Se toma como fecha de inicio de la historia cuando aparece la escritura, es decir cuando el hombre pudo plasmar sus ideas e impresiones por escrito. Esto sucedió en Sumer, que es una antigua región que estaba ubicada en Oriente Medio y que formaba parte de la antigua Mesopotamia, hace más de cinco mil años. Las edades de la historia son los distintos periodos de tiempo en la que los historiadores han fraccionado a la historia, por lo que, la historia se ha dividido en cinco edades: prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna, Edad Contemporánea.
La prehistoria, no formaría parte de la historia ya que recoge el conjunto de sucesos previos a la invención de la escritura, comienza con la aparición de los seres humanos hace aproximadamente cuatro millones de años y termina con la invención de la escritura. Aunque existen propuestas alternativas para los acontecimientos que marcan el cambio de cada una de las edades, esta sería la forma más habitual y generalmente aceptada de dividir las edades de la historia. Edad Antigua: abarca desde la invención de la escritura 3,300 a.C. hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C.; Edad Media: desde la caída del Imperio Romano en el 476, hasta el descubrimiento de América en 1492; Edad Moderna: desde el descubrimiento de América hasta la Revolución Francesa en 1789; Edad Contemporánea: desde la Revolución Francesa hasta la actualidad.
Cada edad histórica inicia o concluye con un suceso importante para la humanidad y está sustentado con argumentos objetivos. Lo descrito con anterioridad, se expone debido a que el gobierno de López Obrador autodenominó a su gobierno, la Cuarta Transformación al inicio de su mandato. Con su dirección, se esperaban cambios en beneficio de la clase trabajadora que no llegaron con su gobierno y que fueron minando la aceptación como la confianza de los más desprotegidos. La administración de López Obrador se ha caracterizado por la toma de decisiones incorrectas y que han perjudicado seriamente al país y sobre todo a los más pobres, pareciera que este gobierno se ha obstinado en realizar las cosas al revés.
En lo que va de este mes ha sonado mucho la reestructuración de libros de texto en México y hace unos días anunciaron el libro “Historia del pueblo mexicano”, editado por un grupo de historiadores relacionados al gobierno del presidente, haciendo constar que tanto él como su partido proyectan construir una narrativa histórica propia de acuerdo a sus intereses políticos e ideológicos. El mandatario junto con Delfina Gómez, está alterando nuevamente el orden de las cosas ya que están reestructurando libros sin haber realizado modificaciones a los planes y programas de estudio que continúan vigentes desde el sexenio anterior, esto es preocupante. En estos libros de texto quieren imponer una historia que ellos están decidiendo, una historia de grupo con un punto de vista particular, no objetivo. Intentan modificar la historia debido a que es formadora de preconciencia política, dota de identidad a los individuos que forman un pueblo. Pretenden borrar la historia para que solo aparezca lo que se ha hecho a partir de 2018, eso es improcedente, los procesos históricos no se llevan a cabo de un día para otro como lo quiere hacer ver este gobierno. Los maestros no estamos dispuestos a suprimir la historia como lo pretenden imponer la 4T, ya que pueblo que no conoce su pasado está forzado a repetirlo.
En enero del presente año lanzaron la convocatoria abierta a la ciudadanía para cambiar los planes y programas. En una colaboración anterior comentábamos que la Secretaría de Educación Pública convocaba a la ciudadanía a las asambleas con el fin de que proporcionaran propuestas para modificar los planes de estudios, sin embargo, las modificaciones de estos planes no pueden realizarse por la vía democrática, esto denota falta de interés e irresponsabilidad por parte del gobierno federal. Especialistas educativos han expresado que la modificación a los planes y programas ya está realizada y que las mesas de trabajo a las que se convocaron son una simulación, agregaron que el gobierno debe centrarse en reparar los daños y el retroceso educativo que tanto afecta a la nación. Lo que se requiere realmente es un plan emergente que responda a las pérdidas y problemas ocasionados por la pandemia y de eso no hablan las autoridades educativas de la 4T.
Ningún control ideológico que enajena es infalible y eterno, la nobleza y energía del pueblo, junto con maestros y estudiantes lo romperán tarde que temprano y en la historia hay testimonio de ello, sin la intervención de estos entes no habrá transformación. La pobreza, angustia popular y necesidades insatisfechas demandan una efectiva solución, no pueden ser ignoradas eternamente; la necesidad obliga a todos y los impulsa a participar en esos cambios. De nada valdrán las cadenas ideológicas que pretendan sujetar a los pobres de México y evitar la solidaridad. El magisterio está llamado a cumplir una gran tarea, la de formar a los hombres nuevos para construir un país más igualitario, más justo, donde todos tengamos lo necesario para vivir, ese país es posible luchemos por él.
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