Nuevamente trato el tema para hacer llegar la voz de los sin voz a las instancias gubernamentales que tienen que ver con el manejo de los recursos públicos para que volteen a ver a este sector social, siempre olvidado, pero fundamental para el funcionamiento de la agricultura capitalista del campo, pues sin su participación, simplemente, no habría producción de alimentos, aun cuando existiera los demás medios de producción, como la tierra, el agua, las máquinas y demás insumos. Aquí y en China, como bien lo dijo hace muchísimo tiempo William Petty, “sólo el trabajo crea riqueza”.
En México, según cifras de la Red de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas, existen más de tres millones de jornaleros agrícolas, la mayoría de ellos del sur del país, que por lo regular se desplazan hacia los estados del norte y noroeste; es decir, a donde se encuentra la agricultura comercial.
Los campos de Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur, Chihuahua, Tamaulipas, las zonas cañeras y cafetaleras de Veracruz, Chiapas, Puebla entre otros lugares, son mudos testigos del sufrimiento de hombres y mujeres que laboran largas jornadas de trabajo con salarios muy bajos que solo alcanzan para mal comer, mal vestir y mal todo, y lo hacen en condiciones por demás difíciles, sofocante calor, y en medio de contaminantes peligrosos para la salud, por el uso constante y masivo de agroquímicos.
A pesar de ser del dominio público, estas condiciones laborales de cientos de miles hombres y mujeres mexicanos conocidos como jornaleros agrícolas, nada sustancial se ha hecho para mejorar su vida, gobiernos de todos los signos políticos han pasado, y las cosas para este sufrido sector social, siguen igual o peor, para ellos no existe futuro, años y años de trabajo creando riqueza para que otros vivan mejor y ellos terminando sus días en abandono total, pues, el seguro social, es letra muerta, pues patrones y autoridades se coluden para hacer nugatorio este derecho laboral.
En Sinaloa existen cerca de 250 mil jornaleros estacionales y 180 mil nativos que laboran en los llamados campos agrícolas, destacan los ubicados en Escuinapa, Elota, Culiacán, Navolato, Guasave, Ahome, El Fuerte, y en todos ellos el denominador es común: la creación de mucha riqueza para un lado (para los dueños de las empresas) y miseria por el otro (los trabajadores).
Los jornaleros agrícolas deben entender que nadie hará algo por ellos si no son ellos mismos quienes defiendan y luchen para hacer valer sus derechos a una vida más digna, para ellos y sus familias, en una primera instancia, y prepararse para que en un futuro cercano en alianza con los proletarios de la ciudades y demás sectores explotados por el capital, logren construir una sociedad donde la riqueza producida por todos se reparta más justa e equitativamente, en lo inmediato hay que alzar la voz para que se mejoren las condiciones laborales y en eso cuentan con el apoyo del Movimiento Antorchista.
Aquí en Sinaloa, al inicio del año, el gobernador Rubén Rocha Moya anunció que en su gobierno, pescadores y jornaleros agrícolas tendrían mayor atención de su gobierno, han pasado ya más de seis meses de su gobierno y todavía no se sabe bien a bien qué programas se van implementar para mejorar la vida de las familias jornaleras sinaloenses; por tanto, mi llamado a este sector es a empezar a organizarse e iniciar paulatinamente movilizaciones para hacer efectivo el compromiso público del gobernador, de lo contrario todo quedará en palabras. Como dicen en el rancho, manos a la obra.
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