MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La 4T al acecho de la UNAM, una alerta para los mexicanos

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Las primeras semanas de 2023 nos han servido para darnos cuenta del inminente declive del presidente, Andrés Manuel López Obrador, pese a lo que nos quiera hacer parecer él y su horda de propagandistas. AMLO y su 4T pasan por un momento evidentemente malo, el peor.

El año inició con una derrota en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), porque el mandatario no pudo acomodar a una presidenta a modo. Le siguió a esto la brutal subordinación ante EE. UU., a cambio de lo poco rescatable que había hecho en su gestión de seguridad, frenar una masacre en el culiacanazo. 

A esto se suma la serie de descalabros de la corcholata preferida del presidente, a quien el Metro le explota en las manos por culpa de la corrupción de sus antecesores.

López Obrador se ha mostrado molesto y cansado, la apariencia de un jefe de Estado desalineado matiza los rasgos del desgaste que trae el poder, pero, contrario a lo que podría decir cualquier opositor desvinculado de la realidad, esto no significa la inminente derrota del presidente y sus aliados, por el contrario, vienen los coletazos más violentos de la bestia, los morenistas no entregarán el poder de buenas y cantando, cada día serán más evidentes los manotazos a la mesa, y usaré a la UNAM como un ejemplo.

Antes un breve repaso del caso. A finales del año pasado inició la disputa por presidir el máximo órgano de justicia del país, eran cuatro las y los magistrados más destacados que aspiraban a suceder a Arturo Zaldívar como magistrado presidente: Norma Piña, Alberto Pérez Dayán, Javier Laynez y Yasmín Esquivel, era esta última la cara más controversial de la disputa al contar previamente con el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues da la casualidad de que la ministra es la pareja marital de uno de los empresarios consentidos de la 4T, José María Riobóo.

El 21 de diciembre, a la 4T se le adelantó Santa Claus, y trascendió en la prensa nacional, gracias al reportaje publicado por el medio Latinus, que la tesis de la ministra Yasmín Esquivel era en extremo parecida a la de un egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, de nombre Édgar Ulises Báez.

La ministra negó las acusaciones; incluso, durante varios días presentó presuntas pruebas basadas en cartas de sus sinodales y asesores de tesis, y denunció que el trabajo de ella fue plagiado, pese a que su tesis fue presentada en 1987 y la de Báez en 1986. Tras la polémica, la UNAM analizó ambos trabajos y determinó que había coincidencias en el 90  por ciento de los textos.

La elección por la nueva presidente se concretó y la elección apuntó a la ministra Norma Piña como la primera mujer al frente del Poder Judicial en México, descrita por el diario español El País como una progresista, feminista y personaje distante de la Cuarta Transformación. Significó además un trago amargo para el régimen en el poder, y un trago dulce para quienes sentían el riesgo de ver caer la justicia en manos guindas.

Tras concretarse esta primera bofetada al rostro del presidente, siguieron las duras críticas a la ministra del plagio, y ha sido entre los berrinches del presidente y manifestaciones de aguda soberbia que han salido a la vista las nuevas intenciones obradoristas. Andrés Manuel sabe, como sabe que Bartlett fue la mano que tiró el sistema electoral mexicano hace 30 años, que la tesis de Esquivel es un plagio, un vil robo que, sin embargo, encubrirá por todo el tiempo que le sea posible, antes de reconocer este hecho ha decidido mejor turnar la responsabilidad del juicio a la tesis a la Universidad Nacional Autónoma de México.

A esto cabe mencionar que la UNAM después de declarar la existencia de más de un 90 por ciento de coincidencias entre las tesis arriba mencionadas, anunció un posicionamiento, del que muchos esperábamos de menos una directriz firme y concreta, pero en cambio, recibimos una conferencia de prensa extremadamente timorata, no hubo por parte del director Enrique Graue la respuesta ni presencia institucional necesaria para hacer frente a tan escandaloso suceso, solo un “no actuaremos de forma irresponsable en respuesta a presiones externas”.

Palabras que al presidente le sonaron a aire, y al público en general, debilidad. Escribió Enrique Quintana en su artículo del 21 de enero que si la UNAM le retira el título a Yasmín Esquivel, (los feligreses de la 4T) la tacharán de hacer el juego a los conservadores, pero, si no lo hace, dará la impresión que favorece al gobierno.

El presidente dejó de ambicionar la silla presidencial de la SCJN para buscar un premio de consolación no menos valioso, la Universidad Nacional Autónoma de México; AMLO con solo ordenar las piezas y delinear la encrucijada con que encerraría a la máxima casa de estudios dejó bien claro cuál será su nueva presa.

Enrique Graue, como rector de la universidad más prestigiosa del país dejó muy baja la vara en su respuesta pública, pues dejó pasar impunemente el plagio de la ministra, vulnerable al autor real de aquella tesis y el prestigio de la universidad en una posición ampliamente cuestionable, a Graue se le olvidó que la autonomía de la máxima casa de estudios ha hecho frente al poder en no pocas ocasiones, ya en su momento Javier Barros Sierra, aquel emblemático personaje marchó hombro con hombro al lado de los universitarios en el nombre de la autonomía. Solo esperemos que no sea demasiado tarde para que al director le confeccionen un féretro a la medida.

Pero la UNAM no es el único caso donde el poder espera plantar un manotazo, recordemos que el Instituto Nacional Electoral (INE) pasa por problemas semejantes, y lo mismo aplicará con aquellas voces divergentes que se atrevan a no obedecer los designios de la 4T. El presente material cae muy cerca de la mega marcha de más de cinco mil poblanos exigiendo un alto a los injustos cobros a impuestos de tenencia a los más pobres que propone el gobierno interino de morena en Puebla, ante el levantamiento popular la respuesta de la 4T fue la amenaza a través de todos los canales oficiales del gobierno, aprendamos de los errores de la UNAM para no mostrar ni un gramo de debilidad frente a la tiranía autoritaria, sólo en unión se puede hacer frente a la amenaza del monstruo herido.

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