Como todos sabemos, mucho se habla de la calidad de la educación que recibe cada mexicano en una escuela pública o privada a lo largo y ancho del país, los resultados normalmente son negativos, estos han sido medidos y —por si fuera poco— publicados en algunos medios internacionales, no nacionales, por La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); los investigadores afirman que se debe mejorar la calidad y nivel de enseñanza a los jóvenes, desde el primer año en el nivel secundaria como mínimo se estaría mejorando sustancialmente la calidad de los resultados en los temas básicos estudiados por la OCDE: la lectura, escritura, comprensión y precisión del pensamiento; en la enseñanza de las matemáticas y dominar las operaciones básicas de cálculo.
Los maestros en nuestro país tenemos una tarea muy importante: educar a los estudiantes, dando énfasis a aquellos que tienen una baja calidad de formación en todos los niveles, pues en los últimos años el magisterio ha perdido credibilidad en la tarea de sacar adelante a las nuevas generaciones de estudiantes en nuestro territorio nacional. Tal parece que no fue suficiente que en el lapso del 2013 al 2018 se hayan gastado más de 50 mil millones de pesos para implementar la reforma educativa, las instituciones encargadas de tomar las riendas y poner rumbo a la calidad pedagógica, se preocupan más en disminuir a los docentes frente a grupo implementando cuan diferentes trámites de examen burocráticos; aclaro, desde nuestro punto de vista no está mal que se evalúe a los maestros, sino la forma de cómo se baja la información en los diferentes niveles de dependencias educativas, por otra parte, los profesores que no tienen una carrera formada en el magisterio temen ser sometidos a la evaluación.
En Tamaulipas, al igual que en todo el territorio nacional no se anda muy bien en el tema educativo, echemos un vistazo a los últimos resultados del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea): la habilidad lectora y matemática se encuentran muy por debajo de la media nacional, el 78 por ciento de los estudiantes tienen un nivel de I (insuficiente), II (básico). Respecto a la habilidad matemática, el 91 por ciento se ubica en el nivel I y II ocupando el lugar 26 de 29 estados que reportaron resultados; algo muy alarmante.
Pero los datos obtenidos del Departamento de Estadística e Indicadores Educativos publicados recientemente, dicen que hay una infraestructura educativa muy alentadora, diría yo suficiente para sacar adelante el rezago educativo que los mantiene en los últimos lugares a nivel nacional, partiendo de que la educación "pública" en el estado es más cara que en las entidades federativas vecinas.
En Tamaulipas el sistema general educativo de acuerdo a los datos correspondientes del cuestionario 911 en el ciclo escolar 2017-2018 tanto en escuelas públicas y privadas contaba con un total de 1 millón 14 mil 410 alumnos desde los niveles: Servicio de apoyo, Básica, Formación para el Trabajo, Media Superior y Superior; un total de 54 mil 64 docentes, 6 mil 464 escuelas y 34 mil 438 grupos, con un promedio de 29 alumnos por grupo; esto no cumple la norma, pues de acuerdo a las técnicas pedagógicas se maneja un estándar de 20 alumnos por grupo.
Por niveles educativos tanto en pública y privada en secundaria se tiene un total de 172 mil 783 alumnos con 11 mil 327 docentes, medio superior 145 mil 983 alumnos atendidos por 8 mil 79 docentes, superior con 124 mil 94 jóvenes que estudian una profesión atendidos por 10 mil 694 docentes. Los alumnos que estudian en escuelas públicas en el estado son 838 mil 270, mencionando algunos municipios con mayor índice de estudiantes como : 167 mil 559 alumnos con 7 mil 791 docentes en la Zona Conurbada de Tampico,153 mil 452 alumnos y 5 mil 625 docentes en Reynosa, 125 mil 158 alumnos con 5 mil 625 docentes en Matamoros, 107 mil 375 alumnos con 6 mil 062 docentes en Ciudad Victoria y 101 mil 431 alumnos con 3 mil 945 docentes en Nuevo Laredo; en tanto las escuelas privadas suman un total de 176 mil 140 alumnos en el estado, 44 mil 283 alumnos y 3 mil 495 docentes en Reynosa, 38 mil 683 alumnos y 5 mil 215 docentes en la zona Conurbada de Tampico, 25 mil 907 alumnos con 2 mil 288 docentes en Matamoros, 16 mil 464 alumnos con 1 mil 755 docentes en Ciudad Victoria y 15 mil 441 alumnos con 1 mil 048 docentes en Nuevo Laredo.
La información es reciente, y fue publicada en diferentes medios estatales, aprobada por la Secretaría de Educación de Tamaulipas en el ciclo 2017-2018; aunque la información es bastante coherente en cuanto al aparato educativo que opera la SET (Secretaría de Educación de Tampico), la cantidad de maestros laborando en escuelas públicas y privadas es elevado, equivaldría a que cada maestro atendiera a 18 alumnos en promedio, tal parece que ésta sería la solución; no cantemos victoria y recordemos los últimos resultados del examen Planea, ¡nos dicen, que no es suficiente!, si cada materia durará un lapso de 60 minutos, sin tomar en cuenta algunas actividades extras que se requiere en cada aula, el profesor le dedicaría únicamente 3.3 minutos a cada alumno; pero la realidad es otra, en las aulas normalmente se cuenta con un promedio de 40 a 50 y en algunos de 50 a 60 alumnos, lo que hace muy difícil para los docentes transmitir en esas condiciones el aprendizaje a los alumnos y bastante antipedagógico. Otro de los problemas que nos encontramos es que la mayoría de las escuelas no cuenta con centro de cómputo, de idiomas, ciencias experimentales, espacios para practicar danza, música, teatro, banda de guerra, futbol, volibol, basquetbol, etcétera; en algunos casos cuentan con los espacios pero no suficientemente acondicionados; la falta de computadoras, butacas, proyectores, pintarrones y por el clima muy extremo aires acondicionados; todo esto limita a los jóvenes el desarrollo de todas sus habilidades, destrezas y capacidades.
El sistema educativo debe de poner más atención junto con los docentes para sacar adelante el nivel de conocimientos de los estudiantes y Antorcha Magisterial propone a quienes lleguen a la meta, sean hombres y mujeres con una auténtica vocación de educadores, con "eros pedagógico" como pide la definición clásica, pues sólo así se puede garantizar una vez en el campo profesional desempeñen su labor con entrega, con compromiso y con resultados. La mejora en la calidad educativa sólo puede hacerse realidad si dejamos atrás al "maestro a la fuerza", al que ve en la tarea docente un modo de ganarse la vida, al que siente el aula y la escuela como una cárcel de la que huye tan pronto como suena el timbre o su reloj marque la hora de salida. Para que esto no suceda se tiene que atender en primer lugar la necesidad elemental social, de cualquier ser humano: el maestro requiere una compensación económica para atender su bienestar, responder por la situación en que vive su familia, la educación de sus hijos y los gastos académicos para su actualización. Antorcha Magisterial tiene como tarea organizar y concientizar a maestros de tiempo completo, convertirlos en pedagogos competentes, cultos, sensibles y dispuestos a someterse a la dura disciplina de la actualización permanente y a la evaluación rigurosa de sus resultados, por el bien de nuestro futuro, para preparar jóvenes más críticos, más conscientes de la realidad social en que viven y para crear al hombre nuevo.
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