México es uno de los países más desiguales del mundo, la mayoría de sus habitantes vive en la pobreza y buena parte en pobreza extrema y por otro lado un pequeño grupo de ricachones que se han beneficiado del actual modelo neoliberal.
El Movimiento Antorchista ha señalado puntualmente desde hace muchos años, que el problema fundamental de México, es la enorme desigualdad económica entre sus habitantes; que la inmensa mayoría no puede satisfacer necesidades tan básicas como la alimentación, la vivienda, la salud y que por el contrario un pequeño grupo de multimillonarios amafiado con el gobierno en turno, se apropie de la riqueza nacional.
Los gobiernos han cambiado, pero la suerte de los menos favorecidos sigue igual, Morena gobierna al lado de poderosos empresarios, que incrementan sus fortunas, un ejemplo, Ricardo Salinas Pliego, dueño de tiendas Elektra, banco Azteca, y Televisión Azteca, incrementó su riqueza con los jugosos contratos que le otorgó el gobierno de López Obrador.
Millones votaron por Morena con la promesa de combatir la corrupción, el principal problema de México (así dicen), mejorar los niveles de vida, acceso a la justicia y mayores oportunidades para los marginados de siempre.
Pero el camino elegido por López Obrador es otro, para curar los males del país decide aplicar una política de austeridad, que no es otra cosa que reducir el gasto social, recortar el presupuesto para obras de agua potable, drenaje, electrificación, vivienda popular, despedir trabajadores, incluyendo trabajadores de la salud.
Dos años de Morena y sí, dos años de cero crecimientos, 10 millones de pobres más, 12 millones de empleos perdidos y un pésimo manejo de la pandemia.
Ya se rebasaron los 123 mil fallecimientos y en plena pandemia y con un déficit de 240 mil médicos se reportan despidos, falta de material de protección para el personal sanitario, sin equipamiento suficiente en hospitales, no se realizan pruebas masivas para detectar y aislar a los infectados (porque se niega a apoyar a los enfermos) y de esta manera cortar las cadenas de contagios, se inició la vacunación al personal médico, pero estamos dependiendo de los laboratorios extranjeros, el gobierno se niega a apoyar la investigación científica.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de las 4.9 millones de empresas micro, pequeñas y medianas que había en 2019, sobreviven 3.85 millones, es decir, 1 millón 10 mil 857 establecimientos, que equivalen al 20.81%, cerraron sus puertas definitivamente.
En estos establecimientos que ya no van a abrir sus puertas, laboraban casi 3 millones de personas, mientras que los locales sobrevivientes tuvieron una disminución de 1.15 millones de empleados. En total se perdieron 4.12 millones de puestos de trabajo.
Ante el cierre de los negocios, los empresarios han manifestado que requieren apoyos fiscales y aplazamiento de pagos a crédito o servicios para poder hacer frente al difícil panorama derivado de la pandemia.
La proporción de empresas que recibieron apoyos fue de solo el 5.9%, mientras que el 94.1% restante no recibió ningún tipo de ayuda.
Estudiosos en esta cuestión proponen que el gasto social, generado por los impuestos que recauda la hacienda pública, y que por tanto pertenecen a todos los ciudadanos, se debe aplicar en combatir el desempleo, construir vivienda popular, mejorar los salarios y las prestaciones laborales, mejorar el servicio de salud, invertir en educación, apoyar en la investigación científica, en infraestructura, en una palabra, mejorar la calidad de vida de sus gobernados, es un asunto de primer orden de los gobiernos comprometidos con sus pueblos.
El pago de impuestos debe ser de manera progresiva, equilibrar los impuestos con base en los ingresos, que pague más quien gane más, y que pague menos quien gane menos.
Aumentar los salarios fortalece el mercado interno, se fortalece la demanda, que no es otra cosa que los trabajadores puedan vivir con sus familias de una manera decorosa, poder alimentos, vestido, zapatos, ir al cine, divertirse, salir de vacaciones. El activo más importante de cada nación es su capital humano, elevar el nivel de vida de la población, debiera ser el asunto más importante de los gobernantes, porque además de mejorar la vida de toda la clase trabajadora, hacerla más sana y educada, genera movimiento económico, se desarrolla el comercio y la industria.
ése es el camino que propone el Movimiento Antorchista, el camino hacia una patria más justa para los trabajadores.
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