En estos últimos días las víctimas a causa del coronavirus (Covid-19) han sido desastrosas para los países del mundo, pues a causa de esto se ha desatado una crisis económica debido a las medidas implementadas por los gobiernos y autoridades de todo el mundo. Por ejemplo, en Italia las muertes a causa de este virus han cobrado la vida de miles de personas y en nuestro país también la pandemia va en aumento, pues nos encontramos en la fase dos de diseminación de la enfermedad y es muy probable que entremos a la fase 3. Las medidas para evitar el contagio han sido difundidas por todos los medios de comunicación, esto como una manera de concientizar a la población para que acate las medidas sanitarias.
En lo que me ha tocado observar en el estado de Nuevo León y tal vez suceda en más poblaciones del país, es el temor a la supervivencia más que por la enfermedad, pues las calles, avenidas, negocios y más se encuentran cerrados. Varias son las historias de trabajadores que se lamentan porque les dieron descanso obligado por la contingencia sanitaria, y la incertidumbre es si los volverán a ocupar en sus empleos.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en febrero del presente año la tasa de subocupación en México escaló a 9.3 por ciento, eso quiere decir que hay personas que buscan otro empleo para poder sostener los gastos del hogar, ya que los alimentos y demás cosas de primera necesidad van en aumento. Esto sin mencionar a los del comercio informal que para el mes de febrero se encontraba en 56.3 por ciento de la población laboral en México, esto implica que en nuestro país 56 de cada 100 trabajadores en México son laboralmente vulnerables, sin contratos, sin prestaciones, sin protección social y en su mayoría sin acceso a instituciones de salud.
Ahora remontándonos al problema de la contingencia sanitaria en nuestro país, creo que estas cifras se modificarán al empeoramiento en la ocupación y el empleo, pues la situación económica en nuestro país va de mal en peor.
Las medidas de "quédate en casa", no son ni serán equitativas para todos, pues nos divide una línea económica, por un lado, está la gente que no puede quedarse en casa porque vive al día, ya que si un día no trabaja esto significa quedarse sin comer en su hogar, y por otro lado están los adinerados de este país que se han preparado con víveres hasta por seis meses para permanecer en la cuarentena, las cosas no son parejas para todos.
Está claro que la pandemia sólo vino a dejar en evidencia al sistema en el que vivimos, la diferencia de posibilidades para las familias, evidencia un sistema que desde hace mucho tiempo comete injusticias en contra de la gente que produce riqueza para esta sociedad, este sistema que no es capaz de darle salud a sus habitantes, pues la concentración exagerada de la riqueza en unas pocas manos ha llevado a buena parte de la humanidad a vivir en la inmundicia y sobreviviendo todos los días.
En este contexto, nos damos cuenta de que los próximos días después de la tormenta la calma será de muchas adversidades y carencias, es por eso que los mexicanos debemos reflexionar sobre esta situación, y debemos cambiar de actitud frente a lo que venga y a lo que queremos como sociedad. Necesitamos hacer conciencia de que no podemos seguir viviendo en la incertidumbre, en el desempleo, en la falta de atención médica y de educación de calidad, necesitamos cambiar de raíz este modelo económico injusto que no distribuye la riqueza y agrava los problemas sociales, solo el pueblo organizado y consiente podrá garantizar la supervivencia del ser humano sobre la faz de la tierra, esto es lo que el Movimiento Antorchista Nacional se ha echado sobre sus hombros, concientizar, organizar y politizar al pueblo, llevarlo a tomar el poder político de la nación y resolver los problemas que nos aquejan a todos.
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