MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La mina El Pinabete, tragedia de mineros 

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A 16 años de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, ahora es la mina “El Pinabete”, también en la región carbonífera de Coahuila, que nos revela la triste realidad que vive el trabajador minero en México.

El municipio de Sabinas ha sido testigo de una verdadera desgracia al quedar sepultados bajo tierra, tal vez en una caverna, diez mineros debido a que uno de los brazos del río que nutre los pozos cercanos a la mina fue tocado por los trabajos que realizaban los mineros, sin ninguna medida de seguridad, sin ningún estudio técnico previo, y sí con mucha irresponsabilidad de los propietarios de la mina, pero, sobre todo, negligencia de las autoridades federales. 

Las autoridades de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social se hacen de la vista gorda y permiten que se violen las normas mínimas de seguridad en que deben funcionar estas empresas extractivas, que estén en regla. “Una semana después de la explosión de la mina de carbón El Pinabete en el municipio de Sabinas, Coahuila, no hay mineros rescatados y no hay información oficial sobre los dueños de esta. No se sabe quién mantiene sus minas en tales condiciones. La mina colapsó, se derrumbaron las paredes y el agua de los pozos que la rodea, inundó los sitios de trabajo con todo y obreros. La inundación alcanzó los 40 metros de profundidad, por lo que cada minuto que pasa disminuye la posibilidad de los obreros sean hallados con vida. A decir de los expertos, la única manera de que los obreros sigan con vida es que hayan encontrado una burbuja de aire para poder respirar.” (cemees.org).

Está claro que en la mina El Pinabete, como en muchas otras empresas mineras del país, lo que menos importa es el trabajador y las condiciones en que labora, lo que importa es la máxima ganancia de los dueños. Según se ha informado los mineros de El Pinabete, como el de muchas otras, trabajan a destajo; la tonelada, en el caso de dicha mina, se les paga de 150 a 200 pesos por tonelada, pero el dueño de la mina la vende en 1,000 pesos más a sus compradores. Por lo que también se ha informado esta mina vendía la mayor parte de su producción de carbón a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que la utiliza para producir energía.

Sobre el durísimo y arriesgado trabajo de minero, qué mejor que lo expresado por el propio minero: “Que fácil, que sencillo decirlo, ellos tienen dinero -se refiere a los dueños de las minas-, para hablar de eso que jamás han tenido la suerte de conocer un Minero. Qué saben ellos, de ese como polvo negro que el sudor pega a tu cuerpo. De cómo estarán tus pulmones, tu estómago, cuando una hora después de salir, tu saliva, tus mocos tiñen cualquier pañuelo de negro… Oh, ese contorno de ojos, que por mucho jabón que uses, parecen maquillados por expertos. De tus dolores de huesos, de tus tendones, cuando la vibración de un martillo encoge, y lloras en silencio… De cuando tira la mina, sientes que estallará, que rompe las manpostas, y trabajas bajo presión y miedo. De la falta de oxígeno, sino hay ventilación asistida y te quedas dormido para siempre, sin siquiera darte cuenta de que mueres como un jilguero. De tu corazón solidario, de tu nobleza, de tu amor al compañero. Tu siempre estar dispuesto a ayudar al mundo entero…”  (Humberto Martínez, minero de Charcas, 24 de mayo de 2020)

En días pasados, fue Andrés Manuel López Obrador a tomarse la foto, como se dice, a la mina El Pinabete. Algunos de las familiares se mostraron molestos por esto que consideraron del mandatario. La realidad es que las cosas seguirán igual para los trabajadores, particularmente para los mineros que a diario se juegan la vida, mientras no se organicen y tomen conciencia de su situación como gente explotada, y no se decidan a pelear con sus hermanos de clase por una mejor vida. 
 

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