En la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que su país no busca una nueva Guerra Fría y que está dispuesto a alcanzar soluciones pacíficas. Sin embargo, seis días antes el mismo Biden había anunciado un acuerdo para dotar a Australia de submarinos nucleares.
El discurso de amor y paz pronunciado por Biden pierde toda credibilidad al revisar dos importantes movimientos de la política exterior estadounidense. El primero es la creación del pacto de seguridad AUKUS, firmado por Estados Unidos, Reino Unido y Australia, que se dio a conocer el 15 de septiembre. Por medio de este mecanismo, Estados Unidos dotará de submarinos nucleares a Australia para mejorar sus capacidades militares y fortalecer el cerco estratégico en torno a China. El segundo elemento importante es la reunión del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral celebrada el 25 de septiembre en Washington. El llamado QUAD fue creado en 2007 por Estados Unidos, Australia, India y Japón como un mecanismo de seguridad estratégica para contener el crecimiento de China en la región del Indo-Pacífico; sin embargo, países como India se habían mostrado vacilantes sobre su participación en el QUAD y hasta ahora los líderes de esos cuatro países no se habían reunido presencialmente. Esta cumbre convocada por Biden es la primera que celebran.
Es evidente que Estados Unidos está fortaleciendo sus alianzas estratégicas en el Pacífico de cara a una próxima guerra con China. Pudiera pensarse que estos movimientos son solo una respuesta defensiva al expansionismo militar chino; sin embargo, no es China quien tiene bases militares en todo el mundo y no es China quien ha invadido países de Medo Oriente y el norte de África en lo que va de este siglo. Es Estados Unidos, no China, quien busca detonar una guerra nuclear que perjudicaría a todo el mundo.
Frente a esta realidad, sorprende que López Obrador esté llamando a los países latinoamericanos a sumar fuerzas con Estados Unidos supuestamente para evitar que el crecimiento económico desmesurado de China siga alimentando tensiones en el Pacífico. “Nos conviene que Estados Unidos sea fuerte en lo económico y no solo en lo militar” (AMLO), dijo Andrés Manuel en el evento de aniversario de Simón Bolívar realizado el 24 de julio.
Esta posición de López Obrador solo puede entenderse de dos maneras: 1) una ceguera tal que no puede darse cuenta de que fortalecer a Estados Unidos significa acelerar el estallido de una guerra; o 2) Andrés Manuel se da cuenta de esta realidad y aun así llama a América Latina a sumar fuerzas con el imperialismo estadounidense. Independientemente de esto, en los hechos, AMLO está llamando a los países latinoamericanos a apoyar el inicio de una nueva guerra que no solo afectaría a China, sino a todo el mundo. ¿Es esto lo que busca la política exterior de la Cuarta Transformación?
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