MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La 4T y su criminal abandono de médicos y de la población

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Muchas voces se han levantado para denunciar la falta de medidas preventivas por parte del Gobierno federal para enfrentar la pandemia, aún después de conocer el avance implacable del nuevo virus desde su origen en Wuhan, China, el 1º de diciembre de 2019, la primera víctima mortal en ese país el 11 de enero, su explosiva propagación en Europa con sus primeras muertes el 31 de enero en Italia y España, su salto a Estados Unidos cuyo primer deceso fue el 10 de marzo y sólo unos días después el 18 de marzo la fatídica primera víctima en México.

Las pandemias no son un fenómeno nuevo, la humanidad ha sufrido la devastación ocasionada por la fiebre de Atenas, la plaga de Orosio, la peste negra, el sarampión, la viruela, el tifus, la difteria, la sífilis, la peste bubónica, la gripe de Kansas o española en 1918 y sus 50 millones de muertos. La lucha de Corea del Sur, China, Vietnam y Singapur contra los virus SARS y el MERS, desde el 2003 y 2018, que les llevó a aprender la necesidad de acumular grandes cantidades de insumos médicos.

Desde hace varios siglos, medidas de protección como la cuarentena, el aislamiento, la restricción de zonas, el bloqueo no solo de carreteras sino de fronteras, la sana distancia, el seguimiento y control de los infectados, la toma de temperatura, se aplicaban como medidas para detener el contagio de las epidemias.

Todo eso se conocía y fue hasta el 14 de marzo, es decir, transcurridos cuatro meses desde el primer contagio, que el Gobierno federal de México anunciaba las primeras medidas para evitar la propagación del covid-19, a saber: la jornada de sana distancia, que daría inicio hasta el 23 de marzo y sólo hasta el 27 del mismo mes el famoso "quédate en casa".

Como si se tratara de propagar y no de detener el coronavirus, los principales representantes de la 4T convocaban a mítines, saludaban de mano y beso a los asistentes y llamaban a la gente a realizar su vida normal. Estas acciones de los gobernantes morenistas serían suficientes para responsabilizarlos de las funestas consecuencias de la pandemia en México. Pero aún hay más: bajo la consigna de austeridad republicana y el combate a la corrupción, desde el inicio del actual gobierno recortaron drásticamente el presupuesto destinado a los servicios de salud públicos, desapareciendo el seguro popular.

Esta realidad fue evidenciada fehacientemente por las protestas de médicos y enfermeros que denunciaron la falta de equipo de protección, respiradores, medicamentos e insumos para atender a los pacientes; no obstante, su exigencia no fue escuchada y, en cambio, los amenazaron con despedirlos y de que habría consecuencias legales en caso de seguir informando esa la situación a la opinión pública mexicana.

Como era de esperarse, el ya de por sí endeble sistema de salud se resquebrajó; pues, la epidemia cobró las primeras víctimas del personal médico. En Monclova, Coahuila, el director de la clínica 86 del IMSS y cinco personas más fallecieron por covid-19; en Guerrero, el subdelegado Médico del IMSS corrió la misma suerte; en Culiacán, Sinaloa, la Radióloga del hospital regional del ISSSTE y 58 médicos resultaron contagiados; en Chiapas, murió una enfermera del hospital de especialidades pediátricas, donde el personal médico realizó una colecta para adquirir los medicamentos que necesitaba para su tratamiento la enfermera y en San Luis Río Colorado, Sonora, el hospital suspendió labores porque 32 médicos y enfermeros se infectaron por falta de protección.

Pese a las condiciones adversas y carentes de los medios de protección, los médicos y enfermeras han enfrentado estoicamente la pandemia; haciendo honor al juramento hipocrático, han velado en todo momento por la salud de los enfermos a costa de su propia vida y honrando su profesión.

Mientras tanto, el gobierno de la Cuarta Transformación se empecina en gastar en obras faraónicas cuya rentabilidad está en duda: está invirtiendo 41 mil 300 millones de pesos en la refinería de Dos Bocas, Tabasco; 75 mil millones en el aeropuerto de Santa Lucía; 139 mil millones de pesos en el Tren Maya y acaba de contratar por 969 millones, un seguro para la SEP con el amigo predilecto de López Obrador, Ricardo Salinas Pliego.

El gobierno mexicano no invierte en programas de apoyos extraordinarios para enfrentar la pandemia; Alemania, por ejemplo, invierte el 30 por ciento de su PIB; Reino Unido, el 19; Italia y EE.UU., el 12, y México el 0.3 por ciento y según el presidente de la República iniciarán entre mayo y junio.

También, de acuerdo con datos de la OCDE, México es de los países que menos pruebas clínicas ha realizado para detectar el coronavirus: 0.4 pruebas por cada mil habitantes, es decir, ni siquiera una prueba por cada mil habitantes; mientras que el promedio de los 36 países que integran el organismo internacional es de 22.9 por cada mil habitantes.

Los datos estadísticos desenmascaran al gobierno de la 4T como demagógico que con frases publicitarias y slogans rimbombantes está engañando al pueblo y haciendo pedazos la economía mexicana; mientras en los hospitales se apilan los cadáveres, incluidos los del personal médico y la gente deambula de un hospital a otro en busca de atención.

Como consecuencia del enclaustramiento de la población y de la paralización del sistema productivo, otro mal nos amenaza: la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte del peligro de una "pandemia alimentaria" de proporciones bíblicas; podrían morir de hambre 300 mil personas por día, durante el período de tres meses, según el organismo internacional.

Todo esto está impactando en la vida de los millones de mexicanos que se quedaron sin trabajo por la paralización de las actividades económicas y de quienes no tienen ahorros para subsistir; pero, aún falta lo peor, la fase del contagio masivo de la enfermedad pandémica que a decir de nuestras ineptas autoridades sanitarias se contagiará el 60 u 80 por ciento de la población.

Ahora bien, ¿cuál es la causa de este grave problema? ¿Por qué México no pudo enfrentar la pandemia como Vietnam que no tuvo ningún deceso, o como Cuba que hasta está apoyando a un centenar de países? Porque en México tenemos un gobierno más neoliberal que sus predecesores a los que tanto criticó López Obrador.

Este era el momento de la 4T para demostrar que estaba al servicio de los pobres, pero sólo han quedado desenmascarados, demostrando lo que verdaderamente son: unos impostores y embusteros, y las consecuencias las está sufriendo el pueblo en carne propia; pero, pasada la contingencia, tendrán que rendir cuentas a ese mismo pueblo.

El pueblo trabajador siempre ha sabido seguir adelante y está consciente de que el futuro promisorio que esperan no se construirá por sí solo, sino que será producto de su propia lucha para poner en manos de sus verdaderos representantes la dirección de su destino.

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