MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La CFE, de empresa estatal a empresa bancaria

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Una de las tantas promesas de la actual administración federal fue mejorar el servicio energético del país, además de tener tarifas bajas para los usuarios; ni una ni la otra cosa se hicieron. Los recientes apagones sufridos en 18 estados del país y la explicación dada por parte del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) evidencian que nuestro país sigue sin tener acceso a una energía limpia y de calidad, que garantice a todos los mexicanos un buen servicio, pues la misma Comisión reconoció que los apagones seguirán.

Parte del problema, dicen ellos, son las altas temperaturas registradas en los últimos días en nuestro país, las cuales, según los reportes de los especialistas, seguirán subiendo. Esta información se puede constatar en el portal digital de noticias de Yahoo en un artículo que escribe Enrique Pérez Quintana.

Hasta hoy, Morena no ha demostrado ser un partido del pueblo, pues los resultados federales y estatales dejan claro el carácter neoliberal de su política que atenta contra las clases populares. 

En cuanto a los precios, en el Diario Digital Eje Central encontramos un artículo muy interesante:

“AMLO: no ha subido la luz, pero la CFE tiene otros datos” (como siempre, el presidente evadiendo lo racional). Y señala: “De acuerdo con cifras de la empresa, en lo que va de la presente administración, las tarifas han subido 22.6 %”.

El presidente intentó, como siempre, amañar las cifras, diciendo que, en lo que iba del 2023, el aumento solo era del 3.14 %, cosa cierta hasta el sexto mes de ese año; pero es un intento de evasión de la realidad, asemejándose a Houdini. Solo asume una parte del problema o un solo dato, cuando, si realmente queremos llegar a conocer un resultado real de un fenómeno o problema, se deben conjuntar todos los datos para llegar al resultado correcto. 

Esto es lo que no hace el presidente; él casi siempre muestra datos aislados, como si no fueran parte de un conjunto (en estadística esto es incorrecto). Pues bien, los aumentos al precio de la luz eléctrica se han presentado durante todo el sexenio, y la sumatoria de todos ellos nos dice que el dato proporcionado en el artículo es correcto. A fin de cuentas, hoy no tenemos energía más barata que hace seis años; al contrario, es cara y de mala calidad.

El tema me ocupa el día de hoy porque, en una de las zonas más marginadas de nuestra capital, que comprende las colonias Cerro de Cubitos, La Raza y Felipe Ángeles, más de una docena de vecinos están corriendo el riesgo de quedarse sin energía eléctrica, misma que necesitan para sus actividades diarias, y en algunos casos para garantizar el buen estado de la insulina, necesaria para mantener controlados sus niveles de glucosa.

La razón del riesgo existe debido a las malas lecturas por parte de la CFE, consecuencia de la fuga de luz, situación reportada ante la empresa en tiempo y forma, sin que la institución hiciera nada por resolver y atender.

La consecuencia es imaginable: por mucho tiempo, los montos a pagar eran muy elevados, pues de tener la tarifa mínima de uso doméstico, pasaron a la siguiente categoría donde el servicio se encarece aún más. 

Es por eso que hoy dichas familias están pendiendo de un hilo, porque en su mayoría no cuentan con ingresos seguros para costear dichos cobros injustificados.

Cabe señalar que los afectados, aún con todo esto, no se niegan a pagar los montos requeridos por la empresa, siempre y cuando se les pueda otorgar un convenio que les permita enfrentar la deuda en un plazo razonable.

Ante tal situación, se acercaron a las oficinas de manera pacífica y organizada, buscando una solución a dicha cuestión. Encontraron que en la administración de “primero los pobres” las empresas estatales no prestan servicio a las clases populares, sino más bien sirven solo a intereses mezquinos y monetarios, de lo que puedo dar fe personalmente. Según la dependencia:

“Hoy no existe ningún tipo de convenio, el único procedente es el pago del 25 % por anticipado de la deuda, y el resto diferido en máximo ocho meses, al cual se suma la tasa interbancaria (misma que hoy es del 20 por ciento)”. Tomando en cuenta que los cobros excesivos oscilan entre los 20 y 70 mil pesos, dicha alternativa vuelve la deuda impagable.

La actual administración, que mucho pregona de manera machacona que “hoy los pobres tienen más y mejores oportunidades”, en la realidad ese discurso le queda muy lejos a la gente, pues los funcionarios no actúan con sensibilidad ante los problemas de la población, atendiendo y combatiendo los datos tan desoladores, que a mi juicio no creo que desconozcan.

¿Acaso los distintos órdenes de gobierno y la misma CFE no conocen que, según datos del Inegi, en dicha zona la pobreza laboral está en el 60 %? Cifra muy por encima del promedio nacional (40 %), y que, por lo tanto, los ingresos de las familias no están asegurados.

A pesar de ello, se les contesta “que no pueden ir en contra de las leyes y reglamentos”. Pero, amigo lector, le pregunto: ¿Quién hace esas leyes para no poder cambiarlas nunca? ¿Están hechas con sangre? La respuesta es simple, los mismos que cierran las puertas, los que salen a decir que no se puede hacer nada, son quienes elaboran dichas leyes, olvidando siempre la realidad que vivimos millones de mexicanos e hidalguenses. Una vez más, primero no es el pueblo.

Hacemos un llamado a las autoridades y a la CFE para que actúen con mayor sensibilidad ante los problemas de la gente, que no se guíen solo por normas o estatutos, pues estos no le resuelven a la gente, que son las que sostienen el funcionamiento de la institución. A mis compañeros antorchistas y a todos los hidalguenses de buena fe, les hago un llamado: ahora que estamos en el ocaso de la actual administración federal, debió quedarnos claro que no existen salvadores individuales del pueblo y que, más allá de los discursos bonitos o cifras amañadas, es la realidad la que nos debe permitir evaluar en sus justos términos el desempeño de un gobierno o persona.

Hasta hoy, Morena no ha demostrado ser un partido del pueblo, pues los resultados federales y estatales dejan claro el carácter neoliberal de su política que atenta contra las clases populares. Ante esto, nuestra tarea es la formación de ese nuevo partido nacido del pueblo. No es tarea sencilla, pero lo debemos hacer si queremos un futuro más benigno para nuestros hijos.

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