Delfina Gómez ha sido maestra frente a grupo, subdirectora de proyectos, directora escolar de la secretaría de Educación en el Estado de México, secretaria del Sindicato de Maestros mexiquense, lo que le dio el voto de confianza entre los especialistas. Una de sus tareas principales era el dar continuidad a lo que comenzó Esteban Moctezuma con la reforma educativa impuesta por López Obrador
Pero ese cambio no se le dio continuación, ni ha adquirido velocidad ni profundidad. Y si bien en estos dos años no se aprecian muchos logros tanto legislativos como pedagógicos, así como una administración del gasto responsable, aún queda mucho por atender, esto es un indicador de que no dio continuidad al proyecto educativo de la administración actual bajo la tutela del presidente o ni tomo su propio rumbo.
En lo que lo único que lleva a pensar es que su cercanía con el presidente, no sirve para dar más presupuesto a la Educación, pues señalaron que contrario a la promesa que se ha hecho desde el Ejecutivo, el sector no ha tenido más recursos.
Delfina en relación con los grupos magisteriales o qué tan subordinada va a estar, no ha podido defender los presupuestos frente Hacienda y no tendrá las fichas políticas en ese sentido.
No está planteando un programa propio de acción política, resultaría paradójico que ahora que sí llega alguien que sí viene del mundo educativo esté faltando a ese plan Tiene la experiencia, pero no sabemos si tiene una visión a gran escala de cómo debe ser la educación, quizá nos sorprenda y sí lo tenga, pero hasta el momento no se ha visto dicho cambio
Hace dos años inició el cambio de la secretaría, su limpieza, su despertar; pero hoy ese cambio no se continuó y no se aprecian muchos logros tanto legislativos como pedagógicos, así como una administración del gasto responsable, aún queda mucho por atender.
No olvidamos, por ejemplo, el abandono de nuestras escuelas públicas, el simular un avance tecnológico con la adquisición de infraestructura millonaria, cuando lo que pedíamos desde los salones de clase era mejorar los sanitarios, pintar los salones, tener los servicios en plenitud y el personal mínimo para garantizar y ofrecer un servicio digno a estudiantes y profesores. No pedíamos lujos, sólo pedíamos lo mínimo.
Se suponía que se retomarían los aprendizajes dándoles continuidad sin dejar a nadie atrás, ya que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador marcó a la inclusión como uno de los ejes de la cuarta transformación desde un principio establecido: que se debía de atender a todos los mexicanos bajo el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres, en donde él ha hecho acciones tendientes precisamente a lograr ese objetivo.
Pero, no se han logrado avances significativos, ni metas y retos cumplidos. La pandemia, efectivamente, llevó al Sistema Educativo Nacional a la necesidad de adaptarse continuamente mientras se avanzaba en la lucha contra la cOVID-19.
El primer reto era hacer posible precisamente el regreso gradual a los planteles, acorde con el semáforo sanitario y en acuerdo con el gobierno estatal y autoridad educativa de cada entidad, así como de los padres de familias.
Pero nunca garantizó las condiciones de limpieza, salubridad, infraestructura y recursos en los planteles, así como la difusión y aplicación de protocolos de seguridad sanitaria, pero sobre todo de la participación de la comunidad que integra precisamente las instituciones educativas.
Se exige que se realice un diagnóstico continuo que permita identificar el rezago educativo y el abandono escolar por la pandemia, así como a definir estrategias de atención a la población vulnerable y sean aprobadas por la Ley General de Educación Superior para establecer mecanismos de coordinación para su aplicación.
La pandemia ha condicionado considerablemente algunas de las funciones sustantivas de la SEP y amenaza con provocar una crisis educativa ante el gran número de alumnos que han abandonado sus estudios. Esta situación de rezago educativo se viene arrastrando desde otras administraciones, sin embargo, es durante este periodo de pandemia y el gobierno encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, donde se han recrudecido las cifras de aprendizaje, por tal motivo, el gobierno federal está presionando para que se abran las escuelas en los estados en color verde dentro del semáforo epidemiológico. Durante el actual ciclo escolar se inscribieron 32.9 millones de estudiantes, que corresponde al 60.6% de la población entre 3 a 29 años, de acuerdo con datos de la encuesta. “Por motivos asociados a la Covid-19 o por falta de dinero, no se inscribieron 5.2 millones de personas, que corresponde al 9.6% del total de 3 a 29 año, al ciclo escolar 2020-2021” afirmó el responsable del estudio. A partir de los 13 años se reportaron estudiantes que tuvieron que dejar los estudios para trabajar o por falta de recursos, siendo el grupo de 25 a 29 años, quienes más optaron la primera opción con el 20%, que significa 1.8 millones.
En nuestro país se tomó la decisión para este ciclo 2021-2022 por parte de la secretaria de educación Delfina Gómez Álvarez apoyada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, continuar en un inicio con las clases virtuales, muy a pesar de que un gran porcentaje de estudiantes no cuentan con los recursos y medios necesarios para llevarlas a cabo; no se ha considerado las condiciones en las que Niños, Niñas y Adolescentes (NNA), viven actualmente y lo que ha afectado la pandemia a miles de familias mexicanas, tanto en salud como en su economía. Se podría decir que hablan por unos pocos, los que mejores condiciones tienen.
El gobierno de la 4T considera que el regreso a clases presenciales es una solución para evitar la deserción escolar, todos estamos de acuerdo totalmente que es inminente ésta medida, pero también creemos que es necesario mejora las condiciones en las que se encuentran los centros educativos en la actualidad y que es necesario mejorarlas; así como también buscar una estrategia que permita la reintegración de aquellos niños y jóvenes que no continúan con sus estudios, y que si la necesidad familiar sigue prevaleciendo, seguirán sin estudiar.
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