Se está terminando el año 2023 y, con él, también se está terminando el periodo de Gobierno de López Obrador, quien, aunque se esfuerza todos los días por convencernos de que estamos mejor con su gestión, es desmentido por la realidad con cada fenómeno social que acontece en nuestro país; por ejemplo, la problemática existente en el sistema laboral mexicano.
En México hay 61 millones de trabajadores que integran la Población Económicamente Activa (PEA), de los cuales, más de la mitad 32.6 millones, labora en la informalidad, o sea que no gozan de derechos laborales, ni asistencia a la salud, ni prestaciones sociales.
López Obrador anunció otro aumento al salario mínimo: será de 248.9 pesos en lugar de los 207.44 pesos actuales, por lo que el monto mensual ascenderá a 7 mil 467 pesos, que sigue siendo un engaño, pues tal aumento puede aplicarse sólo al empleado formal, que como se aprecia es minoría.
Aun si los empleados formales no fuera minoría, la medida sigue siendo engañosa pues, según Coneval, la canasta básica alimentaria por hogar, calculada para cuatro integrantes de la familia, es actualmente de 8 mil 896 pesos, monto superior a lo que percibirá un trabajador formal. Es decir, que su aumento, no le alcanzará siquiera para alimentar correctamente a su familia. (Buzos de la noticia, 23 de diciembre de 2023).
Y como todos los fenómenos están concatenados, está problemática a la que se enfrenta la clase trabajadora, le genera más consecuencias adversas.
Según el reporte divulgado en noviembre por Coneval, en el tercer trimestre de 2023, los mexicanos en pobreza laboral equivalían a 37.3 % de la población; eran 48.3 millones de mexicanos a quienes sus ingresos no les alcanzaba para comprar una canasta básica alimentaria.
Esto sin duda genera en los mexicanos condiciones también precarias de salud, pues no se alimentan correctamente, desencadenando enfermedades ya muy comunes como anemia, leucemia, diabetes, hipertensión etcétera, sin recibir un buen servicio médico en los hospitales, pues también ahí deja su huella este mal gobierno al no invertir lo suficiente para curar a los mexicanos. La clase trabajadora padece.
Sin embargo, la 4T, usando las mismas artimañas que históricamente ha usado la clase dominante, trabaja arduamente para curar el sentimiento de pobreza.
Hoy muchos mexicanos, están formados gustosos en largas filas afuera de los bancos del Bienestar, esperanzados por recibir sus apoyos monetarios, dispersados muy a propósito en fechas decembrinas, con el propósito de hacer sentir “felicidad” a la gente, porque la mercadotecnia dice que Navidad es tiempo de dar y recibir.
Aunque AMLO diga que los apoyos son universales, “la organización civil Acción Ciudadana Frente a la Pobreza destaca que los programas de transferencias monetarias no tienen cobertura universal; de hecho, seis de cada diez hogares de menores ingresos están excluidos y no reciben estos programas” (Buzos de la noticia, 23 de diciembre de 2023).
López Obrador, por lo visto, no tiene interés de erradicar los problemas de los pobres, pues sólo se ha dedicado a administrar la pobreza, no a resolverla.
El verdadero problema es que el modelo capitalista promueve la carencia en la clase trabajadora para obligarla a someterse a la dinámica laboral extenuante, donde no se retribuye para nada su esfuerzo humano.
Pero López Obrador, por lo visto, no tiene interés de erradicar los problemas de los pobres, pues sólo se ha dedicado a administrar la pobreza, no a resolverla. Son sus acciones lo que dicen de qué lado está. Y aunque en sus discursos se proclame como un Gobierno de izquierda, inventando que es distinto a los demás, la realidad lo pone en su lugar y lo desenmascara.
No hay defensa verdadera de los pobres, pues no hay trabajo formal para las mayorías; los salarios no son remuneradores, pues no alcanzan ni para el alimento necesario; no se le invierte lo suficiente a los servicios médicos hospitalarios, que son usados en su mayoría por la clase trabajadora, que ni de chiste tiene dinero para pagar un servicio particular.
Y, entonces, ¿qué hace López Obrador por los pobres? Engañarlos magistralmente: ese es su verdadero talento.
“La filosofía marxista es fundamentalmente ajena a toda actitud pasiva, contemplativa, hacia el mundo circundante. Antes de Marx, los filósofos se limitaban a explicar el mundo, mientras que la función del partido marxista-leninista consiste en transformarlo por vía de la revolución”. (Iudin, P. y Rosental, M., Diccionario de filosofía y sociología marxista, pag. 332).
Y esa es la función del Movimiento Antorchista Nacional: educar y organizar a la gente, de manera que conozca las causas de sus problemas y con ello entienda que sólo haciendo uso de nuestra fuerza colectiva, de nuestra unidad, lograremos mejorar las condiciones de todos.
El Movimiento Antorchista Nacional, en el afán de contribuir para que nuestro país sea una nación próspera y con argumentos sólidos, ha propuesto un nuevo proyecto de nación que incluye cuatro ejes fundamentales:
Empleo para todos: que todas las personas en edad activa y en condiciones para trabajar tengan trabajo.
Salarios dignos: un aumento en los salarios en general.
Reorientación del gasto social: invertir más dinero en infraestructura y servicios básicos.
Política Fiscal Progresiva: que pague más impuestos quien gana más.
Pero no sólo es una propuesta de escritorio. La organización ha emprendido una lucha por casi 50 años constantes organizando y educando a todo aquel que, como nosotros, no se conforma con la realidad que nos presentan y que nos dicen que es perpetua, porque sabemos y entendemos que lo único certero es el movimiento.
Si la 4T de verdad quiere ser un Gobierno de los pobres, debe empezar a trabajar mínimamente por un proyecto de nación como el que proponemos; de otra manera, quedará probado que no es un Gobierno ni de los pobres ni de izquierda, sino una revoltura de todos los demás partidos. Estemos atentos.
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