Ha transcurrido un año del desplome de la Línea 12 del Metro, que cobró la vida de 26 personas y dejó 96 heridos. Tanto la justicia como los apoyos para las víctimas, siguen sin llegar.
Los familiares de las víctimas en primer lugar, pero también la ciudadanía en general esperaría que, a un año de la tragedia, los responsables directos estuvieran pagando una condena, pero no es así. La impunidad y la corrupción persiste en el gobierno morenista de la Ciudad de México, y eso de que son diferentes a los “de antes” es parte de su discurso, porque en los hechos, son indiferentes al dolor, y se empeñan en imponer proyectos a capricho, como ocurre con el Tren Maya, impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Sureste mexicano.
En estos doce meses, las investigaciones avanzaron poco, no hay ningún detenido por la tragedia, al contrario, la propia jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum desestima y desacredita el informe de la empresa que su gobierno contrató para “investigar” el hecho. Y es que, es posible que el tercer informe de la empresa noruega DNV arroje como los responsables a Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, entonces lo rechaza y condena.
Tras el desplome, el gobierno capitalino aseguró que, para dar facilidad a las investigaciones, era necesario cerrar por completo “la Línea Dorada” ¿Qué ha sucedido? Lo contrario.
El gobierno morenista de Claudia anunció la contratación de la empresa noruega DNV para realizar un dictamen independiente en conjunto con la Fiscalía capitalina y dar con los responsables. De estas averiguaciones, se dictaminó que hubo fallas desde el planteamiento del proyecto, como estructurales, en la calidad de la construcción, que por cierto estuvo a cargo de Grupo Carso; es decir, vicios y deficiencias desde su origen.
A las víctimas y familiares, el gobierno local les prometió apoyo económico, de atención médica y psicológica para tratar de reponerse del daño, sin embargo, también ha sido para ellos un doble peregrinar puesto que no se ha cumplido el compromiso hecho por la propia jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. De acuerdo con el abogado defensor de las personas lesionadas, Teófilo Benítez y las familias, aseguran que sólo se repartió un millón de pesos para resolver todas esas necesidades que obvio no alcanza. La misma ayuda médica nunca llegó y, por el contrario, han tenido que costear la falta de medicamentos que de por sí ha caracterizado el sistema de salud en estos tres años de gobierno.
Tras la presión pública realizada por medios de comunicación nacionales e internacionales del suceso y el actuar de las autoridades ¿qué ha pasado? El retiro de la directora en aquel entonces del Metro, Florencia Serranía, quien dijo que ella “solo era la directora del Metro”, pero que además ya contaba con antecedentes de falta de atención a su trabajo con “el choque de trenes en la estación Tacubaya el 10 de marzo de 2020, en el cual murió una persona y 40 resultaron heridas; después el incendio en la Subestación Buen Tono el 9 de enero de 2021, donde también se encontraban los controles de la red de transporte”.
Fue la supuesta reparación de algunos puentes en paraderos que estaban a punto del derrumbe y que no se habían atendido en años, pero que apenas y se colocaron unas láminas. ¡Que conste que desde 1997 la supuesta “izquierda” gobierna la CDMX!
Pero como en Morena lo que haga el presidente Andrés Manuel es ley y ejemplo para todos los gobernantes de la 4T, Claudia Sheinbaum no podía quedarse atrás.
Justo en el marco del primer año, la jefa de gobierno quien por cierto es de las favoritas a ser la sucesora del tabasqueño, le dio por desacreditar el tercer informe que daría a conocer la empresa DNV y que ellos mismos contrataron para los peritajes. ¿Por qué? Pues quizá porque en esta tercera entrega se conocerían más argumentos científicos que dieran las bases jurídicas para dar con los responsables, posibilidad que no dejaría pasar la aspirante de Palacio Nacional. Al puro estilo de su maestro, Claudia Sheinbaum aseguró que este último reporte tendrían un posible conflicto de interés, ya que el representante legal de DNV habría litigado antes contra el presidente López Obrador y además se encontró en el documento “muchísimas observaciones y fallas que no corresponden con la metodología original”, por lo que cancelaron el contrato. Luego entonces cómo se explica que al principio lo elogiaban y ahora todo lo contrario.
Pero como si no fuera suficiente, el viernes 5 de mayo la columna Templo Mayor de Reforma, adelantó que “existía el rumor de que Andrés Lajous, secretario de Movilidad, y Miriam Urzúa, titular de Protección Civil, intentaron convencer a la gente de DNV para que modificara las conclusiones de su informe, borrando las partes que inculpaban al gobierno de la CDMX”. De ser cierto sería un gran golpe para la simpatía y aspiraciones de la funcionaria en su carrera por la presidencia.
A Morena lo que menos le preocupa es la gente, muy por encima de ella están los caprichos presidenciales de López Obrador. Y es que de los errores no aprenden. Ahí viene la insistencia del Tren Maya que está en igual o en peores condiciones que la Línea 12. Empezando porque nadie se explica qué función tendrá ese nuevo transporte, quién lo pidió, a quién y qué beneficios traerá. Lo que sí es un hecho son las omisiones, atropellos, falta de claridad y nula preocupación por todo el desastre que se está cometiendo. Los mismos errores como el cambiar la ruta para pasarla por cavernas y cenotes traerá como consecuencia lo que vimos con el metro. ¡Que conste que se puede evitar!
Ocultar y sobre todo despreciar a la ciudadanía después de ser responsable del costo de vidas que la negligencia y corrupción se dieron en proyectos sumamente importantes para las grandes mayorías, no es precisamente un gobierno del pueblo. Es un signo del despotismo con el que gobierna Morena, que no le importa cobrar vidas con tal de llevar al terreno de los hechos los caprichos absurdos de sus gobernantes.
El tiempo de que el pueblo se levante llegará, no tendrá clemencia por quienes lo han engañado.
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