MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los antorchistas somos futuro

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Por estos días se realizan las ceremonias de graduación de los niños y jóvenes mexicanos que concluyen un eslabón más en su formación académica, desde preescolar hasta escuelas de nivel superior. Durante sus 50 años de existencia, el Movimiento Antorchista Nacional ha luchado por hacer efectivo el derecho a la educación universal, gratuita y de calidad para los sectores más humildes del país y, por ello, ha encabezado la fundación de cientos de escuelas en pueblos y colonias marginadas.

Además, a través de Antorcha Magisterial, nuestra organización ha impulsado un proyecto educativo integral y de calidad en la que los profesores no solo se preparan continuamente para dar sus clases de la mejor manera posible, sino que también se preocupan por la formación integral de los estudiantes, con la práctica permanente de actividades culturales, deportivas y el trabajo manual. Y, sobre todo, vinculando el trabajo dentro de las aulas con los problemas económicos, sociales y políticos que enfrentan sus comunidades.

Este año, diversos líderes antorchistas acuden como invitados especiales o como padrinos de generación a las ceremonias de graduación de las escuelas fundadas por el Movimiento Antorchista que, además, han decidido ponerle como nombre de generación: “50 años de Antorcha: somos futuro y ésta es nuestra bandera”, en alusión a que en este año la organización celebra su 50 Aniversario.

Esto es un gesto noble, que habla muy bien de los jóvenes, docentes y padres de familia que han tomado esta decisión, porque significa identificarse y simpatizar con las causas nobles y justas que desde hace 50 años enarbola el Movimiento Antorchista Nacional y también significa reconocer el papel que juegan los campesinos, los obreros, los jornaleros y el resto de las clases trabajadoras dentro de la sociedad capitalista en la que vivimos, pues son ellos quienes con sus manos y con su inteligencia producen las mercancías, los alimentos, los medios de transporte, es decir, todo lo que necesita nuestra sociedad para existir.

Por esta razón, desde hace 50 años nuestro objetivo ha sido organizar y educar políticamente a las clases trabajadoras de México para luchar en contra de la pobreza y la desigualdad social, para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo, para obligar a los distintos gobiernos a garantizar los derechos constitucionales de la gente humilde y hemos transformado miles de comunidades marginadas en actuales polos de desarrollo social. La lucha siempre ha sido difícil pero los triunfos y frutos de este esfuerzo son incontables.

Nuestra bandera de lucha sigue estando plenamente vigente: construir un mejor futuro para los más humildes y trabajadores de nuestra patria porque son ellos quienes producen la riqueza de México.

A pesar de esto último, la desigualdad y la pobreza crecen desmesuradamente en el mundo actual y en México en particular, como consecuencia de la decadencia del modo de producción capitalista, por ello nuestra bandera de lucha sigue estando plenamente vigente: construir un mejor futuro para los más humildes y trabajadores de nuestra patria porque son ellos quienes producen la riqueza de México. 

En el mundo actual, la mayor parte de la riqueza social se encuentra concentrada en un puñado de multimillonarios; según los datos de Oxfam Internacional, el 0.01% de los ultra ricos del planeta concentran más de la mitad de la riqueza de todo el planeta. Además, los integrantes de esta pequeña élite económica son los dueños del 60% de las empresas del planeta, ubicados en sectores clave de la industria, la producción de alimentos, los grandes comercios, los gigantescos bancos, las empresas tecnológicas, las farmacéuticas y el complejo industrial-militar a través de gigantescos consorcios de “administración de inversiones” como Vanguard, Blackrock y State Street.

Los dueños del mundo, han concentrado y centralizado la riqueza en el capital financiero, especulativo, y se encuentran detrás del gobierno imperialista de Estados Unidos que en estos momentos se prepara para desatar una tercera guerra mundial, con la intención de aniquilar a las naciones que se oponen a sus planes de dominación mundial, como Rusia y China, para hacerse con el control de todas las materias primas y explotar a su antojo la mano de obra barata de los países subdesarrollados. 

Una guerra global, en donde se utilicen bombas nucleares, como la que planean los imperialistas sería una verdadera catástrofe, pues supondría la extinción de nuestra especie y quizá la destrucción del planeta.

Por ello, los antorchistas somos partidarios del mundo multipolar y sin hegemonismos que ya se empieza a construir, encabezado por la alianza multinacional de los BRICS, porque sabemos que solo en un mundo de desarrollo compartido, podrá combatirse el crecimiento de la pobreza y se existirán mejores oportunidades de progreso y desarrollo para los trabajadores. Somos partidarios de un futuro más luminoso para la humanidad, esa también es nuestra bandera.

Como parte de la realidad del capitalismo decadente, en México la riqueza nacional también se ha venido concentrando aceleradamente. Según un informe de la Oxfam México del año 2023, en la actualidad 14 multimillonarios concentran tanta riqueza como el 60% de la población y durante los 5 años del gobierno morenista el número de pobres rebasó los 100 millones de mexicanos.

Durante el gobierno de López Obrador, creció el número de pobres, se exacerbó la violencia y la criminalidad en el país, no se combatió el desempleo y las mejoras salariales beneficiaron a un reducido número de trabajadores, se continuó desmantelando los sistemas de educación y salud pública, no hubo una política para apoyar la producción de los campesinos pobres ni para dotar de vivienda a la gente trabajadora y a la gente se le negaron obras de beneficio colectivo para sus comunidades. Lo más desafortunado es que tal política continuará durante el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Como se ve, en la continuación del modelo económico que existe hoy en día no existe un futuro esperanzador para los seres humanos, esto solo puede cambiar si la sociedad se organiza de una forma diferente para producir y distribuir los bienes materiales que se necesitan para que todos los seres humanos tengamos una vida digna. Por ello, los antorchistas también alzamos en alto la bandera de la verdadera transformación social, pugnamos por un modelo económico que no incentive la concentración de la riqueza en unas pocas manos, tal como ocurre ahora, sino que permita una distribución más justa y equitativa de ella. 

Seguramente pocos mexicanos, con honradez intelectual, pueden oponerse a estos objetivos de verdadera justicia social; nadie con una conciencia desprejuiciada puede oponerse al proyecto de educación integral que los antorchistas hemos diseñado y aplican nuestros compañeros maestros en las escuelas que hemos fundado, por ello, acudimos a estas ceremonias con gusto y con la seguridad de trasmitir estas y otras ideas trascendentales al público que acude a estas ceremonias. Además, esperamos que los niños y jóvenes que egresan de estas escuelas siempre tengan presente la necesidad de construir entre todos una nación más próspera y rica, con alto desarrollo científico y tecnológico, que pueda tener verdadera independencia y soberanía con respecto a las grandes potencias en el mundo.

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