la cantidad de dinero que poseen. Bajo este sistema, la juventud es sometida de diversas formas, siendo la principal la ideológica.

En este contexto, la ignorancia es promovida como un valor, ya que para el capitalismo es preferible una población que no se cuestione ni se informe.

Se enseña la ley del mínimo esfuerzo, sugiriendo que no es necesario sacrificarse estudiando o trabajando, dado que existen otros métodos, legales e ilegales, para obtener dinero fácilmente.

Los medios de comunicación, incluyendo series, televisión y música, están diseñados para mantener a los jóvenes enfocados en placeres superficiales, la falta de respeto, la deshumanización y la violencia.

Los medios de comunicación, incluyendo series, televisión y música, están diseñados para mantener a los jóvenes enfocados en placeres superficiales, en la falta de respeto hacia los demás, la deshumanización, el individualismo y la violencia. Programas televisivos populares promueven el ocio como una vía para alcanzar fama y riqueza, empleando un lenguaje limitado y ofensivo.

En conversaciones con jóvenes sobre su futuro después de la preparatoria, muchos expresan que abandonarán sus estudios porque “es mucho esfuerzo para el poco dinero que podrían ganar”. Algunos prefieren ingresar al ejército, creyendo que allí obtendrán dinero y prestaciones que otros empleos no ofrecen.

Además de la manipulación ideológica, la juventud también es sometida mediante el consumo de drogas. Según una encuesta del Gobierno de México, uno de cada cuatro jóvenes ha consumido o consume drogas.

México enfrenta una crisis de salud pública: del 14.8 % de la población que consumía drogas en 2013, la cifra creció al 45.6 %, siendo la mayoría jóvenes (El Economista, 26 de junio de 2024).

El consumo de drogas y alcohol está asociado a problemas psicológicos, evidenciando que la juventud mexicana está enferma. Alfredo Camhaji Samra, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, afirmó que siete de cada diez jóvenes han sufrido depresión, y seis de cada diez, ansiedad, lo cual se desató a consecuencia de la emergencia sanitaria de covid-19.

La juventud está abandonada, sometida, envilecida; el sistema ha destruido sus esperanzas, ha envenenado sus mentes y anulado su capacidad para proyectarse hacia el futuro. Un país sin jóvenes con potencial está condenado a la pobreza, la marginación, la ignorancia, la insalubridad y el sometimiento por potencias extranjeras.

En este panorama desalentador, la juventud tiene una oportunidad en Antorcha.

Sólo en Ixtapaluca existe una escuela de Bellas Artes donde los jóvenes pueden desarrollar su talento artístico, o sus capacidades académicas en las distintas preparatorias y en la universidad privada con carácter social, en el Centro Universitario Tlacaélel, o sus habilidades deportivas, porque tenemos una Escuela del Deporte.

También se puede simplemente ser un partícipe digno, importantísimo del cambio social que necesitamos, donde la gente tenga trabajo, comida, educación, salud, y los jóvenes sean un motor presente que impulse y lleve a cabo el futuro luminoso que buscamos desde hace 50 años.

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