MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación universitaria en Nuevo León

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El acceso a la educación universitaria en Nuevo León es toda una odisea, primero hay que pagar una cuota para presentar el examen de admisión y posteriormente pasarlo; ser aprobado en dicho examen para continuar a la segunda etapa que es pagar cuotas escolares, como en el caso de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Para poder ingresar después de haber aprobado y pagado la cuota del examen, se tiene que pagar cuota escolar a la Rectoría y Facultad donde pertenezca la carrera que haya elegido, además de seguro médico, un examen más para determinar el nivel de inglés etc. 

Dentro de la cuotas de la Rectoría hay una que se tiene que cubrir por ser un alumno “foráneo”, o sea, que no pertenece a las preparatoria de la Universidad Autónoma, en  este caso muy particular la universidad cobra una cuota estratosférica de no menos de $8,000.00  de revalidación de bachillerato, un bono deportivo, una cuota más escolar, inscripción a la licenciatura; es claro que el alumno prospecto a querer estudiar, se tendrá que preparar con lo necesario, como lo son los útiles escolares elementales y hasta un equipo de cómputo, herramienta indispensable para poder mantenerse a la vanguardia, todo esto se tiene que hacer para poder ser un estudiante de la añorada casa de estudios publica, la Universidad Autónoma de Nuevo León. 

Muchos de los jóvenes con la ilusión de ser mejores en el ámbito social, imbuidos en la idea que dicta el sistema de que con una carrera universitaria vivirán una vida mejor que la de sus progenitores, ya que estos no tuvieron la oportunidad de estudiar y ahora los mismos padres en la creencia de que el estudio les permitirá una mejor condición de vida sobre todo económica, los inducen en el mejor de los casos a que hagan el esfuerzo, que no solo estudien sino además trabajen alguna jornada menor que les permita estudiar y ayuden a solventar los gastos, no solo los que cobra directamente la universidad, sino además alimentación, vestido, transporte etc. Por supuesto, para que lo anterior suceda hay que tener mucha entereza, una convicción inquebrantable, mucho tesón y mucha suerte, es decir que las condiciones que le rodean dentro del sistema económico actual lo favorezcan de algún modo. Ahora bien, la realidad, como siempre, nos ubica, los empleos de medio tiempo que reditúen más del salario mínimo no proliferan y los horarios de clases en las distintas licenciaturas tampoco suelen permitir en la mayoría de las facultades, estudiar y trabajar. Más aún, los bachilleratos de las zonas de “bajos recursos”, para colmo de males, tienen en general un nivel académico inferior a los de clase media y media alta, de modo que obtener puntajes altos y así ser mejor visto para obtener una beca es casi imposible, añadiendo que el caso de que los puntajes se hagan públicos y transparentes. 

 El obrero con un salario de miseria no le puede dar educación a sus hijos por más que lo desee.

Urge un cambio en el sistema educativo universitario no solo de Nuevo León; el estado norteño es solo un botón de muestra de lo que sucede con la educación universitaria nacional, habrá algunas condiciones excepcionales en ciertos centros universitarios que faciliten el acceso al alumnado en general, pero no es la regla. Somos un país con bastante rezago educativo, en el mal llamado sistema educativo público; maestros con salarios de hambre, el actor principal en la educación preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y/o bachilleratos y las licenciaturas, una infraestructura añeja y deteriorada, todo esto en la mayoría de los planteles educativos de todos los niveles. Pero eso sí, las cuotas están a la orden del día, la educación pública solo queda en palabras y el apoyo del gobierno federal en turno no se ve realmente. La realidad es que falta mucha atención al sistema obsoleto y decadente que priva en nuestra educación con honrosas excepciones, y aun así mala y cara, carísima, de tal forma que el obrero con un salario de miseria no le puede dar educación a sus hijos por más que lo desee. 

La indisoluble realidad nos dice que la falta de recursos y oportunidades convierte en terreno fértil para la proliferación de actividades ilegales. Los jóvenes, al verse excluidos de los beneficios del desarrollo económico, recurren a la delincuencia como medio de subsistencia convirtiéndose en un problema de orden público, manifestación de la injusticia nacida de la estructura y la superestructura que caracteriza al sistema capitalista. Tristemente el gobierno morenista olvidó sus promesas de educación gratuita para todos pues no ha sabido cumplir con su deber de salvaguardar a la juventud que es la más proclive y propensa a descomponerse, no hay quien les garantice un entorno cálido y seguro. Es claro que se necesita de un pueblo organizado y educado y convertirse en una fuerza imparable que se aplique en la creación de un modelo económico diametralmente opuesto, equitativo y justo, que sea distributivo con la riqueza que se produce. 

Es la propuesta vigente del Movimiento Antorchista a lo largo y ancho del país, acabar con la pobreza, construir un mundo diferente, uno en el que la educación, la prosperidad y por tanto la seguridad no sea un privilegio de unos pocos, sino un derecho garantizado para todos. La juventud organizada y educada, en suma, la masa en general dirigida hacia la justicia social y la equidad, tendrá el potencial de transformar la realidad de toda la sociedad y crear un presente y un mañana más justo y seguro. Un mundo mejor en colectivo es posible, en unidad ideológica, organizativa y de acción, un compromiso a carta cabal con la justicia y equidad social, palpable para todos.

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