MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

L-12 del Metro: seguridad del servicio y justicia a los muertos y heridos, ¿para cuándo? 

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La noticia de la caída del Metro nos estremeció pasadas las 10 de la noche del 3 de mayo de 2021. Dos vagones de la Línea 12 quedaron colgando, inclinados en medio del estruendo y la polvareda que levantaron al caer del tramo elevado. El hecho dio la vuelta al mundo por los 26 seres humanos muertos, prensados entre fierros retorcidos y el centenar de heridos, muchos de ellos graves. Todo esto a pesar que usuarios de ese servicio y vecinos del lugar reportaban días y meses anteriores que al pasar cada convoy sobre esa parte elevada vibraba como si se fuera a caer, veían que partes de la elevada estructura que sostenían el paso de los convoyes se separaban. Nadie de los responsables del Metro les hizo el menor caso. 

Apenas tres meses antes del trágico desplome del Metro se incendió la Subestación Eléctrica de Alta Tensión en la estación Buen Tono, lo que afectó el Puesto Central de Control del Metro. Una persona falleció y 30 resultaron lesionadas. Seis líneas entre ellas las 1, 2 y 3, las más importantes, dejaron de dar el servicio durante varios días. Otro accidente con la misma tónica de descuido y falta de mantenimiento fue el 11 de marzo de 2020 en la estación Tacubaya cuando dos trenes chocaron, uno se encimó sobre otro, con resultado de una persona muerta y 41 heridos. Vistos crudamente estos hechos la conclusión es clara y no hay para dónde hacerse. El Metro no recibe el mantenimiento que por ley le corresponde. Al Metro le aplican la política de “austeridad” inaugurada por el presidente Obrador y seguida al pie de la letra por el gobierno de la ciudad.

Recordamos que al poco rato de la caída de la Línea 12 del Metro, en el lugar de los hechos la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se atrevió a declarar que se atenderían a las familias y heridos del espantoso accidente y se aplicaría la justicia a los culpables. Lo que hay de verdad en sus dichos es lo siguiente. El gobierno de la ciudad ha venido presionando a los familiares de los fallecidos por todo este tiempo, para que con dinero se desistan de cualquier acción legal contra los culpables de la muerte de sus seres queridos, y así proteger a la empresa propiedad de Carlos Slim que construyó el tramo caído de la Línea 12. Entonces hay que ver bien las cosas, no se trata de justicia sino de cohecho para salvar de responsabilidad a la empresa del poderoso empresario Carlos Slim, amigo del presidente López Obrador. El juicio sobre los supuestos culpables que hasta hoy existe y que nada más no avanza ni un milímetro, es contra diez personas compuesta por funcionarios de sexenios anteriores y empleados menores, puros chivos expiatorios. 

Es decir, los peces gordos no tienen para cuándo caigan, ni seguramente caerán, porque en este régimen de la cuarta transformación son absolutamente falsas las palabras grandilocuentes al estilo de “se llegará a la verdad y la justicia”, dichas por la jefa de Gobierno con el desplome de la Línea 12. 

En cuanto a lo afirmado por la jefa de Gobierno de que “todos los días se le da mantenimiento al Metro”, nadie lo cree porque no es cierto, es una más de sus grandes mentiras. Nuestra red del Metro, nuestra, puesto que se construyó con dinero del pueblo y de nadie más, sigue hasta la fecha en todas sus 12 líneas, sin un mantenimiento a la altura de su importancia y necesidad de seguridad para los cinco millones de pasajeros que por día hacemos uso de él, porque como dijo una humilde usuaria de su servicio “es el trasporte que los pobres usamos”. 

¿Qué le puede importar a Claudia Sheinbaum lo dicho por esta humilde usuaria del Metro? Nada, porque a la jefa de Gobierno ya se le queman las habas por ser presidenta del país, tal como le corearon sus contlapaches morenistas en su mitin del sábado anterior en el Monumento a la Revolución.  La señora está en lo suyo, su campaña política, ¿cómo se va ocupar de verdad en arreglar el Metro? Ella está únicamente para declaraciones bonitas de que nuestra gran ciudad está debidamente atendida por ella y por la bola de sus funcionarios que no atan ni desatan nada pues la ciudad es un desastre por donde quiera que se le vea. 

No se ve por ningún lado el progreso y buen gobierno que Claudia Sheinbaum prometió. Menos, cuando esta funcionaria ya tiene metida en la cabeza que va de salida, y prepara alegremente maletas para recorrer la república el año entrante en calidad de candidata al gobierno de México. 

Para un progreso y justicia real a los habitantes de nuestra ciudad y del país entero, necesitamos seguir organizados con el pueblo y en lucha permanente denunciando ante la población, una y otra vez sin cansarnos jamás, los pésimos y nulos resultados de gobiernos morenistas, como el de la capital. El tiempo se les agota a estos falsarios de “primero los pobres”. Sin duda alguna, el pueblo va a despertar y entonces será otra cosa.

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