¿Qué se puede decir sobre la importancia de poseer el hábito de la lectura? Estoy segura de que muchas personas con solo ver el cuerpo de este texto abandonaron su lectura o después de únicamente revisar el título; algunos otros, ni siquiera se dieron la oportunidad de atenderlo.
Tristemente México es reconocido mundialmente como un país ignorante y subdesarrollado en donde se viste de sarape y se comen tacos, otorgando a estas características un toque infamante que aqueja a todos los mexicanos. Más allá de nuestra imagen nacional ante el mundo, es preocupante la imagen política y cultural que va aunada a la social. Si bien no es deshonroso usar sarape y comer tacos, si es vergonzoso que seamos uno de los países en donde el producto menos consumido sean los libros, ya que es una de las principales causas del deficiente funcionamiento del país.
En diversos foros como la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) se ha expresado el impacto positivo que la industria editorial podría representar en la economía de nuestro país; sin embargo, según los datos más recientes obtenidos por la ONU, en los que se basó la política pública de fomento a lectura 2016, se concluyó que sólo el 2 por ciento de los 120 millones de mexicanos son considerados lectores frecuentes, lo que nos ubica en el puesto 107 de 108 en hábitos de lectura; en comparación de países como Japón en donde el porcentaje es de 91 por ciento, así que podemos decir que nos hemos ganado a pulso el ser tratados durante décadas como un país iletrado.
Hablemos también de culpas políticas ya que, desde hace varios gobiernos, se ha restado importancia a lo que resultaría la pieza clave para cambiar radicalmente el rumbo del país. La lectura como hábito se puede traducir en materia prima creativa; misma que favorecería al desarrollo de la ciencia y la tecnología, rubro tan abandonado en nuestro país. Además de formar mentes más críticas y reflexivas que nos permitirían a su vez una mejor política en nuestro país sin mencionar el impacto económico que todo esto en conjunto acarrearía en poco tiempo.
Se estima que, en promedio, los mexicanos leemos dos libros anuales por persona; es decir, que de 100 mexicanos el 70 por ciento jamás ha leído un libro completo en su vida; el 13 por ciento lee sólo lo necesario (letreros, anuncios, carteles); 15 por ciento ha leído sólo los libros de su etapa escolar y sólo 2 por ciento leen los libros con los que se han generado las estadísticas
Es urgente y queda clara la necesidad de generar políticas públicas estratégicas que sean funcionales para la realidad social de México, en donde la pobreza extrema requiere ser atendida a través de medidas permanentes y eficaces como lo es la educación obtenida más allá de las instituciones que otorgan este servicio. Poner al alcance de los millones de mexicanos una lectura que les permita una reflexión y, a su vez, genere en éstos un cambio significativo en su mentalidad que los estimule a actuar para beneficio de la sociedad; que concientice a las masas sobre la situación social, política, económica y democrática de nuestro país.
La lectura y la avidez de ella es uno de los motores que permitirá a México salir a flote de las numerosas crisis que atraviesa nuestro país y el mundo entero. Porque como lo señalara el escritor, filósofo y poeta Ralph Waldo Emerson “En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida”.
Sumemos números positivos a las estadísticas y cultivemos nuestra mente para dejar de vivir bajo la manipulación de los poderosos que han hecho de nuestro país su banca personal.
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