En los días que corren, los discursos de los políticos mexicanos están pensados para engañar a la gente. Y de ese engaño les sacan provecho porque consiguen apoyo popular en las elecciones cuando compiten por un cargo.
Regularmente, los discursos son muy parecidos, sean del PAN, PRI y Morena. Siempre van dirigidos a los que menos tienen, siempre hablando de la pobreza y que la solución la tienen ellos, por lo que el pueblo los tiene que respaldar.
Morena ha echado mano de una práctica que siempre ha existido, pero que hoy se utiliza de manera frecuente y descarada para conseguir favoritismo y ascenso político: la lambisconería y la adulación.
El resultado es que cientos de viejos políticos llevan años teniendo diferentes cargos, pero no han hecho nada a favor de la gente que los apoya. Pero, no bastando con eso, en los últimos seis años, Morena ha echado mano de una práctica que siempre ha existido, pero que hoy se utiliza de manera frecuente y descarada para conseguir favoritismo y ascenso político; esa es la lambisconería y la adulación.
Ante los malos resultados del gobierno de López Obrador y de la actual presidenta; por la poca solución de las demandas de parte de los funcionarios de Morena de diferentes niveles, la aceptación del partido entre los mexicanos va en picada.
Mucha gente se está dando cuenta de que no hay avances importantes en salud, obra pública, etcétera. Esto conlleva, naturalmente, a que la gente ya no crea en los políticos morenistas y empiece a cuestionar.
Sin embargo, los funcionarios, en su afán de conseguir esa aceptación de la gente y ascenso en su carrera, se han dedicado a lambisconear al gobierno de AMLO y hoy continúan con la presidenta y otros funcionarios de alto nivel. Esto los lleva, primero, a adular a determinados políticos y a engrandecer sus actos y resultados, como lo han hecho con AMLO y Claudia y, en segundo, a negar todos los actos negativos de dichos políticos.
Por ejemplo, cuando los mexicanos reclaman que Morena no ha cumplido con el compromiso de bajar el precio de la gasolina, rápidamente salen a negar, diciendo que el compromiso no era ese, sino que fue el de no incrementarlo. Pero la realidad los contradice rápidamente también.
O, si se señala a un funcionario por un acto de corrupción, luego salen los gobernadores a defender al susodicho y le echan flores, haciéndolo pasar por una persona honesta que no sería capaz de corromperse, aunque las evidencias estén a la vista.
Pongo unos ejemplos más polémicos. El año pasado, cuando se discutió la reforma a la ley que rige la Guardia Nacional, la senadora chihuahuense Andrea Chávez, en su participación, comentó que en México no existen desapariciones forzadas, tortura ni ejecuciones extrajudiciales.
Sin embargo, los mexicanos sabemos que todo eso existe hoy. Se atreve a negar algo tan obvio porque lo que busca es quedar bien con sus patrones, para que la consideren como opción para la gubernatura de su estado.
El que era gobernador del PRI en Oaxaca, Alejandro Murat, hace poco dijo que al pasar a Morena estaba “del lado correcto de la historia”. Adulación pura.
Hace unos días, presumió en sus redes que estaba construyendo el segundo piso de la 4T, posando en una foto con su amigo Andrés Manuel López Beltrán, ni más ni menos que el hijo de AMLO, un morenista con un expriista.
En 2022, todavía era gobernador por el partido “archirrival” de la 4T; ahora es senador por Morena. Cómo cambian las cosas. Pero ese puesto lo consiguió, en buena medida, por lambiscón y adulador.
El otro es Gerardo Fernández Noroña; del PT, pero con sangre morenista, quien se la ha pasado adulando a AMLO y a Claudia. Ni aún con los desaires de esta última deja de hacerlo. Su premio es ser, ni más ni menos, el presidente del Senado, donde defiende con capa y espada algunas propuestas de la 4T, con algunas de las cuales, hace unos ayeres, él no estaba de acuerdo, pero como ahora son propuestas de sus aliados, se queda callado y las aprueba.
Para acabar de joder, hace tres días Noroña anunció que se va a afiliar formalmente a Morena, a pesar de que no lo quieren, pero se arrastra ante el poder con tal de agarrar un poco. Dice que tiene unos planes más adelante.
Cuauhtémoc Blanco es otro que se arrastra ante Morena. Apenas fue fichado por el partido, como si de mercado de futbol se tratara. Comentó que el movimiento, refiriéndose a la 4T, representa la transformación y el cambio verdadero en México. Nada más falso.
Como noticia de última hora, acaban de premiar a Miguel Ángel Yunes Márquez, un panista de sangre azul. Como se arrodilló ante el gobierno de Claudia, apoyando con su voto la reforma al Poder Judicial, ahora lo nombran presidente de la Comisión de Hacienda.
Así podemos ir uno por uno de los señores de la 4T y nos daremos cuenta de que así son todos. Empezando por la presidenta del partido, Luisa Alcalde; el secretario de Educación, Mario Delgado, Marcelo Ebrard, Adán Augusto, y de ahí para abajo, muy pocos se salvan.
Como dije, esta práctica es vieja, pero hoy en día los funcionarios de la 4T la usan sin ninguna vergüenza. La consecuencia de esto es que, precisamente, se dedican a velar por su beneficio propio y se olvidan de atender a la gente. Les es más fácil ascender de puesto o “caer bien” a la gente adulando y echando flores aunque la realidad les grite en la cara que están totalmente equivocados.
Cada que son señalados por la oposición, se lanzan a los ataques y desprestigios, evocando el pasado neoliberal de los otros, cuando el presente de Morena es más neoliberal que el de antes. Los problemas que niegan cada día se agudizan más. La pobreza va en aumento, la inseguridad es incontrolable, los precios de los productos están por los cielos, etcétera.
Así que, si se sigue cayendo en este juego de engaño y manipulación de los funcionarios de la 4T, las cosas se irán agravando cada vez más. Ante tal situación, lo que conviene hacer es que los mexicanos se eduquen políticamente para poder ser más críticos y sacudirse a los malos políticos que durante años han vivido del erario. Ya va siendo tiempo de que el pueblo comience a tomar el control de las cosas en sus manos y no dependa de lambiscones.
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