MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La necesaria difusión de la verdad en el conflicto Rusia-Ucrania

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Durante varios meses, los medios informativos más influyentes y los voceros de las potencias occidentales, estuvieron reportando al mundo la “inminente invasión rusa” a Ucrania, como parte de su plan para justificar el ingreso de este país a la alianza militar de la OTAN, el brazo armado del imperialismo norteamericano, pues con ello cercarían a Rusia y apostarían armamento nuclear y tropas en Ucrania, el país europeo con el que comparte más de mil 576 km de frontera y con el que tiene mucho pasado en común.

Para los imperialistas norteamericanos, el poderío militar y económico de Rusia y su alianza con China representan un abierto desafío a su proyecto de dominación mundial, por lo que desde hace muchos años han puesto manos a la obra para socavar la influencia de estas naciones en el mundo y en fechas recientes han realizado amagos y advertencias serias de sus intenciones de aniquilarlas.

Esta afirmación no es gratuita, los mismos norteamericanos se enorgullecen de su doctrina del “destino manifiesto”, con el que justifican su derecho de adueñarse de los mercados mundiales, de las materias primas y de imponer su cultura y estilo de vida a todos los pueblos de la tierra. “Tenemos dos opciones. O cambiamos la forma en que vivimos o cambiamos la forma en cómo viven los otros. Hemos escogido esta última opción”, dijo el general Donald Rumsfeld, ante un grupo de bombarderos estadounidenses el 19 de octubre de 2001, “y sois vosotros los que nos ayudarán a alcanzar ese objetivo”, les azuzó (Fontana, 2011)[1]. Debemos de entender que “los otros”, somos todos los habitantes del planeta que no nacimos en Estados Unidos.

No se exagera si se afirma que una de las razones que se interpone a estos planes de dominación total del planeta, es la existencia de Rusia, como la segunda potencia militar más importante, dueña de un importante arsenal nuclear, y cuyo papel en la diplomacia mundial se ha venido reforzando bajo el liderazgo de Vladimir Putin en los últimos años y que ha sido crucial en la solución de conflictos internacionales en donde Estados Unidos y la OTAN solo han sembrado el terror y la destrucción como en Siria, Libia, Armenia, así como Kazajstán recientemente.

Por ello, es perfectamente entendible que la operación militar que Rusia ha desplegado en Ucrania busca asegurar precisamente su propia defensa, su derecho a existir como Nación. Nada es más ilustrativo que el propio cuestionamiento de Vladimir Putin sobre cómo reaccionaría Estados Unidos si Rusia apostara armamento nuclear y ejércitos en Canadá o en México o pretendiera establecer una alianza militar con ellos. De ahí que, precisamente, durante los días que lleva la operación se hayan destruido armamento enviado por la OTAN en los últimos meses, así como posiciones militares. Un proceso de desmilitarización del país, tal como lo había anunciado Putin.

El otro motivo que explica la actuación de Rusia y que es criminalmente silenciada por la prensa occidental (incluyendo la de México, por supuesto), es el incumplimiento del gobierno ucraniano a respetar la autonomía de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, al este de Ucrania, en la región conocida como el Donbass, en donde viven más de tres millones de descendientes rusos. Dos regiones que decidieron independizarse en 2014, luego del golpe de Estado, “revolución naranja” o Euromaidán, que permitió la llegada de un gobierno pro fascista a Ucrania.

Posteriormente se iniciaron una serie de conflictos armados entre la milicia ucraniana y separatistas del Donbass, en los que los primeros cometieron todo tipo de atrocidades, hasta que se el 11 de mayo de ese año se realizaron plebiscitos, consultas populares, en los que la aplastante mayoría de la población de ambas Repúblicas decidió independizarse. El 89 % de los electores de Donetsk votó a favor de la independencia y según la Comisión Electoral de Lugansk el 96 % de los votantes optó por separarse de Ucrania. Un dato que puede verificarse fácilmente googleando un poco en internet.

En febrero de 2015, se firmaron los acuerdos de Minsk, en Bielorrusia, país vecino a Ucrania y a Rusia y en los que la primera reconoció cierta autonomía a los dos estados y se comprometió a cesar el fuego sobre la población civil. Nunca cumplieron. Durante los siguientes ocho años, los ataques de la milicia ucraniana no cejaron, el presidente Volodomír Zelenski declaró que recuperarán la región del Donbass a como diera lugar y hay evidencia de que Estados Unidos ha estado enviando armamento para lograr tal fin. Durante ese tiempo, han muerto más de 13 mil personas, según los datos del propio gobierno ucraniano, sin que la comunidad internacional se pronunciara ni condenara esas atrocidades.

Y es que la región del Donbass es rica en yacimientos mineros de uranio, sus tierras son fértiles e históricamente son una zona con un importante desarrollo industrial. Es fácil imaginar las jugosas ganancias que esperan extraer de la región los capitalistas occidentales, quienes “quieren la tierra del Donbass, pero no a su gente”.

Además, en los últimos años, ha venido creciendo y multiplicándose la presencia de grupos pro fascistas, nazis y filonazis en Ucrania que, entre otras cosas, tratan de tergiversar la historia y de borrar de la memoria colectiva todos los crímenes cometidos contra el pueblo ucraniano por las fuerzas hitlerianas, así como el papel tan importante que jugó la Unión Soviética en la victoria contra el fascismo. Agrego la liga de un video que explica perfectamente el asunto: https://www.youtube.com/watch?v=kksLY8Zmgk8

Permanecer impávidos ante los intentos de blanqueamiento del nazismo es por si mismo un crimen de lesa humanidad, puesto que supone dejar que sobre el mundo circulen y se esparzan libre y abiertamente las ideas del fascismo, cuyo máximo anhelo: el deseo de dominación total y absoluto del mundo, encarnan hoy en día, precisamente, los capitalistas norteamericanos. Esta omisión, no puede tolerarse, porque en el pasado, fue el silencio y la complacencia de las grandes potencias, las que permitieron el avance de Hitler y sus hordas por Europa, y condujo a la Segunda Guerra Mundial, provocando la muerte de más de 60 millones de personas, 27 millones solamente rusas. ¿Es que no aprendemos de la historia?, ¿es que se pretende tolerar el surgimiento de un Neonazismo para, como en el pasado, esperar que este destruya a Rusia?  

Así las cosas, aunque mucho se ha hablado al respecto, con este atropellado artículo solo pretendo colaborar, en la medida de lo posible, con quienes luchan contra las mentiras del imperialismo y contribuir a que los pobres y trabajadores del mundo abran los ojos ante la amenaza que supone para todos los pueblos de la tierra que Estados Unidos, cumpla con su destino manifiesto: hacerse del dominio total del mundo. Y aunque la guerra nunca es buena, no hay duda de que a Rusia no se le ha dejado otra opción, más que defenderse y defender a los suyos. Ojalá así se entienda.

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