Los sesudos del gobierno federal que se encargan de manejar las cifras de simpatía del pueblo hacia el señor presidente de México en redes sociales, ya no saben qué hacer para quedar bien con el “patrón”, porque si dicen la verdad les irá mal y si dicen mentiras también.
El asunto es que después de lograr tener bajo la manga la simpatía de millones de compatriotas, estas se han ido diluyendo y eso lo saben perfectamente los cibernautas morenistas que han tratado inútilmente de frenar la antipatía generada por López Obrador en el pueblo mexicano.
“Háganle como sea, pero la simpatía del mandatario en redes tiene que subir”, es la orden que se ha dado a los manejadores del Internet pagados por el Gobierno federal, jóvenes dilectos en esas cuestiones que tratan a como dé lugar de cumplir a cabalidad con un mandato aunque saben perfectamente que estarán engañando al pueblo.
Como se recordará, una de las promesas esbozadas por López Obrador fue en el sentido de no mentirle al pueblo, de no engañarlo, misma que ha quedado reducida a cenizas porque mientras en redes sociales se habla linduras de él, después, en los hechos, la vida de los mexicanos raya en los profundos laberintos de la tristeza, del desamparo y el abandono por parte del gobierno llamado de la Cuarta Transformación.
De ahí que los bonos del mandatario federal ya se encuentran en mucho menos cifras que al principio, no lo digo yo, lo dicen los mexicanos que han sufrido por la aplicación de medidas que reman en contra de su propio bienestar.
Desde dejar sin guarderías a las madres trabajadoras, hasta arrebatarle recursos a las universidades, estados y municipios del país, dejar sin la salud adecuada, medicinas o vacunas a sus compatriotas, cancelar programas que permitían la subsistencia de millones de ciudadanos de los diversos sectores, permitir el encarecimiento de productos de la canasta básica, fabricar más pobres, entre otras linduras más que han sepultado la confianza que en principio le habría manifestado la gente en las urnas.
Por las mismas andan los tres funcionarios de Morena que buscan afanosamente ser candidatos a la gubernatura de Coahuila, Ricardo Mejía Berdeja, Luis Salazar o Armando Guadiana Tijerina, este último con mayores probabilidades después de que sus dos contrincantes han sido acusados ante las instancias electorales por anticiparse a los tiempos y andar haciendo campañas millonarias para promover su imagen.
Ahí también se le apuesta a las redes sociales, con mentiras completas, donde cada uno se dice el salvador de almas, el que vendrá supuestamente a rescatar a los coahuilenses del atraso y la inseguridad.
Es falso a todas luces lo que andan promoviendo los morenistas, porque si se compara a Coahuila con otras entidades del país, veremos que en esta tierra estamos logrando superar la pandemia de covid-19 con los estragos económicos que generó.
Los coahuilenses guiados bajo la estrategia de Miguel Riquelme Solís están generando empleos, realizando obras y combatiendo la pobreza, manteniendo la seguridad, a pesar del arrebato de recursos por parte del gobierno de la Cuarta, que precisamente emanó de las filas de Morena.
Entonces, no pueden decir que vendrán a salvar a los coahuilenses cuando de sus falsedades no se salvan ni ellos mismos
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