La educación es una herramienta de cambio, luz que ilumina la marcha de los pueblos. El siglo XVIII en Francia, la Enciclopedia, las luces, con Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Diderot, abrieron paso al cambio social realizado por la Gran Revolución Francesa de 1789-1793. La educación es transformadora, enseña a ver más lejos y encontrar caminos de progreso, pues quien aprende cosas nuevas tiene puntos de referencia para juzgar la realidad dejando de ser prisionero con ello de la estrechez. Solo el que ha podido vislumbrar realidades superiores puede analizar, juzgar y rechazar la actual. La educación debe ser pensada para que los individuos transformen su entorno así como sus relaciones sociales, económicas y políticas, que es la causa profunda de todos los males de la sociedad, ya que para poder realizar un cambio este debe ser estructural y no mental.
Para ser un verdadero elemento de cambio, la educación debe ser integral, para poder formar profesionistas especializados en un sano y fecundo equilibrio entre especialización y cultura general. La potencialidad del ser humano es infinita y la educación es un instrumento para descubrirlo, desarrollarlo y ponerlo en acción. En muchas ocasiones ni los estudiantes conocen sus propios talentos y esto es debido a que no se les ha brindado las condiciones propicias, por lo que, para que se pueda alcanzar ese modelo de ser humano integral deben enseñarse en las escuelas conocimientos y habilidades básicas como el dominio de la palabra hablada, saber escribir y leer bien, que implica comprender lo leído para abrirse paso en cualquier disciplina del saber. El cultivo de la palabra hablada y escrita, cualidad humana por excelencia, exige un conocimiento profundo del idioma nacional y del dominio de otras lenguas, por tanto, quien no desarrolla el lenguaje pierde algo de su esencia humana. Los antiguos mexicanos tenían consciencia del valor de la palabra, llamaban el gran orador a su gobernante. En Texcoco, en tiempos de Nezahualcóyotl existía un verdadero culto a la palabra mediante certámenes de poesía y encuentros para pulir y preservar el idioma, en Atenas y luego en Roma, era valorado en alto grado y la oratoria era a la vez filosa arma y elegante expresión del pensamiento político en el ágora. Lamentablemente, en estos tiempos de Morena y de Andrés Manuel López Obrador, con los nuevos libros que proponen, en donde prácticamente eliminar el Español, este arte vendrá cada vez a menos y la lengua se vulgarizará y empobrecerá.
La educación integral debe ser popular para preparar a los hijos del pueblo, ya que educar a los hijos de los poderosos no provocará un cambio en favor del pueblo trabajador. Asimismo debe ser científica y crítica enseñando a todo joven que debe someter a juicio todo lo que se le dice y ve, habituarse al rigor lógico. Una educación progresista deberá crear el hábito por la lectura, el gusto por aprender, ya que muchos estudiantes leen solo ante la exigencia de los profesores y muy raras veces por gusto. Es de importancia desarrollar la autodisciplina, que aprenda la importancia de administrar su tiempo, su conducta y su rutina, para lo cual la práctica deportiva de manera regular es fundamentalpara disciplinar su cuerpo, disciplinar su mente, templar su espíritu y coordinar esfuerzos en equipo. De igual manera se debe fomentar su imaginación para estimular la capacidad creadora. Hay que enseñar a la juventud a transformar el mundo y no solo adaptarse a lo que le ha tocado vivir, la pasividad y resignación no son propias de la juventud. Para desarrollar cualidades antes mencionadas el arte es muy importante ya que sensibiliza y estimula la creación mental, la música y el canto son valiosos en la formación de profesionistas completos al igual que la danza; en China, se practica esta disciplina de manera regular. Formar a un hombre, creador de un mundo nuevo requiere de sensibilidad, debe ser capaz de sentir el dolor ajeno como propio ya que un hombre egoísta, incapaz de esforzarse por el bien común, es todo lo contrario a lo que nuestro mundo necesita. Igual de importante es que los jóvenes conozcan de política como ciencia y sea aplicada como arte de organizar a los pueblos para que puedan transformar su realidad. No debe ser vista como una calamidad, sino como un instrumento de cambio, como un arma importante para la toma de decisiones. Es dañino que a la juventud se le inculque fobia a la política ya que cuando salgan de las aulas y enfrenten el mundo real encontrarán política en todas partes y no sabrán qué hacer ante ella.
Lo anteriormente escrito es una propuesta de cómo debería plantearse la educación en nuestro país y esta propuesta no ha surgido de la noche a la mañana ni es la ocurrencia personal de nadie, se trata de un Proyecto Educativo que se ha venido armando, puliendo, enriqueciendo y proponiendo desde el mismo nacimiento como movimiento magisterial dentro de las filas del antorchismo. En él han participado muchos maestros con un denominador común que es la preocupación genuina y desinteresada por la alta calidad profesional de las nuevas generaciones de mexicanos que se enfrentarán a un mundo demandante y competitivo. Consideramos que debido a la actual crisis educativa que el país atraviesa y que ha sido generada por López Obrador y la 4T, es oportuno el momento para dar a conocer al magisterio del país nuestra modesta propuesta, ya que países y pueblos no pueden desarrollarse sin un consistente progreso de ciencia y tecnología. Las grandes batallas en la competencia de mercados se libran empleando como arma el conocimiento y los países que destaquen en su desarrollo serán fuertes en lo económico.
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